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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/09/2025 04:43
El alga invasora Undaria pinnatifida avanza en el Mar Argentino y amenaza la biodiversidad local/Conicet En el Mar Argentino, un alga invasora proveniente de Asia cubre extensiones cada vez mayores del fondo marino. Científicos argentinos y españoles pudieron determinar hasta dónde avanzó esta especie exótica al usar inteligencia artificial y tecnología acústica de última generación. El trabajo fue realizado por Marianela Arijón, Fernando Dellatorre y Noela Sánchez-Carnero, del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR), que depende del Conicet. Contaron con la colaboración de Daniel Rodríguez-Pérez de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España y publicaron los resultados en la revista especializada Marine Environmental Research. La investigación implicó un cambio en la forma en que se pueden observar y controlar especies invasoras costeras. El estudio, publicado en Marine Environmental Research, propone nuevas metodologías para el monitoreo ambiental/Archivo Conicet “Nuestra metodología permite el monitoreo efectivo en grandes áreas y optimiza la protección ambiental de los ecosistemas marinos”, afirmó la bióloga Arijón en diálogo con Infobae. La investigadora hizo el estudio como parte de su doctorado con el objetivo de desarrollar metodologías para cartografiar al alga en golfos patagónicos. La invasora submarina Científicos argentinos y españoles usan inteligencia artificial y tecnología acústica para mapear la expansión del alga asiática/Conicet Undaria pinnatifida es un alga parda con hojas largas y ramificadas. Puede adaptarse a distintos hábitats y usa luces, piedras y estructuras hechas por seres humanos como superficies para crecer. Se alimenta al absorber nutrientes del agua y captura la energía del sol en sus células. Es originaria del este de Asia y logró colonizar costas muy alejadas de su zona. Ya conquistó ambientes del Atlántico, del Mediterráneo y del Pacífico, desde que fue detectada fuera de Asia. El avance de Undaria está relacionado con al aumento del comercio y el intercambio marítimo global. Llega como espora en barcos y puede prosperar en puertos y bahías donde acuicultores la cultivan o se transporta accidentalmente. La investigación revela que Undaria cubre grandes extensiones desde Mar del Plata hasta Puerto Deseado/Archivo PNA En la región de la Patagonia argentina, el alga apareció por primera vez en 1992 en el Golfo Nuevo. Hoy habita ambientes costeros desde Mar del Plata, en Buenos Aires, hasta Puerto Deseado, en Santa Cruz. Desde entonces, cubre sectores extensos. “Puede alterar la estructura natural de los ecosistemas y desplaza otras especies de algas”, mencionó Dellatorre, al hablar con Infobae. Mapeo de la frontera de la invasión El monitoreo científico constante es clave para controlar la expansión de especies invasoras en el Mar Argentino (Imagen Ilustrativa Infobae) El equipo de investigadores se propuso responder en qué zonas del Mar Argentino se expandió Undaria pinnatifida y si era posible mapear su presencia en grandes extensiones, al usar tecnologías modernas. Buscaron responder una pregunta clave: ¿Es viable reemplazar métodos tradicionales costosos y lentos por herramientas acústicas y modelos de inteligencia artificial para rastrear el avance de las poblaciones? El desafío reside en que Undaria modifica cadenas alimenticias enteras y afecta la biodiversidad nativa. Por eso, comprender bien su alcance actual tiene impacto en el manejo ambiental y en actividades económicas. Tecnología marina La bióloga Marianela Arijón fue la primera autora del nuevo estudio sobre el alga/Conicet El estudio se llevó a cabo en el Golfo Nuevo de la Patagonia argentina. El equipo diseñó antes un plan para navegar en un bote y cubrir gran parte de la zona. Usaron un ecosonda Simrad EK80 con tecnología de banda ancha para lanzar señales acústicas al fondo marino y recolectar datos sobre altura y densidad de la vegetación. Las mediciones se hicieron desde la embarcación a 50 centímetros de la superficie. Como validación, buzos y cámaras GoPro documentaron con fotos y videos la presencia o ausencia real de Undaria en las mismas zonas donde se registraban señales acústicas. “Las imágenes submarinas nos permitieron entrenar los modelos automáticos y confirmar los resultados”, aclaró la investigadora. Con esa información, luego el grupo aplicó métodos de inteligencia artificial. Los algoritmos organizaron los datos y distinguieron patrones característicos de los sectores cubiertos por el alga. Resultados, desafíos y conclusiones Los investigadores sugieren la cosecha sustentable como única opción viable para mitigar el impacto del alga/F. Dellatorre La tecnología acústica detectó Undaria en rangos de entre cinco y diez metros de profundidad con una precisión de 75% al usar variables sencillas, como la altura, y hasta 95% cuando se sumaron más frecuencias y valores de intensidad. “Una altura acústica mínima de 22 centímetros permitió discriminar presencia de Undaria respecto a otros tipos de vegetación”, escribieron. El modelo creó mapas claros que muestran hasta dónde llegó el alga en el área de estudio. Sin embargo, el procedimiento tuvo limitaciones cuando el fondo era muy profundo o la turbidez del agua complicaba la señal. Otra dificultad surgió porque, en el Golfo Nuevo, la vegetación marina dominante era siempre Undaria y eso impidió entrenar los algoritmos para diferenciarla de otras algas en ese entorno. El equipo evaluó como positiva a la experiencia: “Los resultados demuestran que la combinación de ecosondas de banda ancha e inteligencia artificial es muy prometedora para extensiones costeras grandes y puede aplicarse a otras especies en el futuro”. Además, el estudio resalta el aporte práctico para tomadores de decisiones del ambiente y autoridades portuarias, ya que “las herramientas permiten el control y seguimiento constante de especies invasoras a costos competitivos”. Los investigadores contaron con equipos facilitados por la empresa SIMRAD. En la entrevista con Infobae, los investigadores sostuvieron que la erradicación de la especie de alga hoy ya no es factible. El alga se puede consumir como wakame/Freepik “La única opción que consideramos posible para mitigar su impacto en los ecosistemas costeros del Mar Argentino sería desarrollar su cosecha sustentable y la industrialización para la producción de wakame (alimento) o para la extracción de compuestos con aplicaciones en salud, como fucoidanos, fucoxantina, polifenoles, fitosteroles”, resaltó Dellatorre. No obstante -aclaró Arijón- “la opción de cosecha sustentable debería ser monitoreada científicamente para evaluar el efecto real sobre el ecosistema”. Estimó que las tecnologías que se usaron durante el estudio que publicaron en Marine Environmental Research podrían ser “una herramienta para el monitoreo a gran escala de las poblaciones del alga”.
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