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  • Magalí, energía para construir con liderazgo y sostén colectivo

    » Elterritorio

    Fecha: 17/09/2025 14:59

    Se nutrió de encuentros de jóvenes en Suiza y Rusia, estudia ingeniería química y se desconecta en la chacra. “Que te vaya bien o mal es parte de la construcción” miércoles 17 de septiembre de 2025 | 7:00hs. Magalí en la facultad. Cuenta que el impulso familiar la llevó a sumarse a Exactas. Foto: Marcelo Rodríguez Inquieta, curiosa, enérgica y reflexiva. Puede aprovechar las bondades de la ciudad para reinventarse, buscar las soluciones a las problemáticas de trabajo, como también ser parte de una cumbre de jóvenes líderes en Ginebra, Suiza, y pasar a la calidez familiar en la chacra de su abuela en Salto Encantado. Magalí Pretto Kaczorowski asume el rol protagónico, pero también aclara que para llegar a la meta la construcción es colectiva. Mientras se forma en la Facultad de Ciencias Exactas de la Unam, comparte que fue su abuela Aurora quien desde muy temprano alentó a que asista a la universidad y subraya: “Las ciencias duras parecen alejadas de lo que es liderazgo y las relaciones internacionales, pero están unidas. Uno tiene un pensamiento pragmático, pero es muy funcional”. Se crió en el ámbito de la música, el teatro, que le dio un pensamiento más colectivo como objetivo común. Toca el violín y “ama” a los Grillos Sinfónicos, espacio en el que formó. “La orquesta además de dar el sentimiento de lo colectivo ayuda un montón para una carrera en un futuro”, desliza. Apenas supera la barrera de los 20 y ya ostenta logros. Pero no se conforma y busca sumar conocimientos. “Mi mamá (Carina) me sostiene en los momentos que son difíciles y quien celebra conmigo cada logro, por pequeño que sea”, se confiesa y amplía: “Sembró en mí la semilla de la curiosidad y las ganas de aprender, me enseñó a valorar el esfuerzo, la solidaridad y el trabajo colectivo. Es la que me impulsa a querer ser mejor cada día”. Con tantas actividades, ¿en qué momento parás, te tomás un respiro y reflexionás? Muchas veces uno agarra las actividades y sigue y va y va. Pero en general muchas de las actividades requieren que pueda contar y transmitir esos conocimientos. Entonces ese es un momento de reflexión, cómo bajo esta información. En Suiza teníamos mucho contacto con los chicos del Cono Sur y decíamos ‘como le vamos a contar a nuestros compañeros tanto que recibimos’. Pero siempre hay un momento y veo cómo comunicar, qué me llevo, cómo podría haber mejorado. Porque a veces uno no se enfoca en ciertas cosas y está bueno repensarlo para que la próxima no pase. Es fundamental cuando vas a un evento. Lo mismo me pasó cuando fui a Rusia, fue un poco difícil la transmisión de conocimiento, pero fue posible. Y a nivel juventud estamos muy enfocados en terminar una carrera universitaria porque eso habla de movilidad social ascendente. Sé y conozco a mis compañeros, muchos con papás que le mandaron a la universidad con mucho esfuerzo y siempre se toma ese espacio para valorar eso. En la agrupación contamos mucho nuestras historias, de Corrientes, Chaco, Posadas y planteamos ¿qué nos pasa, que nuestros papás nos tienen que bancar? Es un momento de reflexión que tenemos. Presidiste el Centro de Estudiantes (en 2023/24), ¿cuándo uno se da cuenta que está en un espacio para liderar? Creo que cuando un grupo de compañeros te dice ‘che, Maga, creemos que podés ir a la cabeza, confiamos en que nos podés representar’. El liderazgo siempre tiene que ser una construcción colectiva, hay alguien que está en la cabeza representando pero después tiene que haber una hiperconectividad entre todos, algo transversal de decir ‘todas nuestras ideas están representadas por esta persona’. Por supuesto que es una posición de mucha responsabilidad, a veces me pasa que me piden cosas importantes y son cosas que te llevan a lo terrenal: un turno médico, acompañar a alguien para que haga algo importante, para su vida, son momentos de conexión con la realidad. Pasa mucho en los dirigentes que se desconectan del territorio y cuando suceden esas cosas son momentos que uno cae y tiene una responsabilidad real y fue elegido por un montón de gente. ¿Cómo se maneja el ego y que la persona no se la crea? Desde mi perspectiva siempre hay que tener como un tótem, alguien que te pueda decir ‘acá podés mejorar’. Y tener un equipo y estar siempre abierto; en la agrupación somos sinceros. Estar todos en el mismo ámbito a través de una cara visible, por supuesto que es difícil. Reflexionar y plantear qué podría haber hecho mejor, pero siempre charlar y trabajar en equipo, eso te baja a un liderazgo que sea consciente. Ahora, por ejemplo, esta posibilidad que tuve de ir a Suiza, antes a Rusia, tienen una dimensión enorme y me siento bendecida de la vida. Agradezco mucho, entender que uno está en esa posición porque tuvo un momento, pero todos vamos a tener ese momento, la posibilidad para un liderazgo más inclusivo. El compañerismo es fundamental en estos espacios. ¿Qué mirada tenés de la educación pública? Se basa en la universidad como un espacio de movilidad social ascendente, para mí es fundamental. Además de pensar a la universidad como un derecho para los pueblos, son líneas fundamentales y por supuesto que siempre pasan crisis: falta presupuesto para investigación, para que nuestros docentes ganen mejor, para becas. Pero intentar encontrar esos espacios y acompañar a la universidad en sus luchas, porque somos un todo. Nos tenemos que mover en conjunto como universidad, a veces pasa que entre las mismas facultades nos ayudamos entre todos. Magalí hizo un párrafo aparte para describir la realidad socioeducativa: “El año pasado fue un momento difícil, el Centro de Estudiantes tuvo que llevar mucho la representación estudiantil, cosas básicas pero hay que pedirlas. Ahora por ejemplo no tenemos becas de comedor, sí una asistencia alimentaria. Es complejo, necesitamos que los compañeros coman, pero que coman más… que se garantice la beca del comedor y del albergue como un derecho fundamental porque con hambre y sin techo no se puede estudiar”. ¿Qué enseñanzas te dejó el encuentro en Ginebra? Trabajamos varias cosas. Me dejó esto de trabajar intergeneracionalmente, para fomentar alianzas y el conocimiento de las nuevas y las generaciones más ‘viejitas’. Siempre hay que alguien que tiene más conocimiento que yo, pero también quiero aprender, cómo conectar eso para trabajar en conjunto. Después, algo fundamental, pensar las soluciones a nivel local para después pensar a nivel global. Otra cosas que me parecen para destacar es que las juventudes tienen que integrar y tener una representación dentro de las políticas públicas y dentro del mercado. Algo que me parece fundamental recalcar es que las juventudes somos el 50% de la población del mundo y muchas veces no nos sentimos representados dentro de las políticas, no sólo a nivel Argentina sino a nivel internacional. Los jóvenes muchas veces nos dicen que no quieren votar, hicimos talleres de voto joven en las escuelas y ellos respondían ‘para qué voy a ir a votar si son todos iguales’. Se siente mucho eso. Tenemos que lograr que las juventudes participen tanto por la función pública como por el sector privado. El Foro Económico Mundial nos da muchas herramientas teóricas y de apoyo con diferentes referentes para decir sin tanto presupuesto y con ganas y alianzas se pueden hacer grandes cosas. ¿Qué le agregarías a la provincia? Quizás en Misiones deberíamos intentar más que la juventud esté dentro de la construcción de las soluciones. Muchas veces las soluciones están, pero estaría buenísimo que nos pudiéramos integrar a esas soluciones. Un recuerdo muy particular fue cuando se votó la bandera de Posadas, participamos de la votación en el primario y todos tuvimos ese sentimiento de lo colectivo; esos procesos nos marcan a lo largo de la historia. Otro ejemplo es el presupuesto participativo, es excelente. Y en cuanto al observatorio, ¿qué conclusiones sacás de esa función que desempeñás? Es un trabajo a largo plazo, nosotros observamos la diversidad de variables socioeconómicas, culturales, regionales que modifican cada sector. Y sacamos contenido que bajen esa información a la persona común. Desde mi área fomentamos que nuestros voluntarios puedan tener la producción de artículos críticos, de opinión, divulgación y que podamos entenderlos dentro de nuestras áreas. Porque no sabemos todo y nos nutrimos de que otros voluntarios cuentan su actividad y se fomenta la participación más colectiva dentro de un territorio federal. Y con diferentes actores que puedan pasarnos conocimiento y siempre trabajando esa construcción de liderazgo colectivo y la representación de nuestras comunidades. Hacemos foros, invitamos a la comunidad. El de Iguazú hace dos años tuvo mucha convocatoria. ¿Un joven de 22 años tiene miedos? Por supuesto que sí, un poco el miedo es qué voy a hacer en el futuro. Voy a tener un trabajo que pueda sostenerme económicamente, voy a tener tiempo para transitar con mi familia, uno tiene muchas posibilidades cuando es joven y se plantea: será que me va a tocar de vuelta. En Argentina los procesos económicos son muy importantes. Son cosas que un poco están en la cabeza de un joven. ¿Te gustaría desarrollar tu actividad laboral en la provincia? Sí, me encanta la provincia. Me gustaría quedarme, tenemos la posibilidad de desenvolvernos bien laboralmente, familiarmente. Es una provincia linda, segura, que tiene una conexión suficiente con la biodiversidad, con el medio ambiente y también que trabaja con el sector productivo, fundamental para sostener una provincia. Y me gustaría brindar lo que me brindó en mi etapa educativa, lo mismo con la universidad. ¿De qué te nutrís para volver renovada? Me gusta ver arte en el Centro del Conocimiento, me encanta, cada vez que la orquesta y el ballet están me encanta. Después leer es fundamental para desconectarse pero a su vez conectar con otros espacios. Y también la casa de mis abuelos y conectarse un poco con eso de… mi abuela me lleva a carpir, lavar esto y compartir con mis primos. Ahora estoy leyendo un libro que se llama Homo Deus, de un autor israelí, es interesante y habla un poco de cómo el hombre quiere convertirse en Dios, cómo pasamos esto que antes combatíamos la guerra, la hambruna y la peste a pensar en la inteligencia artificial, extender la vida, tener sistemas médicos impresionantes. También un libro sobre derecho ambiental de una autora que se llama Sabrina Lehnen Stoll, es de Brasil, ella tiene autismo pero es una crack. Y trata de cómo tenemos que involucrar al ambiente dentro del derecho. Siendo joven a veces no hay término medio entre estar bien y mal. ¿Dónde se encuentra la felicidad? En los amigos, en la familia, en el estar, en mirar el cielo estrellado, en ir a la costa a tomar un mate. En la facultad tenemos mucho eso de estoy bien porque me saqué una buena nota y al otro día estoy derrumbado porque me saqué un 2. Para sostenernos siempre hay que tener un núcleo de amistad fuerte, que diga ‘mañana lloramos y seguimos’. No sé si es la búsqueda, es el sentirse completo, decir ‘si hago pequeñas cosas me siento bien’. Salir, caminar, hacer algo con amigos, con la familia, tomar aire puro te alegra. Nos pasa en la chacra: sacar una mandarina y tomar al sol, es máxima felicidad. Pequeñas cosas que hacen sentirse bien. Me parece fundamental, esto que hace unos días fue el día de la prevención del suicidio, de entender que las universidades tienen espacios de acompañamiento y es importante recurrir a alguien y buscar soluciones. ¿Hay que derribar entonces lo de éxito y fracaso? Vas construyendo un camino, nos pasa en la familia. Si no fue bien, es parte de la construcción de las personas. Trae experiencias, conocimientos y eso pone un poco en juego. Me fue bien o mal, es parte de la construcción. Perfil Magalí Pretto Kaczorowski (22) Estudiante universitaria Estudia Ingeniería Química en la Universidad Nacional de Misiones (Unam) y de la Tecnicatura en Gestión Ambiental en el Colegio Provincial N°1 ‘Martín de Moussy’. Además, se desempeña como directora del Área de Integración Regional y Desarrollo Sostenible del Observatorio de Relaciones Internacionales de la Fundación Victoria, y curadora del Hub Posadas de la Comunidad Global Shapers. Fue la única representante de Posadas en el Global Shapers Annual Summer 2025, realizado en Ginebra, Suiza. iniciativa del Foro Económico Mundial.

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