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Caseros » Genesis 24
Fecha: 18/09/2025 15:08
Carlos Berbara, psiquiatra y exdirector de Salud Mental de Entre Ríos, analizó la crisis social y sus efectos sobre la salud psicológica de la población. El foco estuvo en la prevención del suicidio, que golpea con más fuerza a los jóvenes, y en el rol del Estado, que —según advirtió— aparece ausente frente a la magnitud del problema. Consultado por el programa Cosas que pasan (Radio Plaza) sobre cómo abordar la temática, fue claro: “Podemos ser categóricos y decir que las teorías que dicen que no hay que hablar están equivocadas. Hay que hablar y hay que sostener ese discurso con acciones concretas desde las instituciones”. El dato más alarmante lo dio de inmediato: “Lamentablemente los más afectados siguen siendo los jóvenes entre 15 y 25 años. Hace 50 años eran los mayores de 60 los que concentraban las estadísticas, pero hoy la franja etaria de mayor tendencia al suicidio es la juvenil”. Para el especialista, la explicación está directamente ligada al contexto socioeconómico: “A medida que empeoran las condiciones generales de vida, empeoran las cifras de suicidio. Venimos atravesando una sociedad compleja, expuesta a la crueldad, a la motosierra, al cierre de oportunidades y de caminos futuros. Eso promueve desesperanza e incertidumbre, genera un clima hostil para la cotidianidad y contagia actitudes críticas y exasperantes”. En contraposición, recordó que en otros contextos “la presencia del Estado que garantiza recreación, trabajo y poder adquisitivo, permite construir sociedades más conformes con su cotidianidad, con un discurso más amable y de reciprocidad”. Al ser consultado sobre la respuesta de los distintos niveles de gobierno, Berbara fue categórico: “Por lo que entiendo, desde el Estado nacional, poco y nada. Si estamos viendo recortes en sistemas tan trascendentes como el Garrahan, que resuelve situaciones indiscutibles, imaginate lo que le queda para la salud mental, menos que menos”. Milei, la psicología y el poder En otro tramo de la entrevista, el especialista también analizó la personalidad del presidente Javier Milei desde su mirada profesional: “Deja elementos muy claros de impulsividad, poca capacidad reflexiva, poca empatía. Sabe qué decisiones toma, a quién beneficia y a quién hace sufrir. Su mayor dificultad es sostener ideas con argumentos sólidos que contemplen a la sociedad en su integralidad”. Luego, fue más allá y explicó conceptos como “desquiciado” y “delirio”, términos que suelen usarse en el debate público: «Desquiciado no es un concepto médico, pero se usa para referirse a quien no puede sostener un pensamiento lógico ni ajustar sus respuestas al entorno. En psicopatología hablamos de psicosis o esquizofrenia, realidades paralelas en las que el sujeto no logra incorporar la realidad tal cual es”. En tanto, explicó que delirio «es una idea falsa sostenida con certeza absoluta, pero completamente alejada de la realidad”. Análisis
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