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  • Los dilemas internos y externos de Milei y el rescate extraordinario de Trump que le daría aire al Gobierno en su momento de mayor zozobra

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/09/2025 04:30

    Javier Milei y Donal Trump “Por experiencia propia, ahí adentro estás medio disociado de la realidad, lamentablemente”. El que habla es un colaborador de Mauricio Macri, de los más íntimos, que lo acompañó hasta el último día de su mandato y que conoce la agenda diaria del ex presidente. El viernes a última hora, después de que el riesgo país de Argentina superara al de Bolivia, el dólar mayorista llegara al techo de la banda y el Banco Central tuviera que vender USD 678 millones para contener la demanda, en el teléfono del jefe del PRO se empezaron a acumular cada vez más mensajes, pero ninguna notificación por parte de Javier Milei o de su entorno. En las horas previas se había especulado con un supuesto llamado de la Casa Rosada a Macri, como una señal de apertura política, en medio de la crisis más grave del Gobierno, en su momento de mayor zozobra, justo a poco más de un mes de las elecciones de octubre que, de acuerdo al resultado, pueden tener consecuencias directas para el futuro de La Libertad Avanza. “Es la elección más importante de nuestra vida”, dijo ayer en declaraciones radiales. El impacto de un mal resultado puede tener un efecto devastador, y agravaría una crisis que se agudizó con la derrota bonaerense del 7S. En medio de ese clima pesimista, Milei recibió este sábado una noticia alentadora de los Estados Unidos que anoche cambió el humor de Olivos: la negociación por un préstamo extraordinario del Tesoro norteamericano en torno a los USD30.0000 millones para afrontar vencimientos de deuda pública y privada el próximo año, proteger el programa económico y fortalecer las reservas del Banco Central. “El mercado no se está creyendo la sustentabilidad política del gobierno”, se sinceró el viernes un operador libertario. Milei se enfrenta ahora a una encrucijada: debe definir qué Milei quiere ser. El disruptivo que lo llevó a la Presidencia y perdió adeptos, o el moderado que explore la construcción de consensos. La semana pasada combinó ambas estrategias. El lunes, de traje y por cadena nacional, convocó a los gobernadores, diputados y senadores a trabajar “codo a codo” en la presentación del Presupuesto 2026. “Lo peor ya pasó”, anunció. La respuesta llegó 48 horas después: el miércoles y el jueves, en Diputados y en el Senado, la oposición y los viejos aliados rechazaron de manera categórica los vetos a la emergencia pediátrica, a las universidades y al proyecto de ley de reparto de Aportes del Tesoro. El viernes, en el parque Sarmiento de la capital cordobesa, que lució menos poblado de lo que los organizadores preveían, pidió que “el esfuerzo valga la pena”, y se despachó con un batería de desagravios, en especial para su hermana Karina, por la investigación judicial que desató el lenguaraz Diego Spagnuolo, un antiguo amigo del Presidente. La encrucijada arrastra un problema: pareciera, en principio, que ninguna de las dos estrategias alcanzan para contrarrestar la crisis política en la que se sumergió el Gobierno tras la derrota del 7 de septiembre. En especial porque Milei se encargó, a lo largo de casi un año, de ahuyentar a la mayoría de los aliados que apoyaron, a libro cerrado, la inercia inicial del gobierno. En el 2024, la Casa Rosada blindó el veto a las universidades con 85 diputados. La semana pasada, el Ejecutivo consiguió solo el apoyo de 67 legisladores, un número incluso inferior a la suma de los bloques de La Libertad Avanza y del PRO, de 72 diputados. Un informe de La Sastrería, la consultora de Raúl Timerman y Juan Carlos Malagoli, relevó que de los seis vetos que Milei puso a prueba en la Cámara baja, solo fueron apoyados en esas seis oportunidades por 56 legisladores. La sangría de aliados, desde la sanción definitiva de la Ley Bases, en junio del 2024, hasta estos días es asombrosa: de los 147 diputados que apoyaron esa iniciativa, solo 67 votaron, por ejemplo, a favor del veto a las universidades de la semana anterior. Es decir, 80 diputados menos. Un economista que simpatiza con el gobierno sacó una cuenta muy particular: concluyó que, en poco más de 60 semanas desde la sanción de aquel proyecto hasta estos días, Milei perdió a razón de 1,2 aliados por semana. Un verdadero récord. Javier Milei y Luis Caputo Milei no quiere dejar de ser Milei. Su hermana, que ejerce sobre él una influencia decisiva, tampoco. “Hay que pensar cómo llegaron, la estructura mental que tienen, cómo procesan las cosas, es otra lógica”, reflexionó un candidato nacional. Con excepción de ellos dos, no hay ningún colaborador o funcionario con alguna noción mínima de responsabilidad sobre la situación actual que crea que con este sistema de toma de decisiones, y este esquema de sustentabilidad política, será posible superar esta crisis. Ni siquiera Luis Caputo, “Toto”, cuya preocupación por la estrategia política de la Casa Rosada creció a niveles exponenciales desde la derrota bonaerense. El jueves por la noche, el ministro de Economía aseguró que vendería hasta el último dólar para sostener las bandas. “Hay dólares para todos”, confirmó, una frase que pide pista en el podio junto a la ya célebre “comprá, campeón”. En charlas privadas, “Toto” se mostró incluso muy abierto a retomar el diálogo institucional con Macri, con el que mantiene relación fluida al igual que con su amigo Horacio Rodríguez Larreta, a cuyo casamiento le escapó el año pasado para no fastidiar a la cúpula libertaria. Tiempos memorables. El viernes, en su discurso de casi una hora en la Bolsa de Comercio de Córdoba, frente a un auditorio que lo recibió con tibios aplausos, Milei agradeció el apoyo de Patricia Bullrich en el balotaje del 2023, y resaltó el gesto de Macri en aquel Pacto de Acasusso. ¿Una señal aislada? En ese discurso, el Presidente defendió su modelo, habló del “pánico político” por el resultado bonaerense, citó estadísticas y se refirió al crecimiento del PBI y el consumo, justo cuando las consultoras dan cuenta de un freno en la actividad. Un rato después, en una entrevista con La Voz, deslizó que había negociaciones avanzadas con el Tesoro norteamericano por un desembolso que luego fue confirmado por este medio, por un monto muy superior al previsto, y ayer la Oficina del Presidente confirmó la reunión bilateral con Donald Trump, en el marco de la asamblea de la ONU. Un gesto que le da a Milei oxígeno extra en un clima asfixiante, y un espaldarazo externo para capear la tormenta interna que se desató desde el triunfo del peronismo en la provincia de Buenos Aires. Milei y Caputo están decididos a ratificar el rumbo fiscal, pero en despachos oficiales reconocen, tardíamente, que la estabilidad macroeconómica no derramó sobre la economía real. Una variable que, en charlas privadas, fue claramente subestimada por dirigentes libertarios. Santiago Caputo explora ahora cómo hacer para volver a reconquistar a un electorado agotado de esfuerzos. El último estudio de la Fundación Observatorio Pyme, correspondiente al segundo trimestre del año, reveló una caída en la variable del empleo por noveno mes consecutivo, aún más extensa que la de las crisis del 2008 y el 2018. Esa variable pudo haber contribuido, reconocen desde el propio Gobierno, a la estrepitosa derrota del 7 de septiembre en territorio bonaerense: según datos del gobierno provincial, desde que asumió Milei cerraron unas 15.000 pequeñas y medianas empresas. La situación se expande a todo el país. El jueves, en Infobae en Vivo, la intendenta de San Miguel de Tucumán, Rossana Chahla, resaltó que la demanda de “empleo” se instaló al tope del ranking de reclamos de esa capital. “Antes la gente decía ‘yo quiero seguridad, quiero iluminación, quiero bacheo’: hoy la gente te pide empleo. Es la principal demanda en los vecinos de San Miguel", aseguró. Ese cambio en las expectativas contamina el escenario electoral, vuelve a poner en discusión la estrategia y obliga a una revisión en torno a cuán acertada fue la elección de los candidatos nacionales. Esa definición estuvo atravesada por una premisa: con el sello y la figura de Milei alcanzaba y no hacía falta postular a figuras conocidas ni destacadas. Los casos de Santa Fe y Córdoba, dos provincias con un peso electoral relevante, son los más conocidos, pero la situación es similar en casi todo el país. Incluso en el caso de José Luis Espert, cuyo discurso parece haber quedado desfasado de la nueva realidad política. El pasado lunes, a la reunión de la mesa bonaerense en Casa Rosada, el diputado llegó al encuentro con Daniel Ivoskus, el consultor que le trabaja la campaña. Javier Milei y Mauricio Macri (Prensa Senado) El jueves, tras la reunión que encabezó en Olivos, el Presidente avaló cambios en el esquema de la campaña: se oficializó a Santiago Caputo como estratega y a la legisladora Pilar Ramírez, del riñón de Karina Milei, como coordinadora de la política nacional. Puertas adentro, el anuncio fue recibido con moderado optimismo, con excepción de la familia Menem, que alertó a la hermana presidencial por la maniobra, para que públicamente no sea interpretada como una jugada para correr a Eduardo Menem, “Lule”. La Secretaria General no está dispuesta a desprenderse de su principal colaborador. Tampoco Milei que, a pesar de haberse puesto al frente de la campaña, sigue mucho más enfocado en el programa fiscal que en el resto de las cuestiones de la gestión cotidiana. La elección de Ramírez se interpretó puertas adentro como un reconocimiento a la elección porteña de mayo, una de las pocas buenas noticias que tuvo el oficialismo en materia electoral en este calendario, en buena medida porque le sirvió para doblegar al PRO e imponerse en su casa matriz. Esa elección funcionó, sin embargo, como bisagra en el esquema de decisiones de la Casa Rosada: envalentonada por el triunfo, Karina Milei se apropió de todas las decisiones electorales y políticas junto a los Menem, empoderó a Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires y se apropió del esquema de alianzas y de los armados a lo largo y ancho del país. Los últimos dos resultados provinciales le dieron un cachetazo a esa estrategia: un fracaso estrepitoso en Corrientes y una derrota categórica en la provincia de Buenos Aires que dejó a la intemperie todas las deficiencias del modelo libertario, la precariedad del sistema de toma de decisiones, y recrudeció las internas. Agrandó, además, la figura de Axel Kicillof, un dirigente que los mercados miran con desconfianza y que desde el 7 de septiembre se posicionó inexorablemente como un dirigente de alcance nacional de cara al 2027. El gobernador capitalizó a la perfección el desdoblamiento electoral y el triunfo bonaerense con gestos muy notorios al círculo rojo, desde la entrevista al diario Clarín del domingo pasado que coincidió -¿casualmente?- con una editorial muy tajante sobre la figura de Cristina Kirchner, hasta la decisión de mantener independencia del liderazgo de la ex presidenta. Esa disputa autonomista encarna tal vez el principal interrogante por el futuro del gobernador: cómo hacer para que esa variable penetre en el electorado. “No hay axelismo no cristinista, muy poco. El votante no tiene hasta ahora registro de la pelea entre ellos, por ahora siente que está votando algo más parecido a lo que sabemos que no es tan parecido”, subrayó un consultor respetado. En ese nuevo contexto político y electoral es que el programa económico de Milei y “Toto” Caputo quedó en una situación de vulnerabilidad. “Ni en mis peores escenarios imaginé algo tan jodido”, sentenció este viernes un economista que visitó la quinta de Olivos hace menos de dos meses. “A este ritmo, el programa no es sostenible, sin dudas”, concluyó un operador libertario. Un consultor financiero, que trabaja con inversionistas privados, agregó, por su parte: “La solución sería anunciar cambios el lunes, y no sé si lo van a hacer”. Axel Kicillof Milei buscará, en ese sentido, una bocanada de aire fresco cuando se entreviste este martes con Trump en Manhattan, mientras en Buenos Aires se multiplican los esfuerzos y pedidos de un sector del gobierno, que tiene al consultor Caputo como principal abanderado, para hacer reaccionar al presidente y que introduzca una serie de cambios urgentes mucho más amplios que la modificación de la mesa estratégica de la campaña. “No hay convicción de Milei de hacer cambios ahora”, dijo un colaborador. Según algunas fuentes, esa convicción tiene desde su autoría intelectual nombre y apellido: Karina Milei. Un auténtico doble comando. Ayer, en declaraciones radiales, volvió a defenderla. También resaltó al consultor Caputo. El Presidente resiste esos embates y los pedidos que llueven desde el círculo rojo. El economista está convencido de que hay un grupo de “forajidos” -así se refirió el viernes en su discurso de la Bolsa de Comercio cordobesa- que directamente quieren que deje el gobierno por las reformas que impulsa desde el Ejecutivo. Lo dijo de esta manera: “Les hago una nota de color: cuando le empezaron a torpedear el barco a (Fernando) De la Rúa fue porque quiso hacer la reforma laboral, no sea cosa que los que están torpedeando de atrás sean los mismos". El auditorio aplaudió, entre tímido y preocupado. En Buenos Aires, el corte de video se espiralizaba a rápida velocidad.

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