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  • Caída drástica en las exportaciones: economía afectada con grandes volúmenes de productos sin vender y pérdidas económicas

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 18/09/2025 01:37

    El sector cebollero de la Región Protegida Patagónica enfrenta un periodo de profunda preocupación. Un informe de la Fundación de la Barrera Patagónica (Funbapa), correspondiente al período de enero a agosto de 2025, evidenció una notable disminución en el volumen de exportación. Este retroceso en los envíos al exterior, junto con un inicio de temporada “muy tranquilo”, ha afectado de manera negativa la rentabilidad de todos los eslabones de la cadena, consolidando una “campaña mala en términos económicos”. Según los datos, hasta finales de agosto de 2025, se registró un total de 123.996 toneladas de cebollas empacadas en la Región Protegida Patagónica y comercializadas al exterior. Aunque esta cifra supera a cinco de las últimas diez temporadas históricas, representa una caída del 38,26% en comparación con los volúmenes récord de años recientes, como las 200.840 toneladas exportadas en el mismo periodo de 2024, o las 163.344 toneladas de 2020 y 156.670 toneladas de 2019. La diferencia con la campaña anterior es especialmente notable. La temporada de exportación de 2025 comenzó de manera inusualmente lenta. El informe subraya un “inicio de temporada de exportación muy tranquilo, con apenas dos envíos en enero y 53 en febrero.” La demanda mostró un incremento recién en marzo, alcanzando su “punto álgido en mayo”. Sin embargo, ya en agosto, los envíos “continuaron a un ritmo lento, casi exclusivamente con destino a Uruguay”. Según los datos, a fines de agosto de 2025, se alcanzó un total de 123.996 toneladas de cebollas empacadas en la Región Protegida Patagónica y comercializadas al exterior. Aunque esta cifra supera a cinco de las últimas diez temporadas históricas, representa una caída notable frente a los volúmenes récord de años recientes, como las 200.840 toneladas exportadas en el mismo periodo de 2024, o las 163.344 toneladas de 2020 y las 156.670 toneladas de 2019 Desde Funbapa señalaron que una de las principales causas de este “marcado desinterés por la cebolla en el primer trimestre de este año” radica en Brasil, el principal mercado para la producción patagónica. En específico, el estado brasileño de Santa Catarina tuvo “una elevada producción de cebolla, debido a la mayor superficie sembrada y los buenos rindes obtenidos”, lo que explica, en parte, “el escaso interés por nuestra mercadería durante el primer trimestre”. Brasil continúa siendo el cliente más importante para la cebolla patagónica, representando más del 87% del volumen exportado y empacado en la región. Los datos indican que 108.226,1 toneladas se destinaron a ese país. Le siguió Paraguay, aunque con un volumen inferior al de años anteriores, de 11.148,4 toneladas empacadas en origen. Es relevante destacar que una parte significativa de la mercadería con destino a Paraguay “sale de la zona sin pasar por los empaques locales, operación amparada por la Resolución Senasa Nº 133/2022”. En esta temporada se empacaron “en Clorinda (Formosa) 21.707 toneladas de cebolla producida en Río Negro, Villarino y Patagones”, lo que equivale a 606 cargas. Así, el total exportado a Paraguay, sumando lo empacado en origen y lo enviado por Clorinda, ascendió a 32.855 toneladas. Más allá de los volúmenes de exportación, lo más preocupante es el impacto económico de esta campaña. Según afirmaron, “esta campaña fue mala en términos económicos para todos los eslabones de la cadena cebollera”. Además de Brasil y Paraguay, la cebolla patagónica llegó a otros ocho países. Uruguay recibió 2.486,5 toneladas, mientras que volúmenes menores se destinaron a Noruega (520,7 t), Irlanda (104,7 t), Canadá (49,3 t), Reino Unido (920,2 t), Estados Unidos (149,8 t), España (205,4 t) y República Dominicana (185,2 t). En lo que respecta al origen de la producción dentro de la Región Protegida Patagónica, el informe indicó que del total de 123.996 toneladas exportadas, el 32% provino de Río Negro; el 41%, de Patagones y el 27% de Villarino. En términos de procesamiento, los empaques bonaerenses de Patagones y Villarino fueron responsables de más del “89% del volumen de cebolla exportada desde la Región Protegida y el resto, en Río Negro”. Como comentaron, Funbapa desempeña un papel crucial en la certificación y control de calidad. Desde 1999, su “Programa de certificación en origen de cebolla para exportación, coordinado por la fundación, monitorea la calidad de la cebolla de exportación en las plantas de empaque”. Técnicos de Funbapa revisaron la mercadería en las plantas de Villarino, Patagones y las provincias patagónicas, en “estrecha comunicación con Senasa”. Más allá de los volúmenes de exportación, lo más preocupante es el impacto económico de esta campaña. Según indicaron, “esta campaña fue mala en términos económicos para todos los eslabones de la cadena cebollera”. El precio pagado al productor “en el campo osciló entre $25/kg y $70/kg y no fue suficiente para cubrir los costos”. Las plantas de empaque enfrentaron “márgenes de ganancias muy ajustados”, y los salarios de los empleados de empaque y campo “tampoco resultaron satisfactorios”. Un factor adicional de pérdida fue la falta de salida para ciertos calibres. Quedó “una gran cantidad de cebolla grande (mayor a 90 mm de diámetro) sin comercializar en los lotes y galpones, debido a la falta de demanda para ese calibre”. Los cálculos de costos de producción de Funbapa corroboran la crisis. A pesar de que “los gastos no fueron mayores a años anteriores”, el precio “en pila fue tan bajo que el margen bruto resultó negativo en todas las combinaciones de sistema de siembra y cosecha analizados”. Como ejemplo, una hectárea de cebolla temprana sembrada en tablón y cosechada con máquina tuvo un costo promedio de US$2.500, con un “margen bruto negativo de US$840/ha”. Para la cebolla tardía, sembrada en surco y cosechada a mano, el costo fue de US$4.400, resultando en un “margen bruto negativo de US$2.980/ha”. En rigor, para cubrir los costos, con los precios obtenidos este año, el rendimiento por hectárea “tendría que haber sido muy superior al obtenido en la región”. Se estima que para la cebolla tardía habrían sido necesarios entre “100.000 y 133.000 kg/ha, suponiendo que se vendiera la totalidad de la producción”. Paralelamente a la exportación, el mercado interno absorbió un volumen considerable. Hasta fines de agosto, el volumen vendido al mercado interno desde Río Negro y el sur de Buenos Aires alcanzó las 290.000 toneladas, destinadas principalmente a provincias como Buenos Aires, Santa Fe, Misiones, Córdoba y Mendoza. En la entidad subrayaron la importancia de “procurar que la totalidad de la cebolla se procese en galpones locales” para resguardar la economía regional. Además, enfatizaron que es fundamental “lograr la apertura de nuevos mercados capaces de absorber la oferta de nuestra producción”, buscando alternativas para diversificar destinos y reducir la dependencia de mercados específicos que puedan fluctuar, como se evidenció en la situación de Brasil a principios de 2025.

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