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  • Diego Cabot y Claudio Jacquelin desmenuzaron la situación política y económica hacia el 26 de octubre

    Parana » AnalisisDigital

    Fecha: 14/09/2025 07:33

    Este sábado por la noche, en el octavo piso del Hotel Howard Johnson Mayorazgo, se desarrolló un nuevo encuentro del Ciclo de Charlas Periodísticas de ANÁLISIS, que tuvo como protagonistas a los periodistas de La Nación, Diego Cabot y Claudio Jacquelin, también de Ahora Play, moderados por Antonio Tardelli. Bajo el título “Elecciones, justicia y poder político”, la actividad convocó a un nutrido público, que siguió con atención los análisis de los disertantes sobre la actualidad nacional. Este espacio de debate público constituye el séptimo encuentro del año y se realiza gracias al apoyo de Canal 9, Radio Plaza y el hotel anfitrión. Para comenzar, Diego Cabot agradeció la convocatoria y expresó su entusiasmo por el intercambio. “Siempre es lindo salir de Buenos Aires y hablar con la gente. Bueno, en general, cuando nos encontramos con alguien, la pregunta que nos hacen es: ‘¿Y cómo la ves?’ Y como saben ustedes, somos personas que hablamos todo el tiempo con fuentes que están muy metidas en el día a día, con los más altos funcionarios del gobierno nacional. Obviamente, también de los provinciales; tenemos mucho diálogo, especialmente ahora que los gobernadores han vuelto a tener fuerte movimiento en Buenos Aires, que se los escucha mucho más que en otras épocas, cuando agachaban la cabeza, iban a pedir plata y a golpear la puerta de la Casa Rosada hace unos años”. Cabot continuó planteando una mirada en dos horizontes temporales, analizando a largo y a corto plazo político. “Argentina vivió 20 años a la salida de la democracia, donde nos movimos entre peronismo y radicalismo, que después fue un poco más antiperonismo que radicalismo en la última época con la Alianza. Y esos fueron los dos polos que organizaron la política argentina en los primeros 20 años de la democracia, hasta que todo termina en 2001-2002. A partir de ese momento, la Argentina se organiza entre kirchnerismo y también antikirchnerismo, y así termina dándole identidad también al macrismo, que era básicamente un partido en oposición al kirchnerismo. Y ahora, de un día para otro, estamos en el gobierno de Milei. Entonces, la pregunta es si estamos ante un cambio de ciclo. En principio, pareciera que el kirchnerismo todavía tiene vida. Lo que sí estamos viendo, y creo que es irremediable, es un cambio generacional”, sentenció. Para ilustrar este cambio, Cabot recordó cómo hace cinco años los debates políticos se centraban en Cristina Kirchner y Mauricio Macri. “Ahora pareciera que ya estamos ante un proceso de jubilación anticipada de Cristina, básicamente por su condena, y de jubilación de la extracción política de Macri. Entonces no sabemos si es un cambio de época, pero sí estamos ante un cambio generacional”, sostuvo. Respecto al futuro cercano, Cabot proyectó sobre Milei y la reorganización política. “Todo parece indicar que Milei, o alguien similar desde su partido, podría construir algo del centro, con los gobernadores como personajes centrales de lo que va a venir, porque es el reducto donde hay dirigentes de los que podría salir de acá a dos años algún otro candidato presidencial”, consideró. Cabot también se refirió a la renovación dentro del peronismo. “Parece que surgió con fuerza Axel Kicillof y es posible que todo se encolumne detrás de él o con algunos dirigentes contemporáneos. Entonces, lo que sí estamos es frente a un esquema de cambio dirigencial, de vencimiento de una generación política por otra”. Para dar un ejemplo concreto del impacto de esta nueva generación, el periodista continuó: “No sabemos quién es Milei, si es el Duhalde de 2001 a 2003, que fue un conducto donde la Argentina usa un dirigente poscrisis 2001. Nos lleva a preguntarnos si Milei es un conducto para terminar con una época de políticos que hartaron, cansaron por sus formas, o si la política se va a organizar con Milei como uno de los ejes. No lo sabemos, aún quedan dos años y medio de gobierno”, expresó. Cabot enfatizó: “La Argentina ha empezado un nuevo sistema de recambio generacional. Que, como siempre lo sabemos hacer los argentinos, es pendular, vamos de un lado para el otro, no generando descendencias propias en los espacios”. A corto plazo: Milei vs. Kicillof En relación al corto plazo, se refirió a Kicillof y a Milei. “Kicillof le debería hacer una estatua a Milei porque le entregó en bandeja una elección donde no se debatió la provincia de Buenos Aires, que es realmente desastrosa. Entonces Kicillof tendría que darle las gracias a Milei por no hablar nada de la provincia de Buenos Aires, de la política de la provincia, donde ha hecho un desastre como pocas veces”, ironizó. Agregó sobre Milei: “También le debiera agradecer a Kicillof ser el exponente del otro lado. Porque si hay un enemigo ideal para Milei es Kicillof. El que no lo vota Milei, le va a costar mucho votar a Kicillof si está del otro lado”. Para cerrar su análisis sobre este período de transición política, Cabot sentenció: “No sabemos si los gobernadores van a ser una opción, si esta vez va a poder surgir algo en el medio. Ahora se están juntando, y son otra generación de políticos. Entonces, al menos estamos en un recambio generacional”. Respecto a los desafíos económicos, señaló: “Va a ser muy difícil para Milei. Ya prácticamente no tiene tiempo de reversión en los temas económicos. La economía que tenemos hoy no va a ser mejor, pero puede llegar a ser peor. No hay posibilidades de nada, y lo mejor que puede pasar es que todo esté como ahora”. En cuanto al voto de los argentinos, Cabot destacó: “Si la economía funciona, a los presidentes les es mucho más fácil; los escándalos no pasan de ser comidilla, pero si la economía no anda, no hay institucionalidad posible”. Planes de estabilización Cabot explicó la particularidad argentina en relación a los planes de estabilización. “En Argentina funcionan todos los planes de estabilización. Con Alfonsín, el plan Austral funcionó un tiempo, el plan Primavera también, y así podemos encontrar grandes planes de estabilización. El de Milei, que básicamente tiene como eje el superávit fiscal —no gastar más de lo que se recauda— también funciona”. Destacó que, “Argentina es el país que mejor aplica los planes de estabilización de la historia. El único problema es que nunca se logra la segunda fase, la de las reformas estructurales para que esa estabilización sea duradera. Ese camino es el que tiene que prender Milei”. Cabot añadió que, “si la Argentina estabiliza pero no logra un nuevo régimen impositivo, un diálogo con las provincias, un sistema previsional sólido, un sistema laboral distinto y administración pública eficiente, no hay plan de estabilización que resista. La génesis del nombre es estabilizar, pero después hay que navegar. El Congreso que viene tiene que empezar a discutir temas estructurales, como bajar la inflación y mantener un tipo de cambio estable, recurriendo a otras fuerzas aliadas. Y por ahora, tiene el músculo flaco”. Cabot también se refirió a los casos de corrupción en el gobierno nacional. “El caso LIBRA y la Agencia Nacional de Discapacidad no generaron grandes movimientos”, consideró. El análisis de Claudio Jacquelin Jacquelin continuó con la disertación que le cedió Cabot, quien bromeó por su relación en La Nación: “Claudio siempre tiene la última palabra”. El periodista compartió su visión sobre la situación del país y del gobierno de Milei. “Hace rato que veo un horizonte complejo de Argentina. Cuando Milei decía ‘no la ven’, yo no la veía. Y sigo sin verla. Milei se metió en una trampa complicada con un equipo muy elemental, con poca experiencia, con cuadros que llegaron en el último minuto, algunos demasiado pasados y otros desconocidos. El tiempo nos mostró que los que no conocíamos, han defeccionado bastante, y los que conocíamos fueron consecuentes con lo que eran y con lo que sabíamos”. Jacquelin analizó el contexto histórico reciente. “El país estaba al borde del colapso, de la hiperinflación, con un proceso de destrucción institucional potente, en un fin de ciclo prolongado artificialmente porque el fracaso de Macri prolongó la sobrevida del kirchnerismo para terminar en la catástrofe que cerró el gobierno de Alberto Fernández. Pandemia de por medio, con el impacto social, productivo e institucional, y ahí llegó Milei con dos mandatos, uno era resetear el sistema, romperlo; y el otro, bajar la inflación. Su activo fue ir contra la casta, construyendo un enemigo, la dirigencia política enquistada, sindicatos y empresarios prebendarios del Estado, y fue muy exitoso. Pero fracasó en el segundo mandato, que era terminar con la casta, porque la elección lo llevó a enfrentar adversarios que tenían legitimidad, reconocimiento, como jubilados, médicos del Garrahan y personas con discapacidad. Así llegó a la elección nacionalizando los problemas internos”. A continuación, expresó que “el otro tema central era la corrupción que había sido repuesto en la agenda pública, con una acusación de alguien que había sido su amigo personal y su abogado personal, quien hoy todavía tiene el poder para representarlo, que era Diego Spagnuolo, que manejaba la Agencia Nacional de Discapacidad. Un problemón, que acusaba a su hermana y a las dos personas que son los constructores políticos. Con lo cual, la casta había perdido el glamour para ser el enemigo, porque la casta estaba adentro. Y porque los frágiles, los vulnerables, los débiles, habían sido puestos en el lugar del enemigo. Milei llegó a esta elección para nacionalizarla y perderla en el peor momento, en el peor lugar y con el peor adversario”. Analizó que “el peor momento se daba primero en el plano económico, donde la reducción de la inflación había perdido impacto. Entre las preocupaciones de los argentinos con las que se llegaba a la elección, aparecían el empleo, la pobreza y la corrupción”. En cuanto a lo económico, indicó que “este año tuvimos un primer trimestre de crecimiento, año contra año, contra el peor trimestre del 2024, después de la salida del proceso del freno de mano puesto del proceso inflacionario y la devaluación. El segundo trimestre se estancó, y tercer trimestre se cayó la economía. Con lo cual era un muy mal momento, en ese plano era donde Milei iba a enfrentar una elección", explayó Jacquelin. En lo político, continuó: "Había desplazado su lucha contra la casta para tener la casta dentro. Y como necesitaba construir un enemigo, todo gobierno necesita construir un adversario, un otro con el que se va a pelear, fue a buscar el enemigo que él no había buscado nunca, que era el kirchnerismo. Y de hecho, si miramos con qué periodistas se peleó, no se peleaba con los que estaban cerca del kirchnerismo, se peleaba con los periodistas que estaban en el medio. Los periodistas de La Nación, algunos de Clarín, los periodistas que estaban identificados como periodistas profesionales". El periodista destacó también los conflictos internos dentro del equipo de Milei. “Llegó peleándose con todos los que lo habían ayudado a transitar su primer año de mandato, y además maltrató a los pocos aliados que terminaron sumándose”. Jacquelin profundizó en las consecuencias sociales y económicas. “En la estructura social, este gobierno llega además con números preocupantes: caída de salarios, dificultades para llegar a fin de mes, aumento de mora en tarjetas de crédito. Esto afectó a los sectores medios y bajos, que se vieron en situaciones de angustia. La Argentina ajusta pero no crece, y ese es un desafío estructural”. En cuanto a la liga de gobernadores, dijo que “es positiva porque son gobernadores jóvenes de primer mandato, porque son moderados, porque son mayoritariamente de provincias productivas y no prebendarias del Estado central. Esto es un estabilizador del sistema. Si este gobierno tuviera una mala elección el 26 de octubre y tuviera el vacío de representación que había hasta hace tres meses, la Argentina estaría enfrentando una situación quizá tan problemática como la de 2001, aunque las condiciones estructurales no sean las mismas y sean bastante mejores, pero la falta de contexto que lo pudiera contener al sistema lo desequilibraría. Por lo tanto, para encontrar algo positivo en este contexto tan complejo, digo: menos mal que aparecen estos gobernadores. Que no es un partido político. Yo lo llamo un portacontenedores, donde cada uno lleva adentro el contenedor con su casa y verá quién llega a puerto y dónde construye la casa, y nadie lo sabe. Pero sí lo que da es una idea de que hay una posibilidad de estabilizar el sistema”, analizó. De cara al 26 de octubre Hacia octubre, Jacquelin consideró: “Me parece que esta elección seguramente será un poco mejor que lo que fue la de la provincia de Buenos Aires, salvo que la situación se produzca un empeoramiento que yo no veo. Creo que hay soporte para que esto no empeore suficiente, pero tampoco para que mejore. Entonces esto probablemente obligue al gobierno a tener que negociar. Y me parece que eso nos verá en que si esta Argentina maduró y entiende que hay cosas que no se pueden hacer nunca más, no se puede volver al déficit fiscal demencial, no se puede volver a la inflación, no se puede tratar de luchar contra las leyes de la gravedad. Entonces, para terminar con esto, seguramente vamos a enfrentar un proceso complejo. Pero creo que en esta maduración que ha tenido la sociedad golpeada, que se cansó de buscar mesías y soluciones mágicas, empezó a entender que la realidad es más costosa, lleva más tiempo, pero que es el único camino”. Con estas palabras, Claudio Jacquelin cerró su exposición, desatando los aplausos de la concurrencia que siguió con atención las consideraciones de los periodistas de La Nación.

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