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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/09/2025 07:30
María Laura Santillán Con Celeste Cid Trabaja desde muy chiquita y hoy a los 41 años escribe el guión de una serie que va a producir y a protagonizar. Es la mamá de André y Antón y está novia con Santiago Korovsky. Tenía apenas 12 cuando empezó en “Chiquititas”, después vinieron “Verano del ‘98” y más novelas y novelas. Hasta que llegó “Resistiré”, la culminante, también siendo muy joven. Celeste es la dueña de una larguísima e interminable trayectoria como la de una actriz de… ¿80 años? – Buenas cremas en su casa tenía… jajaja. Es verdad, he trabajado mucho, tengo 80 reales. Ya estoy en la edad en la que me empiezo a olvidar. Cuando era chica veía actrices que dudaban de lo que habían hecho, los años… Ya estoy entrando en esa etapa, no me acuerdo de un montón de cosas. – Es que son muchas, repasando me encontré con algunas que no recordaba. Trabajaste 30 años. En serio son 30 años de trayectoria. “LA TRAYECTORIA ES MI RELACIÓN MAS LARGA, ESTABLE” – Es mi relación más larga, estable. No entremos ahí, jajajaja. – Tus relaciones siempre fueron cortas. La más larga fue de cuatro años con Emmanuel Horvilleur. – Estás yendo muy a fondo. Muy rápido. ¿Sos de Aries? – Ascendente en Aries, no creo nada. – Yo también soy ascendente en Aries. – Es verdad que las relaciones con varones son cortas, pero si querés lo hablamos después. – Son cortas. – Cuatro años. La máxima, o ¿hay una más larga? – Por ahora no, pero hay una vida por delante. "Fui aprendiendo que no hace falta hacer todo tan bien", aseguró Celeste (Fotos de Gustavo Gavotti) – Estuve leyendo que eras muy buena alumna en el colegio y que simultáneamente trabajabas. Tenías 9,80 de promedio. –Sí, insoportable y la pasaba mal además si no llegaba el diez, con mucha autoexigencia. Pesada, mucha autoexigencia, querer llegar con todo y estar tranquila y cumplir y… en un momento decís: pará, es una vara muy alta, ¿no? Muy sobreadaptada a un montón de cosas, fui aprendiendo que no hace falta hacer todo tan bien. – ¿Vos querías el número alto o te gustaba estudiar? – Me gustaba estudiar, pero también había como un desafío a mí misma demasiado elevado. Muy capricorniana, estricta conmigo. Hace poco leí que si no hubiese fallas, no habría vida. Cuando las cosas no salen tan buenas es lo que te enseña, siento. “ESTABA SOBREADAPTADA, PERO ESO TENÍA UN PRECIO QUE NO REGISTRABA” – Si eras tan autoexigente en el colegio y tenías que además estudiar el libreto de las novelas, cómo era la organización del tiempo? – Era difícil, era arduo. Por eso te decía que estaba bastante sobreadaptada, que llegaba a hacer las cosas, pero eso tenía un precio que no registraba. Siento que es un sistema nervioso que me llevó muchos años sacarme del cuerpo. La pandemia tuvo mucho que ver con eso, con sentir que si no estoy haciendo cosas adrenalínicamente, hay una vida que es más tranquila y no pasa nada y eso no está mal. - O sea, era lo normal. - Eran otras épocas también. Yo empezaba una tira y en marzo, abril, ya sabía el año siguiente cómo iba a ser. Así me formé desde el fin de mi primaria y mi secundaria. – ¿Terminar la secundaria? – No, no. Por el trajín, la corrida, empecé a protagonizar a los 16 y ahí me planteé si frenaba, pero a la vez sentía que era mi vocación y que estaba pasando algo ahí. Me quedó una cosa pendiente, estudiar psicología. Y pensé si no terminaría el secundario para estudiar. Por ahora no, pero puede ser un plan. "Estaba bastante sobreadaptada, que llegaba a hacer las cosas, pero eso tenía un precio que no registraba", reflexionó Cid (Fotos de Gustavo Gavotti) – ¿Cuánto te falta? – Me quedan 4.º y 5.º, bastante. - ¿Te quedaste con ganas de hacer una carrera universitaria? – A veces me infiltro en algunos cursos de profesionales y estoy online. Pero me gusta el diploma. Me gusta estudiar, siempre estoy curioseando con cosas. – Publicaste dos libros, tenés mucho contacto con la lectura, con la escritura. Son libros que tienen collages, que tienen espacios en blanco, que son bastante locos. Uno se publicó el año pasado, “Intimidad”. – Sí. Ese libro lo escribí a mis 25. Y ahora que tengo 80, me animé. Me tomé mi tiempo. – Te gusta lo analógico. Estamos hablando todo el tiempo de escribir. – A mí me conmueve eso que vos tengas tus preguntas manuscritas. Porque hay algo que está cerca. – ¿Terminaste de escribir el guión de tu próximo proyecto? ¿Lo escribís a mano también? – Estoy en proceso de escritura. Lo escribo a mano. La guionista va con su computadora y todos sus elementos y yo siento que en una computadora pierdo, se archiva más rápido… "Cuando era más chica, dirigía más íntimamente, lo que a mí me resonaba, con gente profesional. Ahora empezó a tomar un cuerpo que no esperaba", relató Celeste (Fotos de Gustavo Gavotti) – Vas camino a ser como las grandes actrices de Hollywood de hoy que producen, dirigen, escriben ¿Ése es el proyecto? – Siempre dirigí cosas. Cuando era más chica, dirigía más íntimamente, lo que a mí me resonaba, con gente profesional. Ahora empezó a tomar un cuerpo que no esperaba, fue a partir de una idea que tuve. Mi novio viene de hacer una serie que dirigió, que escribió, donde hizo un poco todos los roles y supongo que hay algo de su estímulo que me llevó a hacerlo. – ¿De verlo a él hacer todo en “División Palermo”? ¿A Santi Korovsky lo nombramos? – Sí, que no se enoje. – ¿Por qué se va a enojar? Él te nombró cuando lo entrevisté. – Entonces lo voy a nombrar mucho, jajaja. Hay algo implícito, de verlo en acción haciendo las cosas. Y también sus características, somos muy parecidos en muchas cosas. Empecé a ver más cercana la posibilidad de dirigir, producir, escribir. – Es mucho más trabajo. – Es mucho trabajo. Estoy muy impresionada. No porque actuar no sea un trabajo, sino que al actuar te dan un material que ya está digerido. Pasó por correcciones, pruebas, por mucha gente y vos solo estás con tu personaje a cuestas. Me interesaba salir un poco de la cosa individual de la actriz y pasar a pensar en los otros personajes, pensar los conflictos, cómo los resuelven, ver cómo eso se filma, todas esas decisiones que son horas y horas y meses y meses y que después la ves en una noche y se acaba. - No puedo dejar de pensar en cuando te conocí, eras chiquita y tuviste un bebé siendo bebé. Tenías 19 o 20 años. Creció con vos tu hijo mayor. – Sí, tenía 19 cuando quedé embarazada. Sí, crecemos todavía. –¿Sigue viviendo con vos? – No, hace poquito se fue a vivir solo a cuatro cuadras. Me encanta que viva solo, ya hice todo ese proceso de... – ¿Cómo fue? – Bueno, llorando un poco. Sí, es un poco fuerte. El vínculo que tenemos es muy cercano y ante cualquier cosa que él acude a mí. No hay temas de los que no se habla, hay un diálogo muy fluido, muy cercano y muy cotidiano. O sea, no hay un día que yo no hable con mi hijo. Entonces está esa seguridad de que el vínculo está construido y es lindo y es sano y que yo sé que nunca va a tener vergüenza de decirme: che ma, hice esto. Porque no va a encontrar en mí un juicio de valor. – Se llama André, nombre francés. Y tu segundo hijo, Anton, también francés también. Con dos señores de origen francés. Qué curioso eso. – Sí. Mi papá se llamaba Aníbal, superé el tema con mi padre. Entra el psicólogo para en este momento hacer terapia familiar con María Laura, jajajaja. André! Anton! Aníbal! "A mí me da vergüenza también hablar de él. Pero es hermoso, es una persona muy, muy especial", confesó Celeste (Fotos de Gustavo Gavotti) – Nos gustan mucho las palabras. Pero pensaba en el hecho de tener hijos con dos hombres de origen francés. Ese origen común. – Sí, puede ser. – ¿Sabés que parecés francesa? El luquete de hoy ayuda. Vamos a hablar de hombres, pero este es el momento en que hablás de Santi, que tiene la mejor sonrisa que vi y es muy amoroso. – María Laura, calmate. Está ocupado. Es hermoso, es hermoso, sí. Y a mí me da vergüenza también hablar de él. Pero es hermoso, es una persona muy, muy especial. ¿Viste? No conozco muchas. – Es muy transparente. – Sí, es muy transparente. Es muy sensible. Está muy conectado y tiene algo que es de verdad. ¿Viste cuando sentís que una persona es de verdad y va con eso? Sí, es lindo. – ¿Se llevan muy bien? – Nos llevamos muy bien. Sí, y también tenemos maneras muy distintas y las abarcamos juntos. Queremos aprender a cocinar y vamos juntos a tomar clases de cocina. Ahora estamos haciendo unas clases de mindfulness. Meditamos. – Qué difícil concentrarse cuando hay otro meditando al lado, no tentarse por ejemplo. - Al principio sí, porque es algo muy íntimo, pero es lindo. El uso de las pantallas nos genera una ansiedad por momentos nos hace sentir mal. Entonces es bueno tener herramientas para poder bajar cuando uno está hiperestimulado con información. – Santi dijo que es adicto a las pantallas y al teléfono especialmente. – Sí, está bajando. Con responsabilidad de darse cuenta de que hay que hacer cosas, de tener conciencia también de lo que uno quiere construir. Si estás en la pantalla no estás acá. Y eso los dos lo trabajamos. – Es difícil, juntos. – Te lo recomiendo, estamos pudiendo, sí. – Antón, tu segundo hijo, que tiene nueve años. – Ahora cumple nueve años. Es un genio, es muy sensible, muy pegado conmigo. Yo lo tuve más grande y siento que me entraron miedos con Antón, con André no fui tan consciente. Es un vínculo muy hermoso, muy distinto también, otro contexto también de mundo. Esto de las pantallas, invade mucho el universo de los pibes. Mucho límite, es rebelde. Bueno, maternar. “AHORA ESTAMOS TODOS MUY INTEGRADOS. CUANDO SANTI NO VIENE A DORMIR ANTÓN ME DICE: ‘¿HOY SANTI NO VIENE?’ YA LO NECESITA CERCA. – ¿Cómo es esa escena con el novio de mamá? – Está bueno eso, eso es. Santi es muy sensible y muy atento también a las necesidades, y también de ir encontrando los lugares, hasta dónde sí, hasta dónde. No es que todo da lo mismo. Ahora estamos todos muy integrados y cuando no viene a dormir a casa Antón me dice: “¿hoy Santi no viene?” ¿Ya lo necesita cerca, viste? – Vas a hacer tu propia serie y trabajás con un equipo, con un grupo de gente. ¿Santi no está en el grupo? – Bueno, no, pero sí. En principio en el grupo formal no, pero obvio que le hago preguntas. Además él es muy metódico, le hago una pregunta y se sienta, la piensa… Sí, está en el equipo, pero no está formalmente. Él también es de ese mundo y yo tengo que hacer mi camino. Me acompaña hasta donde yo le pido, es consciente de que es mi recorrido. "Mi libro “Intimidad” está escrito como un guión, pero a la vez es un guión que no podría ser filmado", explicó Cid (Fotos de Gustavo Gavotti) –¿Lo haces como autodidacta o hiciste cursos de guión? – Es un poco el lenguaje en el que me formé. Empecé a los 12 y toda mi vida fueron guiones de diferentes estilos y diferentes directores. De hecho mi libro “Intimidad” está escrito como un guión, pero a la vez es un guión que no podría ser filmado. – Según Ignacio Iraola, el editor, es una novela. – Sí. Me han dicho también que parece un poemario. Tiene algo medio caleidoscópico el libro, es un guión, pero a la vez hay personajes que si los representás, para mí pierden encanto. Hay un momento en que hay una escena en una cúpula con el destino que está insomne, no sé si le quiero poner la cara de un actor al destino. Hay algo de la peli que uno se hace cuando lee. Yo soy lectora habitual, me gusta mucho leer y me gusta que eso pase. No condicionar a que el que lea tenga que ver esto. Te voy a regalar el libro. Yo soy un poco autodidacta también, estudié de todo un poco, pero de nada demasiado. Tengo ascendente en Aries también. - Ah vos creés a morir… Se estrena una película que te tiene como protagonista, “Papá por dos”. – “Papá por dos. Es una peli muy, muy hermosa, muy tierna. Es una peli que convoca estos temas. La familia, que es un tema universal, pero con una mirada desde la ternura. De pensar estas nuevas familias y cómo el proceso de construir, de esta cristalización que a veces tenemos de estos grandes temas. Es una chica que quedó embarazada de su ex y ahora está con su actual novio. Se habían separado, no fue una infidelidad y le plantea a su novio que está embarazada de su ex, pero que quiere tenerlo con él. Ahí arranca esta travesía del personaje de Benja, que está divino en la película, Benjamín Vicuña, genio total. De cómo este personaje empieza a construirse, es un personaje muy estructurado. “CONOZCO MATRIMONIOS DE MUCHÍSIMOS AÑOS CON FALTAS DE RESPETO, SIN COMPAÑÍA. SI ESE ES EL PRECIO, LLEGO A CUATRO AÑOS PERO LLEGO BIEN” – ¿Cómo se armaría tu nueva familia? Retomemos lo que me decías al principio sobre las relaciones cortas que tuviste hasta ahora. ¿Te imaginás armando una nueva familia? Estás más acostumbrada a estar sola, o no? – O no supe afrontar ciertos problemas, quizás. Debe haber algo de no tener herramientas, no lo tengo tampoco tan claro. Me pasa que también conozco matrimonios de muchísimos años en donde hay faltas de respeto, no hay compañía, hay invisibilidad de vínculo, un montón de cosas, y digo: “si ese es el precio llego a cuatro, pero llego bien”. Igual hay algo en los vínculos largos que me da añoranza. Me interesa aprender de mí y del otro a entrar en esos lugares incómodos y que eso no sea un problema, que haya ahí algo de información que no solo asuste. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON CELESTE CID: “CONOZCO MATRIMONIOS DE MUCHÍSIMOS AÑOS CON FALTAS DE RESPETO, SIN COMPAÑÍA. SI ESE ES EL PRECIO… YO LLEGO A CUATRO AÑOS, PERO LLEGO BIEN.” – ¿Esa información no la tuviste de chiquita? - O no la supe transformar en otra cosa, no lo sé. No me castigo tampoco, es lo que hice con la mejor intención. Siempre estuve con personas muy buenas. Algunas un poco más particulares que otras, jajaja, pero siempre estuve en vínculos con gente buena. “SOY UN ENANO FAQUERO, LOS ENANOS SOMOS FAQUEROS” – Ante los problemas hay quienes van mucho para adelante, más temerarios y en el otro extremo los que se quedan muy quietos. No sé cómo sos ante los problemas, sí sé cómo sos con la vida pública, en general te retirás. – Sí. Con los problemas, depende. Hay dinámicas en los vínculos, a veces cuando uno acelera, el otro va, cuando está equilibrado nutre. Nosotros con Santi somos un poco los dos de no ir al choque, los dos nos escuchamos. Y eso está bueno porque te permite reflexionar. Pero sí supe ser bastante…”Ta ta ta ta ta”. – ¿Qué sería? – Un enano faquero, jajajajaja. – Eso le dice Pedro Rosemblat a Lali. – Sí, me voy a sumar a esa lista, me lo han dicho. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON CELESTE CID “LOS ENANOS SOMOS FAQUEROS” – ¿Te sentiste representada? – Los enanos somos faqueros. Somos reactivos. – Hay algo que se esconde, por eso te retirás. – No tanto, no se esconde tanto.. – ¿Dónde se ve? En relaciones muy íntimas. – Soy ubicada igual, me defiendo. Hablemos de vos, María Laura. – Cuando tenías 15 años te acosó un hombre mandando cartas y objetos horribles y pasados los años reapareció y te volvió a acosar mucho más. Es muy fuerte lo que te pasó hasta hace muy pocos meses. - Fue en Verano del ‘98. A los 15 una persona más o menos de mi edad empezó a mandar cartas en cajas, cientos de cajas, preservativos usados y fotos de revistas mías recortadas. Yo trabajaba en Telefe y era un ritual que prendieran fuego todo en una parrilla que había. Pasó el tiempo y el personaje empezó a hilar cosas entre la ficción y la realidad y empezó a acercarse. En sus redes sociales tiene fotos conmigo de chiquita en la puerta del estudio, yo no asimilaba que era la misma persona la de las cajas. – ¿El que mandaba las cartas y las cajas era el mismo que se sacaba fotos como un fan? – Claro. Fue pasando el tiempo y con las redes sociales volvió a aparecer. Empieza a subir cosas mías, de hecho yo había reposteado algunas. Después, hace un par de años atrás, cuando yo estaba haciendo la serie “Planners” empezó a escribirle a Dani Barone, a mis compañeros. “Decile a Celeste que me conteste que no está hablando conmigo”. Como algo como si tuviésemos un vínculo muy íntimo. Cuando empecé a ver que a mis conocidos los empezaba a incomodar les dije: bloqueen a esta persona. Y eso fue peor, porque eso hizo que se enojara, que empezara a dejar mensajes insultándome. “Te voy a ir a buscar”. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON CELESTE CID. EL ACOSO QUE SUFRIÓ DESDE LOS 15 AÑOS HASTA HACE MESES. “EMPEZÓ MANDÁNDOME CARTAS Y PRESERVATIVOS USADOS” – ¿Cómo te diste cuenta que era el mismo hombre que te había acosado más de 20 años atrás? – Porque empecé a ver también sus fotos y empecé a hilar toda la historia. Todo ese relato y un estilo de situación. Eso fue creciendo y pasó de esto muy amoroso que él manifestaba a ser muy belicoso, amenazas y cosas así. UNA PERSONA ME DIJO: “¿ Y SI VA A TU CASA? ¿Y SI ESTÁN TUS HIJOS Y TE HACE PASAR UN MAL MOMENTO? – ¿Siempre por redes? – Siempre por redes. Yo al principio subestimaba un poco su manera, decía: no va a pasar nada. Y una persona me dijo, ¿y si pasa? ¿Y si va a tu casa? ¿Y si están tus hijos y te hace vivir un mal momento? ¿Y si va por más? Y me lo planteé como una posibilidad. Entonces decidí hacer la denuncia que hice, entendiendo que hay un tema de salud mental también, la persona claramente no está en sus cabales. “LE PUSIERON UNA PERIMETRAL. PERO CUANDO ME FUI A URUGUAY A PRESENTAR MI LIBRO, ÉL FUE. EN URUGUAY NO HABÍA LEY QUE ME PROTEGIERA” – Una denuncia judicial. – Sí, fue bastante incómodo porque siento que mi caso no es un caso de violencia doméstica, cuando pasa con algún marido e hijos, o cuando vivís con la pareja, es distinto. En este caso yo no tenía un vínculo cercano con esta persona. Aún así me pareció bien el consejo que me dieron, que fue: hacé algo con esto porque no sabes a dónde puede llegar. Después sucedió que le pusieron una perimetral y no podía acercarse a mí en Argentina. Cuando yo me fui a Uruguay a presentar mi libro llegó hasta la Feria del Libro en Uruguay. Entonces ahí nos asustamos porque entendió que en Argentina no se puede, pero que en Uruguay no había una ley que protegiera. Lo sacaron del lugar diciéndole que no podía ingresar, y ahí sí me asusté. – ¿Tenés botón antipánico? ¿Tuviste? – Tuve, sí, tuve un montón de tiempo. Hoy, por suerte, está internado y le están dando contención psiquiátrica. O sea, está medicado y está contenido. – ¿Es una película, entendés? – Sí, Es una locura. Esto de ir por más. – Ir a verte. Ir a buscarte. Ir a otro país. – Sí, intuimos que con la lucidez de decir en Argentina no puedo, pero acá sí. Hacer la denuncia estuvo bueno por un lado, después viste el proceso judicial que tiene sus tiempos. Fue cinco veces hacer la denuncia, volver a contar todo. Y en mi caso no es un caso de gravedad, pero si yo fuera una persona abusada, ¿sabés lo que es pasar por esa situación? ¿Y volver a contar con lujo de detalles? En un momento yo no quería volver a hablar. – ¿Cuántas veces lo contaste? – Seis veces, fácil. "Le pusieron una perimetral y no podía acercarse a mí en Argentina. Cuando yo me fui a Uruguay a presentar mi libro llegó hasta la Feria del Libro en Uruguay", recordó Cid (Fotos de Gustavo Gavotti) – Vos te reís de mis papeles, pero acabo de encontrar algo y es que tu papá tenía una imprenta. Se entiende todo, más analógico que una imprenta no existe, me parece. – Total. Sí, mi primer libro lo imprimió mi papá. Mi primer libro es un libro de poesías y fotos que sacaba en esa época, totalmente analógico, en la imprenta de mi viejo. – ¿Algo imaginás del futuro? ¿Cómo te gustaría que fuera? – Más o menos, no tanto. Trabajo, esto sí lo imagino. Me gustaría que esto se concrete y vaya para adelante. Quizás hace cinco años me decías, vas a estar escribiendo una serie que vas a ¿protagonizar, guionar? Te hubiese dicho que no. Hay algo de las sorpresas. – Producir, escribir y protagonizar. – Sí, y acompañar todo el proceso, es la idea. – Tu hijo André vive solo. ¿A Antón cómo lo imaginás? – A Anton. Lo veo viviendo conmigo más años. Es muy pegote. Justo hoy cumple años una amiga y buscaba fotos y en todas Antón está como agarrado. – ¿Decís que va a tener 20 y va a seguir agarrado? - Yo te digo 30. – Son los se van antes, porque estuvieron muy agarrados y tienen toda la seguridad para poder salir. Es horrible, jajajaj. – Es horrible. A mí igual me gusta que el vínculo esté. Las armas uno se las da con la confianza de que ellos van a saber usarlas. Es lindo eso, va más allá de cuántos años se quede. – Pero que se quede cerca. – Máximo cuatro cuadras, como mi otro hijo.
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