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  • Hace réplicas de personajes de distintos rubros y las vende en todo el país

    » La Capital

    Fecha: 16/09/2025 17:49

    Lo que comenzó como un hobby, hoy es una marca que vende decenas de figuras y réplicas personalizadas, combinando arte y pop, con una producción artesanal. Desde su infancia a José “Jota” Fuentes le llamó la atención el animé, la cultura japonesa, el cine de ciencia ficción y el de terror. Siempre tuvo un lado artístico muy encendido por lo que estudió Diseño Gráfico y también se dedicó a la música. Durante el 2023, empezó a curiosear con las figuras de acción y los art toys y a partir de allí nació un negocio : desarrollar sus propios “bootlegs”, que son figuras adaptadas de juguetes originales. “Me puse a ver videos de cómo se hacían los bootlegs a ver si podía hacer los míos, como un hobby”, rememora Jota Fuentes sobre sus inicios. De la mano de una impresora 3D, empezó a hacer sus propias figuras de acción y a mostrar entre sus conocidos : “No lo pensé con un fin comercial, pero no es algo que abunde y me empezaron a encargar figuras específicas”, agrega el artista a Negocios de La Capital . Entre juegos y pruebas, Jota empezó a imprimir algunas, como una del protagonista de Titanic, Jack Dawson, congelado. También otros de escenas puntuales de la serie Los Sopranos como un Tony Soprano en bata o el ladrón de la película Mi Pobre Angelito electrocutado. O sea: figuras que, si fuesen oficiales, no tendrían esas representaciones puntuales. En poco tiempo, Jota pasó de hacer figuras de acción para él y sus amigos a tener pedidos de todo tipo: “Me han encargado que haga los perros y gatos de la familia, a un novio u otros específicos del cine o la música, como una Britney Spears con cuchillos” , describe. Así fue como, casi sin darse cuenta, de pronto tuvo una marca: Mala Vibra Toys. Hoy Mala Vibra Toys vende a compradores finales a lo largo y ancho del país . Además, participa en ferias como la Crack Bang Boom, donde los fanáticos van a buscar sus diseños originales. También tiene pedidos en el exterior, pero Jota confiesa que es un desafío exportar sus figuras porque el costo de los envíos suele superar el de los muñecos , aun así, eso no ha impedido que un director de cine brasilero -Renato Barreiros- le encargara una tanda de varios diseños para promocionar uno de sus films . La venta al por mayor es otra de las facetas de su negocio. Jota tiene algunas comiquerías de renombre en Buenos Aires, en la galería Bond Street, que le compran mensualmente diseños de muñecos para revender: “Un cliente me pide figuras de heavy metal o escritores como el de Mariana Enriquez; el otro va más por la cultura nacional como los de Cha-cha-cha”, destaca. En la actualidad una figura personalizada sale $30.000 y se puede encargar con una seña a través del Instagram de la marca, mientras que para las que ya tiene el molde hecho, salen $25.000. La demanda es buena, vende unas 50 figuras al mes. Entre otros de los clientes de Mala Vibra Toys, se encuentran el streaming Gelatina, el periodista Rebord y la banda Peces Raros, que los ha utilizado como merchandising. La banda indie Él Mató A Un Policía Motorizado y el músico Dillom -que es de los diseños más vendidos- tienen también en sus casas los diseños de sí mismos. Producción sostenida con impresión 3D Lo que empezó como pura curiosidad con una impresora 3D, hoy escaló a tres máquinas funcionando permanentemente según la demanda. Todo el proceso de impresión lleva unas 3 horas: “Ahora que tengo varias máquinas tengo todo un poco más aceitado. Primero armo el boceto en Photoshop y luego lo paso al 3D en la computadora. Después imprimo la cabeza en una máquina, el cuerpo en la otra. Por último, los lijo, los pinto a mano y voy pegando las partes, es muy artesanal”, cuenta sobre el proceso productivo. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Mala VIbra (@malavibratoys) Jota se reconoce muy autodidacta. Con el tiempo y muchos tutoriales fue aprendiendo a usar las impresoras 3D e incluso a repararlas. También ha ido mejorando la técnica de pintado. Respecto a la inversión que cuesta su emprendimiento, dice: “Tengo un costo productivo bajo porque el rollo de ecoplástico vegetal para la impresora sale $30.000 y de ahí saco 50 muñecos. Es decir que vendiendo uno solo, pago todo el rollo”. A su vez agrega que lo más complicado es el cartón del packaging porque si bien él hace el diseño, debe enviarlo a la imprenta: “No depende de mí y eso lo hace más lento. La idea es pronto comprar una máquina e imprimirlos yo”. Hacia dónde va Mala Vibra Toys Hoy en día, el creador de la marca está pensando más en cómo crear una comunidad de este arte que en la producción masiva de sus muñecos. “Quiero mejorar la calidad de la producción para hacerlos más exclusivos y que tengan más valor no solo monetario, sino creativo”, comenta. Apela a que el circuito crezca y que sea más común ver creaciones bootlegs en todos lados. También busca hacer colaboraciones artísticas con otros creadores: “Por ejemplo, hacer los muñecos a partir de su arte o que diseñen el muñeco y yo los imprimo. Otra posibilidad es que yo los haga y el artista aporte en el packaging”, propone. Si bien en algunos picos álgidos de ventas el año pasado tuvo que contratar asistentes, en la diaria trabaja solo: “Pruebo siempre algo nuevo y mientras hago uno pienso en el siguiente. Quiero que la gente se meta más en este universo y se hagan más populares los diseños originales, así se instala un consumo más grande”, concluye el emprendedor.

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