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  • Milei y la conducción política

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 14/09/2025 02:56

    Javier Milei junto a los principales funcionarios de su Gabinete Una mesa nacional, una mesa federal, una mesa bonaerense. Anuncio de cadena nacional. Imágenes oficiales casi calcadas que lo muestran al Presidente en la cabecera, rodeado de funcionarios en su despacho. La reacción inicial del Gobierno frente a su peor derrota electoral parece sacada del manual de la “casta”, impensada para una figura que emergió justamente por hacer todo lo contrario a un político tradicional. “Hay que trabajar en equipo”, fue la explicación de Karina Milei, apenas se conocían las decisiones tomadas por su hermano: no echaban a nadie, no había castigos por los resultados. Las medidas no fueron conversadas por nadie más que por ellos, con consultas puntuales a Guillermo Francos. Al jefe de Gabinete lo premiaron con la designación como ministro del Interior de Lisandro Catalán, un funcionario de origen sciolista que ya venía ejerciendo ese rol aunque sin margen de maniobra autónoma. El mínimo retoque en el elenco oficial sorprendió en las dos alas: la que responde a Santiago Caputo y la de los Menem. Ambos, por razones distintas y con criterios inversamente opuestos, hubieran querido motosierra y relanzamiento. La interna entre la militancia digital de “Las Fuerzas del Cielo” y los “territoriales” que coparon las listas es absolutamente invivible, y no hubo una directriz para saldarla. Más allá de las versiones de salida del consultor y del desencanto de la agrupación que cobija, nada indica que se marchen antes de la batalla electoral. Sebastián Pareja, armador de LLA en PBA Caputo no fue “empoderado”, como trascendió en la noche del domingo desde el bunker, cuando fue clave en la elaboración del discurso. De hecho, la compensación a Francos es una señal inequívoca de la intención de diluir la influencia del asesor. Aún no está claro cómo funcionará en la práctica la campaña hacia el 26 de octubre y mucho menos la gestión diaria. Caputo tiene a su cargo la estrategia proselitista y Lule Menem se mantiene activo con los compromisos políticos porque, básicamente, fue él quien los cerró. No se hablan entre sí, sólo por vía de emisarios. Otro mensaje que emerge de las conversaciones de los últimos días es que los Milei, por ahora, no le soltarán la mano a funcionarios de íntima confianza bajo la lupa judicial. Veremos si eso se instala como una premisa, tal como ocurrió en el kirchnerismo: no se entrega ninguna cabeza a menos que exista condena. A priori, no será causal de despido si alguien es imputado, indagado o procesado; y esa apreciación parte a raíz del alcance del escándalo de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). En la Casa Rosada, los que monitorean la causa dan por descontado que el subsecretario de Gestión Institucional estará entre los imputados y que Karina al menos está mencionada. No habría guillotina para ninguno. En los despachos oficiales se percibe un clima de inacción. No hay instrucciones ni tampoco grandes ideas. El pase de facturas entre las facciones no se cierra y eso genera un nivel de toxicidad que no les permite ver hacia adelante. Un triunfo en los comicios legislativos nacionales se convirtió en una condición necesaria para mostrar el estado de salud del proyecto libertario: en el círculo rojo impera el ánimo de dar crédito al Gobierno siempre y cuando no se desvíe del plan económico. No se percibe que Milei quiera ceder ante demandas sociales que vayan en contra del equilibrio fiscal (“ni loco”, dice en privado), y mucho menos que tenga en sus planes instrumentar incentivos para fomentar el consumo. Entonces, si uno de los factores del revés en las urnas fue que la plata no alcanza, eso no experimentará mejoras, lo que representa un desafío aún más grande para el discurso oficial. Axel Kicillof “Está priceado Axel Presidente”, sostiene el ejecutivo de un banco para explicar la respuesta del mercado. El dólar rozó el techo de la banda, el riesgo país llegó a 1100 puntos y los bonos y acciones profundizaron su caída. El 2027 queda lejos, pero las dudas sobre la fortaleza de Milei desatan la tormenta ahora. Era el riesgo de hacer campaña con el cuco del “riesgo kuka”. En el universo de economistas, de distintos enfoques, hay coincidencia respecto de que el ministro de Economía, Luis Caputo, falló en “el cálculo de los dólares”. Es decir, consideran que las estimaciones se quedaron cortas y la presión cambiaria se desató antes de la fecha esperada, es decir, las elecciones de octubre, lo que dispara un ruido amplificado. El dilema de Milei es que si se mueve un ápice de su programa genera desconfianza en los inversores y si no se mueve nada quizá no recupere votos. Puede, todavía, sorprender con algún recorte que permita redireccionar partidas o con alguna idea grandilocuente, habrá que esperar a la cadena nacional de este lunes, a las 21, en la que se espera que presente el proyecto de Presupuesto 2026. Hay en marcha otra vez un operativo para seducir gobernadores en el que nadie deposita expectativas, especialmente los que se tienen que sentar a dialogar. El Gobierno vuelve a desempolvar intenciones de reforma laboral, impositiva y previsional, que es poco probable se discutan en la coyuntura, y huelen realmente a promesas vacías cuando lo que exigen los jefes provinciales son recursos que les fueron recortados. En la Argentina, la política empieza a dividirse en tres grupos de poder: el Gobierno, el kirchnerismo y los gobernadores distantes de ambos, varios de ellos concentrados en “Provincias Unidas”. Si bien hay una cercanía ideológica entre el último sector y los libertarios (comparten las nociones de reformas estructurales y equilibrio fiscal), nada hace imaginar que se la harán fácil en el momento de mayor debilidad del Presidente. A gobernadores y sindicalistas les molestó, en particular, que Milei consolidara su hábito de vetar sin clemencia como si nada hubiera pasado. “Vamos a armar una gran marcha. Tuvimos mucha paciencia”, lanza un dirigente gremial que aceptó paritarias por debajo de la inflación. Empieza a tomar forma la idea de reunir a diversos afectados para mostrar una unidad de acción en la calle (universitarios, jubilados, personal del hospital Garrahan, entre otros). Gobernadores de Provincias Unidas La versión 2025 de Javier Milei es muy distinta a la versión de 2023. Su identidad, más allá de las formas, estaba centrada en la posibilidad de generar cambios para el ciudadano de a pie cercenando los privilegios de la “casta”. La consecuencia de un ajuste era inicialmente tolerada porque los principales castigados serían los “privilegiados” de siempre. La fórmula le funcionó durante 2024. No se dudó del liderazgo del Presidente, más allá de que entonces ya se sabía de la influencia determinante de su hermana Karina y de las internas dentro del equipo. Esas desavenencias quedaron solapadas porque el Gobierno llevó adelante una agenda propia y logró convalidar una meta clave como la baja de la inflación. ¿Qué pasó después? ¿Por qué perdió La Libertad Avanza 8 de 10 elecciones provinciales en lo que va del año? ¿Cómo se llegó a que el oficialismo se fagocite a sí mismo sin que su líder intervenga? No hay una sola causa que explique el desmoronamiento y tampoco hay un diagnóstico unánime dentro de la Casa Rosada, pero sí hay un correlato claro de cómo se apartó del contrato social firmado tácitamente con su electorado: El golpe al bolsillo derivado del programa económico pega directo en sectores medios y bajos , cuyos grupos más vulnerables –como jubilados o discapacitados- son blanco directo del Gobierno luego de frenar beneficios otorgados por leyes del Congreso. La Casa Rosada no confeccionó en 2025 iniciativas de relevancia, corrió siempre detrás de las propuestas de la oposición. Los únicos anuncios estuvieron orientados a provocar y generar repudio de quienes nunca los apoyarán: crear un “Paka Paka libertario”, mayor flexibilidad para obtener permisos de armas, cierre del Instituto Juan Domingo Perón, etc. Milei no avanzó con ninguna medida que sea considerada “anti casta” (eliminación de regímenes especiales, democracia sindical, ficha limpia). Desde el caso de la estafa con la criptomoneda $LIBRA, difundida por el Presidente en su cuenta de X, hasta el escándalo por las presuntas coimas en la compra de medicamentos, se erosionó el concepto de combate a la corrupción y fin de los “curros”. Si bien es cierto que la sospecha afecta en mayor medida la imagen de Karina, no está a salvo la de su hermano. La gran incógnita es si realmente Milei tiene capacidad de conducción no sólo sobre las facciones de su espacio sino ante la sociedad. En un país hiperpresidencialista la imposibilidad de acallar u ordenar a sus huestes empieza a ser un rasgo notable. La fuerza del mando es primordial para un partido que pretende romper las reglas y cambiar de raíz el sistema, como se fijó como propósito La Libertad Avanza. No por nada Perón se dedicó a estudiar el fenómeno y editó Conducción Política, en 1952. Allí dice que se nace o no con esta atribución, y de no tenerla se puede acercar a través del método. “Se comprende, no se aprende”, decía a sus alumnos en la escuela de formación. Ponía como ejemplo un caso que le citaban a menudo durante su educación de joven militar: “Dicen que el mariscal de Sajonia hizo todas sus campañas durante veinte años montado en una misma mula, y que a pesar de haber hecho durante veinte años todas sus campañas, la mula no aprendió nada de conducción”. Ser el mariscal o la mula, esa es la cuestión.

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