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  • Firpo, el toro salvaje de las Pampas

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 21/09/2025 01:01

    Luis Ángel Firpo nació en Junín, Buenos Aires, el 11 de octubre de 1895 en el seno de una familia humilde. El “Toro Salvaje de las Pampas”, debutó como boxeador en el año 1917, retirándose definitivamente del box en 1936, ya que diez años antes lo había hecho de forma transitoria. Con el dinero ganado en el deporte, se dedicó a la ganadería hasta su fallecimiento en 1960 a los 64 años, a causa de un síncope cardíaco. El combate del siglo El viernes 14 de setiembre de 1923 en el Polo Grounds de la ciudad de Nueva York se llevó a cabo la pelea entre el campeón mundial de los pesos pesados Jack Dempsey y el crédito argentino Luis Ángel Firpo ante unos 85 mil espectadores. Fue denominada como la pelea del siglo XX. La entrada costaba 50 dólares, recaudándose U$S 1.188.603 dólares. Las apuestas favorecían a Dempsey por 3 a 1. La bolsa del norteamericano fue de 509.000 dólares, mientras que la del argentino fue de 156.250 dólares. Una fortuna para esa época. Una multitud de porteños se congregó enfrente de las redacciones de los grandes diarios de Buenos Aires para enterarse de la suerte del primer argentino en disputar un título mundial. Eran tiempos que aparatos de radio eran contados y su precio era inaccesible para un trabajador. En el faro del palacio Barolo había un reflector que informaría según como fuere el color que emitiera, quien sería el vencedor del combate. Una luz blanca señalaría que el ganador era el argentino, y la roja, el campeón del mundo. El combate duró tan solo dos rounds, en lo que se vivieron emociones fuertísimas. El argentino subió al ring con el humero fracturado, la pelea comenzó y en el primer asalto se sucedieron siete caídas del retador sudamericano. En esos tiempos, cuando un púgil iba a la lona, el oponente no se dirigía hacia el rincón neutral, sino que esperaba que el caído se levantara para volver a golpearlo. Además, no había limite en el número de caídas. El final de la contienda estaba cerca, pero sucedió algo asombroso, el argentino se sobrepuso inesperadamente y con un golpe (haciendo gala a su apodo), tiró afuera del ring al campeón mundial. Nueva York sucumbió, el gaucho que había venido del sur hacia añicos a los apostadores y a los aires de superación. La caída duró 17 segundos, Firpo había ganado, era el nuevo campeón. Pero…el campeón del mundo era el local y esa condición tiene un plus en cualquier parte del planeta. El árbitro Johnny Gallagher demoró la cuenta, y Dempsey fue explícitamente ayudado a levantarse por periodistas y asistentes. El campeón zafó. El gong sonó y en el round siguiente, la calidad técnica prevaleció al coraje del argentino. Dempsey tiró a Firpo dos veces más, reteniendo el cinturón. La noticia de lo sucedido llegó a la Reina del Plata, dejando un gusto amargo por la derrota del retador y por haber sido el primer gran robo a un boxeador nacional. El célebre escritor argentino Julio Cortázar fue un apasionado del boxeo, reflejándolo en algunos textos de su extensa producción literaria. En un fragmento del libro Bestiario del año 1951 recordó que: “Vino la pelea Firpo-Dempsey y en cada casa se lloró y hubo indignaciones brutales, seguidas de una humillada melancolía casi colonial”. El escritor reflexionaba sobre el desenlace de la pelea de la siguiente manera: “Yo tenía en ese momento nueve años y aquello fue como una tragedia nacional, porque en la Argentina se consideró un robo al país aquella pelea. No faltaron los que pedían romper las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Aquella pelea creo que definió mi pasión por el boxeo, porque yo quedé muy impresionado por lo de Firpo y empecé a interesarme por ese deporte que, en esos años ocupaba mucho espacio en los periódicos”. El boxeo después del combate de Firpo dejó de ser un deporte marginal. Mucho tuvieron que ver algunos pioneros como: el profesor Carlos Delcasse, el distinguido Jorge Newbery, el fundador del Luna Park Pepe Lectoure, Alberto Festal, Enrique Wilkinson, César Viale o el inglés Willie Gould. Desde ese entonces, hasta la actualidad, Argentina ha tenido 44 campeones mundiales de boxeo. Los boxeadores argentinos más destacados e inolvidables han sido Carlos Monzón, Nicolino Locche, Pascual Pérez, Sergio Martínez, Horacio Accavallo, Víctor Emilio Galíndez, Santos Laciar, Marcos Maidana y Oscar Bonavena. Carlos Monzón fue un ícono del boxeo, conocido por su estilo elegante y dominio en la categoría mediano, con 14 defensas exitosas del título; Nicolino Locche, conocido como el “Intocable”, un maestro de la defensa con un estilo escurridizo que lo hizo famoso mundialmente; Pascual Pérez fue el primer campeón mundial argentino, reconocido por su pegada y habilidad a pesar de su categoría mosca; Sergio “Maravilla” Martínez se destacó por su gran carrera y victorias memorables en la categoría mediano, obteniendo el cinturón de la CMB y OMB; Horacio Accavallo fue un campeón mosca con una carrera destacada y campeonatos de la AMB; Víctor Emilio Galíndez, un gran campeón mundial de la categoría semipesado, es recordado por su gran resistencia, en especial su pelea contra Richie Kates en Sudáfrica en mayo de 1976; Santos Benigno Laciar fue un gran boxeador con el record de 79-10-11 posicionándolo como uno de los más púgiles importantes; Marcos “El Chino” Maidana, tenía un estilo agresivo y muy potente, recordado por sus peleas emocionantes y Oscar “Ringo” Bonavena, un fuera de serie, carismático y distinguido por su estilo y espíritu aguerrido. Argentina ha sido cuna de grandes campeones y ha contado con numerosos púgiles que han alcanzado la gloria, consolidando su lugar en la historia del boxeo mundial. Para muchas personas en situación de pobreza, el boxeo ha sido una vía de escape y una oportunidad para salir adelante, mostrando un fuerte impacto en sociedad. El boxeo argentino sigue siendo un deporte que inspira pasiones y que, a pesar de los altibajos, mantiene un lugar especial en el corazón del país. Luis Ángel Firpo, con su “pelea del siglo” contra Jack Dempsey en 1923, se convirtió en símbolo del deporte de los puños. Su legado y pionerismo se ven reflejados en el “Día del Boxeador” argentino cada 14 de setiembre. Un campeón sin corona. Ads Ads

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