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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 20/09/2025 03:49
Editorial Es necesario hablar de Entre Ríos y el chamamé, y lo es porque en gran parte de la provincia es la expresión musical que identifica al pueblo. Es fundamental dejar en claro que Entre Ríos pertenece a una zona cultural que tiene, entre otras expresiones, al chamamé como música preponderante. En este marco, se debe apuntar que los límites geográficos y los culturales son diferentes. A los primeros los impusieron los gobernantes de turno teniendo en cuenta intereses diversos. A los segundos los impuso el pueblo con su vida diaria, sus costumbres y la historia en común. Entre Ríos, como indicábamos, pertenece a una región cultural que la incluye con parte de la ROU, al sur de Brasil, parte de Paraguay, parte las provincias de Chaco, Formosa y Santa Fe, y las provincias Corrientes y Misiones. El padre Julián Zini, nacido en el Paraje El Centinela, departamento Ituzaingó, provincia de Corrientes, describía así al chamamé en su tema “Soy región”: (…) Tigre del río, soy Paraná, canoa isleña, soy saucedal… Negra cachuera, manso Uruguay… soy Salto Grande.. Soy El Palmar (…) (…) Soy tierra arada, flor de azahar… Soy miel del monte, soy sandial… Lázaro Blanco, soy servicial… Chamamé adentro, soy Federal. La Itatí Madre me hace capaz de ser hermano y universal… Yapeyú Padre me dio y me da como bandera la Libertad (…) Lo mismo sucede con “Soy chamamé”, obra del poeta entrerriano Facundo Díaz, oriundo de Bovril, y radicado en Federal. (,,,) Soy guaraní, soy criollo de una sangre entera, y por ser silvestre no me hallo en corral, entonces no traten de hacerme fronteras, yo he nacido en el alma del gran Litoral (…). (…) Y me hice coraje criollo en mi Patria cuando la libertad me necesitó, y me hice emblema de amor y nostalgia y bajo la enramada, guitarra y cordión. Y soy huella y tierral de un camino añoso, soy mixtura y gringa y soy trigueña piel. Soy selva, soy monte, esteral y arroyo, yo soy Cataratas, Iberá y Montiel (,,,). Estos poetas (y otros que plantean algo similar en algunas de sus obras) dejan en claro lo que exponemos: el chamamé es la expresión de una región cultural. Más allá de entender esto, es de fundamental importancia considerar el número de artistas que, en esta provincia, componen e interpretan chamamé, como así también el pueblo que lo canta y lo baila. Por otra parte, no es menor el número de jóvenes que surge componiendo, escribiendo, interpretando o bailando chamamé, lo que es un reaseguro para el futuro, ya que indica que la raíz del árbol de la identidad chamamecera continuará intacta. Vale destacar que varios de estos jóvenes han logrado un muy alto nivel artístico. Es común escuchar que, ligeramente, se habla solamente de chamarrita cuando se menciona a Entre Ríos. Claro que este ritmo existe y en ciertos lugares es muy importante, pero eso no hace mella en la importancia que el chamamé tiene en gran parte de la provincia, en la que la chamarrita no está presente o casi ausente. Tiene además la provincia un sinnúmero de festivales en los que el chamamé es figura central. En este marco debemos citar al Festival Nacional del Chamamé que año a año se lleva a cabo en la ciudad de Federal. Esta fiesta chamamecera convoca a miles de personas, sumando bailantas multitudinarias y una serie de actividades ligadas todas al chamamé. No hay dudas que el chamamé está en el alma de muchísimos entrerrianos, y es por ese motivo que se hace presente en la vida diaria, en lo cotidiano. Los medios de comunicación lo reflejan con programas especializados y otros que no lo son. También lo vemos en las reuniones familiares o de amigos, lo que no es un mero entretenimiento, sino una cabal demostración de que el chamamé está en lo más profundo del sentimiento. No faltamos a la verdad si decimos que el chamamé destaca valores de inmensa valía, como lo son el amor a la tierra, la fauna y la flora locales, la devoción religiosa y una “forma de ser”, una “manera de vivir” que apunta a la armonía entre los reinos humano, natural y espiritual; algo que vale recordar es propio de los guaraníes. Por otra parte, podemos agregar que varias de las canciones más representativas de la entrerrianía están escritas en compás del chamamé, y esas canciones lo son aunque la expresión puede ser diferente y la velocidad de ejecución también. Pero el alma litoraleña, el alma chamamecera, está presente de una u otra manera en ellas de forma innegable. Mencionamos a Linares Cardozo con “Soy entrerriano” que es himno popular de la provincia, “Peoncito de estancia” y hasta “Canción de cuna costera”. A la última mencionada se la inscribió como litoraleña, ligado este ritmo a la historia y cultura del Litoral con una influencia guaranítica notable, tal la tiene el chamamé. Algo similar sucede si vamos a la costa del río Uruguay. Allí nos encontramos con la obra de Aníbal Sampayo, “el más entrerriano de los orientales” al decir del poeta Jorge Martí. Su “Río de los pájaros” está desde siempre en el alma de la entrerrianía. Fue inscripta como canción del litoral, pero en suma es un chamamé más lento. Pero si nos ubicamos en la capital de la provincia, en Paraná, escucharemos la famosa canción de Polo y Miguel Martínez, “Madrugada del pescador”, también inscripta como canción del litoral, pero el ritmo y el aire chamamecero está presente en la misma de manera indudable. Es lógico considerar que la expresión chamamecera va cambiando de acuerdo al lugar de origen, al paisaje y a la vida de hombres y mujeres. Y esto sucede no solamente en la música y las letras, sino también en la danza. Podemos citar infinidad de canciones y un sinnúmero de compositores e intérpretes. Pero hay algo que no admite duda: gran parte de la entrerrianía es chamamecera. No es casualidad. La influencia guaranítica llegó hace muchísimos años para quedarse. Con ella la provincia pasó a formar parte de la zona cultural a la que nos referimos. En esa zona cultural se vive, se siente y se interpreta chamamé, sin por esto negar otros ritmos que, como apuntábamos antes, los hay, se los respeta y se los emplea en canciones, pero no le restan mérito y personalidad a la música chamamecera. Esto que exponemos no quita mérito a nadie ni a nada, y más allá que ahora el chamamé sea Patrimonio Cultural de la Humanidad, la expresión cultural que nos ocupa no admite un límite geográfico políticamente impuesto. Nunca lo admitió. G.S
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