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» Notife
Fecha: 15/09/2025 06:54
A priori, la nueva y previsible derrota del CADU (0-3 contra Estudiantes de Caseros) le había sacado presión y tensión al domingo sabalero. En consecuencia, todos los nervios y la desesperación pasaban como propiedad exclusiva a Talleres de Remedios de Escalada: si el equipo del “Flaco” Vivaldo no le ganaba a Colón, descendía a la “B” Metro. El Sabalero, con una temporada al límite de la deshonra, con un solo puntito (no perdiendo), mandaba al descenso a dos equipos en un mismo partido, ya que el CADU tampoco podía darle alcance al equipo de Ezequiel Medrán. Más allá del retoque defensivo en la cueva, la idea del ex DT de Rafaela y Mendoza, pasaba por un 4-4-2 más cerradito y sin grietas: Lago de punta, Barreto al carril y el “Pulga” Luis Miguel Rodríguez sentado en el banco para que los otros corran, metan y se desgasten desde el minuto inicial. Para tener una idea del cruce de necesitados: Talleres había perdido 21 partidos de los 31 que había disputado en la temporada, con apenas 18 puntos y una eficacia (¿) del 19.35 por ciento. Sin dudas, campaña de descenso. De local, en Escalada, había perdido 9 de 16. Colón no tenía mucho que envidiarle: había jugada 31 y se fue derrotado en 18. Puede interesarte En un partido aburrido, con miedo de ambos lados, lo más claro apareció en los pies de Franco Vedoya: regalito (habitual) de la zaga sabalera y media vuelta que se fue arriba del arco del “Conejo” Giménez. Lo de Talleres, en ese inicio, sin darse cuenta del precipicio, muy poquito; lo de Colón, lo de siempre: la nada misma, esperar, mirar y depender de lo que hiciera el otro enfrente, en este caso el casi condenado equipo de Escalada. A los 32, un pelotazo de Tello lo dejó mano a mano al “Oso” Barrios (los centrales de Colón, bien gracias, para variar) y el futbolista de Talleres se lo llevó puesto al arquero sabalero, en una acción que era al mínimo como amarilla para el jugador local. A los 36 minutos, después de un recupero en campo propio, Batallini lo vio adelantado al “1” sabalero y le pegó desde la mitad de la cancha, con una pelota que se le fue ancha y alta al mismo tiempo. Cerca del final, Facundo Sánchez se llevó la única amarilla en el once de Medrán, generando un centro-corto desde el costado, que finalmente quedó en la nada y respiró el Sabalero. La única llegada de Colón (increíble pero real), nació de un centro de Jourdan por la derecha con pelota quieta y cabezazo del mejorcito (Lago) que se fue demasiado alto del arco de Tello. Después, el mismo Jourdan, en “modo Pulga”, buscó el gol olímpico pero sin precisión desde la pegada. Talleres, casi descendido y desde la vergüenza, fue un poco más, pero sin intensidad y mucho menos efectividad en esos primeros 45 minutos. Le quedaba apenas un tiempo para buscar ese gol; a Colón lo mismo para poder “salvarse del descenso” a la Primera “B” Metropolitana (da cosquilleo escribirlo) con el empate en Escalada. Colón volvió del descanso con el cambio del cordobés Christian Bernardi (volvía después de varios partidos) en reemplazo de un intrascendente José Barreto, seguramente pensando en tenerla y frenar el empuje obligado del dueño de casa. A los cinco minutos del complemento, el mejor de la cancha, el “Oso” Barrios, ganó por derecha en el pie a pie, la “pinchó” al medio del área pero Vedoya la tiró a cualquier lado. Al toque, otra vez, Barrios ganándole el mano a mano a Castet. A los 12 minutos, ese Colón híbrido, miedoso, chiquitito en el planteo y la estrategia, encontró ese castigo de jugar a las escondidas: pelotazo largo, jugada “peinada” al área sabalera y lo mismo de todo el año 2025: defensores especialistas en mirar y no hacer nada para que Batallini arme una media vuelta en modo golazo. ¿Un papelón?: sí, uno más. No había alcanzado a reaccionar Colón, que Talleres clavó el 2-0, con una contra letal en Escalada: lo madrugaron a Facundo Sánchez en el mano a mano, centro a la carrera de Vedoya, pelota sucia, rebotes y el mismo Batallini armando un gol rarísimo, porque es el mismo “Conejo” Giménez el que la termina metiendo adentro con un guantazo en su desesperación por sacarla de su arco. ¿Un papelón?:sí, uno más. A los 17 minutos, perdiendo 0-2, Medrán se acordó que había arco del otro lado y puso al “Puma” Gigliotti en reemplazo de una sombra llamada Oscar Garrido. Más de una hora se consumió para que Colón se acordara de patear al arco de Talleres: le pegó Castet y Tello voló para mandarla al córner. Así, una vez más, Colón resucitó a un equipo que estaba “muerto” en vida y que esperaba el toque final para irse a la “B” Metro. Lo de los jugadores es una total deshonra a la historia de esta camiseta, Medrán ya es cuota-parte responsable de este “borrón” sin precedentes: a tres fechas del final, el Sabalero puede irse a la “B” Metro. Insisto: da cosquilleo escribir eso. Dirigentes (por llamarlos de alguna manera), jugadores (a priori) y cuerpo técnico, todos metidos en la misma bolsa y responsables de este bochorno que es una inmensa falta de respeto a la historia, a la gente y a la estrella como campeón ciudadano en la Santa Fe de Juan de Garay. Puede interesarte Colón (28) recibirá a Morón, visitará a Estudiantes de Caseros y cerrará de local con el CADU en el Cementerio de los Elefantes. Talleres (20), que está ocho unidades, visitará a Mitre de Santiago del Estero, recibirá a Chaco For Ever y visitará a Almirante Brown en Isidro Casanova. El CADU (19) tendrá dos partidos seguidos de local: Nueva Chicago y Temperley, mientras que en la última visitará a Colón en el propio Cementerio de los Elefantes. A esta altura, de cara al partido con el Deportivo Morón en el Brigadier López (domingo que viene a las cinco de la tarde), contra un “Gallito” que está tercero y con chances de llegar al primer puesto, hay que rezar para que no ganen Talleres de Remedios de Escalada y el CADU en Zárate. No hay otra: esperar que no ganen los otros, que lo salven los otros. Porque este Colón no tiene piernas, no tiene fútbol, no tiene alma, no tiene corazón y no tiene nada de nada para ganarle a alguien. Lo único que tiene Colón es suerte por los dos rivales con los que pelea el descenso a la “B” Metro. ¿La verdad? Lo más “normal” sería que zafe de perder la categoría. De lo que no se van a salvar estos dirigentes con “Víctor Francisco Godano” a la cabeza, estos jugadores y ahora también este entrenador es de haber llevado a Colón al borde del vacío total a tres fechas del final de una segunda categoría de ascenso en la Argentina
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