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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/09/2025 22:37
La escapada de Maru Botana y su hija Inés a Río de Janeiro (Video: Instagram) Maru Botana y su hija Inés decidieron tomarse un respiro juntas y hacer una escapada a Río de Janeiro que, en sus propias palabras, se transformó en un viaje inolvidable y lleno de anécdotas. Durante dos días y medio, madre e hija aprovecharon cada momento para explorar la ciudad y disfrutar de la complicidad del tiempo compartido, una experiencia que dejó huellas imborrables para ambas. El itinerario incluyó paseos en bicicleta por distintos rincones de Río, aportando dosis de adrenalina y paisajes espectaculares. “¡Nos escapamos a Río y en dos días y medio hicimos de todo!!! ¡Lo recorrimos en bici, mucha adrenalina y anécdotas que jamás vamos a olvidar!!!”, resumió Maru en uno de los mensajes que acompañaron el álbum de postales del viaje. En cada pedaleada, sumaron historias nuevas y descubrieron rincones únicos de la ciudad; la actividad física las llevó por costaneras y avenidas donde la naturaleza y la energía vibrante del lugar se fundieron con el entusiasmo compartido. Momentos de disfrute despreocupado marcaron la dinámica de la travesía, alternando risas espontáneas, baños en el mar, abrazos y largas conversaciones que rompieron con la rutina diaria. El placer de sumergirse en la vida carioca incluyó también la parte gastronómica, a la que dedicaron tiempo y atención: “¡Nos reímos, nos bañamos en el mar, comimos mucho sushi y conocimos tremendos lugares!!”. La inmensidad del océano Atlántico y la calidez de la costa sumaron escenarios ideales para una conexión genuina y renovadora entre madre e hija. La felicidad de madre e hija de poder hacer una escapada ellas dos solas Maru e Inés junto al Cristo Redentor La experiencia se potenció por el entorno: “¡Una mega ciudad, con un mega mar, con mucha gente y mucha buena energía!”. Río de Janeiro, con sus paisajes imponentes y su clima de permanente movimiento, sirvió de marco perfecto para la aventura y la pausa. Las selfies y retratos desde lugares emblemáticos, como el Cristo Redentor y parajes naturales bañados de sol, dieron testimonio de la alegría, la complicidad y los descubrimientos vividos en esos días. Más allá de recorrer, comer y explorar, la escapada significó para Botana y su hija una oportunidad de “tomar aire”, como definió la cocinera. “Buena escapada para tomar aire, conocimos tremendos lugares con mi chinita y nos cargamos las piletas para seguir”. La frase resume tanto el sentido concreto de recargar energías como el valor simbólico del vínculo fortalecido, la pausa necesaria para consolidar la relación y volver al día a día renovadas. Ese cariño se refleja en cada imagen del viaje, donde las sonrisas y los gestos de afecto dominan la escena sin esfuerzo. El balance emocional de la experiencia fue, para ambas, profundamente positivo. “Un viajecito que no vamos a olvidar. Te amo Inechu!”, escribió la famosa pastelera, sintetizando el espíritu de la travesía. El regreso dejó tras de sí recuerdos que funcionarán como refugio en los momentos de mayor exigencia y como fuente de inspiración para próximas aventuras juntas. "Un viajecito que no vamos a olvidar", escribió Botana para cerrar el posteo que le dedicó (Foto: Instagram) En esas dos jornadas y media, madre e hija volcaron sobre el asfalto y la arena de Brasil una historia a la vez nueva y permanente: una pequeña gran aventura en la que el tiempo juntas fue protagonista, y donde cada saludo carioca y cada ola del mar sirvieron para forjar recuerdos tan valiosos como irrepetibles. El regreso a casa, tras compartir la intensidad de Río de Janeiro, las dejó con la certeza de haber sumado una experiencia única que fortalece el vínculo entre madre e hija. Las anécdotas, las risas y los momentos de encuentro vividos en tan poco tiempo se convierten en ese capital emocional que ambas podrán evocar siempre, recordando que la verdadera riqueza de los viajes radica en el afecto y la complicidad compartida.
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