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  • Trump, el comandante en jefe que no tiene quien le escuche

    » Corrienteshoy

    Fecha: 15/09/2025 00:59

    Trump, el comandante en jefe que no tiene quien le escuche Donald Tump cultiva su autorretrato de 'hombre fuerte': dentro de EE.UU., militariza la frontera sur para frenar en seco la entrada de inmigrantes indocumentados, saca al Ejército en Los Ángeles para calmar protestas o lo despliega en la capital del país para hacer las labores de la policía y controlar el crimen; más allá de sus fronteras, alardea de las «siete guerras» a las que él ha puesto fin con su fortaleza diplomática, –aunque no esté muy claro cuáles son y muchos de los propios países implicados dudan de su papel–, ahoga a decenas de socios comerciales con aranceles y presiona a los aliados tradicionales de EE.UU., como la Unión Europea o Canadá.Pero en las dos crisis internacionales que marcan el comienzo de su segundo mandato –las guerras de Ucrania y Gaza– ese retrato tiene pies de barro. Los dos hombres clave en estos conflictos –el presidente de Rusia, Vladímir Putin , y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu – parecen haberle tomado la medida al comandante en jefe de EE.UU.: mantienen una relación privilegiada, desoyen las exigencias del multimillonario neoyorquino y, por el momento, no se enfrentan a ninguna consecuencia.Putin y Netanyahu juegan papeles muy diferentes para EE.UU. El primero es un rival; el segundo, un aliado. Pero ambos han sabido negociar la renuncia de Trump –pese a su retórica- a cumplir con sus propias promesas, exigencias y amenazas.Noticia Relacionada estandar Si De Qatar a Irán, Netanyahu esquina a Trump en ataques sensibles Javier Ansorena Algunos analistas dudan de que EE.UU. no estuviera más al corriente del ataque contra Hamás en DohaEl caso más evidente –y quizá más dañino para Trump– es el de Putin y la guerra de Ucrania . La promesa electoral de acabar con el conflicto «en 24 horas» pesa un poco más con cada día que pasa y el presidente de EE.UU. da cada vez más sensación de no poder o no querer lograr avances.La secuencia de acontecimientos en las últimas semanas habla por sí misma. Trump organizó a todo correr una cumbre en Alaska con Putin en la que dijo que se habían conseguido grandes avances para la paz, pero sin ofrecer ningún detalle concreto de progresos. Pocos días después, tras otra cumbre –esta vez en Washington, esta vez con Ucrania y sus aliados europeos– advirtió de «consecuencias severas« para Rusia si no se avenía a la paz. Impuso un plazo de dos semanas para cambiar de rumbo si no veía voluntad de acuerdo en Rusia o Ucrania. Desde entonces, Putin no ha ocultado sus intenciones. Entre otras operaciones militares, ha lanzado la mayor lluvia de drones contra Ucrania desde el comienzo de la guerra. Y, en un movimiento para muchos calculado, para tomar la temperatura de los aliados occidentales, ha volado drones sobre el espacio aéreo de Polonia, miembro de la OTAN.La respuesta de Trump ha sido decir que está «muy descontento» con aquel bombardeo y justificar que la violación del espacio aéreo de un socio de la OTAN «quizá fue un error». Y este fin de semana ha hablado de imponer «grandes sanciones» a Rusia -un clamor de Ucrania y de los europeos para forzar a Putin a la negociación-, pero solo si los países de la OTAN dejan de comprar petróleo ruso y si imponen aranceles de entre el 50% y el 100% a China. Son exigencias de improbable cumplimiento, lo que difumina cualquier amenaza a Rusia. Para acabar de convencer de que no tiene intención de molestar a Putin, en el mensaje en el que Trump habló de esas sanciones citó a su antecesor, Joe Biden , y al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski , como responsables de la guerra. No citó al agresor, a Putin, quien decretó la invasión de su país vecino.Influir en NetanyahuEn Oriente Próximo, la situación es distinta. Al contrario que con Putin, Trump debería tener capacidad amplia de influir en Netanyahu. Para empezar, por los 3.000 millones de dólares en ayuda militar que llegan a Israel cada año desde EE.UU. Pero Netanyahu ha dado la sensación de ser un verso suelto y de perseguir sus propios objetivos en Gaza y en Oriente Próximo, con independencia de las prioridades de Trump. Lo hizo en el ataque a Irán, al que EE.UU. –a través de su secretario de Estado, Marco Rubio– reaccionó diciendo que era una acción «unilateral» de Israel. Después, Trump se sumó a la operación para bombardear instalaciones nucleares de Irán.Después, Trump ha protestado por la situación humanitaria en Gaza, sin gran impacto en Netanyahu. Y el hecho de que Qatar sea un aliado clave para EE.UU. y Trump –allí tiene su mayor base militar en Oriente Próximo, el presidente y su familia están involucrados en negocios jugosos– y que Israel ejecutara un ataque aéreo en su territorio contra líderes de Hamás hace unos días, otra vez «unilateral» refuerza esa idea. Con el añadido de que esos cabecillas del grupo terrorista son con quienes EE.UU. negociaba para conseguir el objetivo que quiere Trump: la liberación de los rehenes que quedan en manos de Hamás y el fin de la guerra.Trump reaccionó a aquel ataque con lamentos –otra vez, «muy descontento»–, una llamada supuestamente iracunda a Netanyahu y filtraciones a la prensa sobre el enfado de Trump con el primer ministro israelí. Rubio, su jefe diplomático, está ahora en Israel para acabar de recomponer la situación, mientras los países árabes tratan el ataque en su propia cumbre en Qatar.El «descontento» de Trump deja por ahora contentos a Putin y Netanyahu: han pasado casi ocho meses desde que el multimillonario neoyorquino regresó a la Casa Blanca y no ha hecho nada por ponerles coto. Fuente: https://www.abc.es/internacional/trump-comandante-jefe-escuche-20250914043512-nt.html

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