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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/09/2025 20:34
El sarcoma de células fusiformes afecta principalmente a personas jóvenes y suele localizarse en los huesos largos como el fémur y la tibia, generando síntomas como dolor intenso, fracturas frecuentes, fatiga y malestar general (Imagen Ilustrativa Infobae) Una molestia en la pierna que parecía un dolor muscular común terminó por transformar la vida de Gracie Butler de manera radical. A los 18 años, la joven británica jamás imaginó que esa incomodidad persistente sería el primer síntoma de un diagnóstico devastador: un sarcoma de células fusiformes, un tipo de cáncer poco frecuente y de comportamiento agresivo. En un principio, los médicos atribuyeron el dolor a causas benignas. Tras consultar a su doctor de cabecera, Butler recibió primero un diagnóstico de dolores musculares y, posteriormente, de tendinitis. Ni la fisioterapia ni los geles musculares lograron aliviar la molestia, que se intensificó con el tiempo. La situación se agravó tras una noche de fiesta, cuando la joven se despertó incapaz de caminar. Fue entonces cuando la trasladaron de urgencia al hospital, donde le practicaron una radiografía y una biopsia que revelaron la verdadera causa de su sufrimiento. El impacto emocional del diagnóstico fue inmediato. “Mi familia y yo estábamos en shock”, expresó Butler al Daily Mail. “Ni siquiera hubo tiempo para congelar mis óvulos, lo que me dejó aturdida y asustada por el futuro”, confesó. Según Cleveland Clinic, “el sarcoma de células fusiformes es un cáncer óseo poco común que afecta con mayor frecuencia los huesos largos de brazos y piernas. Los tumores suelen formarse en el fémur, la tibia o la parte superior del brazo. Dolor óseo, huesos que se fracturan con facilidad, fatiga y malestar general son síntomas de este cáncer”. La experiencia con el cáncer marcó a Butler desde los dieciocho años, pero ella la identifica como un proceso transformador que le otorgó resiliencia, gratitud y una visión positiva del presente El abordaje médico fue minucioso desde el inicio. Butler comenzó con la dosis más alta de quimioterapia disponible, acompañada por el apoyo constante de la organización Teenage Cancer Trust. Durante varias semanas permaneció hospitalizada y enfrentó infecciones y los efectos secundarios del tratamiento. Cuatro meses después del diagnóstico, se sometió a una cirugía pionera: los médicos extrajeron su tibia, la sometieron a radiación para eliminar las células cancerosas y la reimplantaron en la pierna, fijándola con placas metálicas. “Fue una cirugía revolucionaria. Pero el tratamiento posterior fue insoportable”, relató Butler. “La quimioterapia estaba afectando el proceso de curación y la herida de 20 cm de la cirugía no cerraba, y las infecciones recurrentes causaban que la herida se volviera más profunda y se abriera aún más. Además, la quimioterapia me estaba quemando la piel y me estaba produciendo úlceras internas en todo el cuerpo”, detalló. Ante la gravedad de las complicaciones, los médicos optaron por suspender temporalmente la quimioterapia para permitir que su organismo recuperara fuerzas. Un mes después, Butler pudo retomar el tratamiento. Aunque el abordaje concluyó seis meses más tarde, la joven tuvo que enfrentar la sepsis y someterse a múltiples cirugías adicionales para mejorar la condición de su pierna, además de continuar con fisioterapia. Gracie Butler recibió inicialmente diagnósticos como dolor muscular y tendinitis A pesar de las adversidades, Butler logró cumplir su anhelo de ser madre. Hoy, es madre soltera de Roux, su hijo de 10 años. “En 2015, después del tratamiento contra el cáncer y mientras estaba en un andador de piernas, di a luz a mi pequeño, que es un milagro después de haber pasado por un tratamiento tan agresivo de quimioterapia, síntomas de menopausia y que me dijeron que era poco probable tener hijos. Estoy tan agradecida de haberlo tenido y de poder pasar mi vida siendo su madre, así que aprovecho eso al máximo, conociendo tantos lugares como sea posible, viviendo diferentes aventuras y disfrutando de cada día con él, porque sé que soy muy afortunada de haberlo tenido”, compartió Butler al Daily Mail. “Aunque tener cáncer fue realmente duro a una edad temprana, me formó como persona y estaré eternamente agradecida. Recuerdo mi experiencia con el cáncer con recuerdos positivos y sé que tengo la suerte de estar aquí 12 años después, de tener una pierna que funciona y de tener un hermoso hijo”, concluyó Butler.
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