14/09/2025 04:41
14/09/2025 04:39
14/09/2025 04:39
14/09/2025 04:38
14/09/2025 04:38
14/09/2025 04:38
14/09/2025 04:38
14/09/2025 04:37
14/09/2025 04:37
14/09/2025 04:37
Parana » Informe Digital
Fecha: 14/09/2025 02:09
Las recientes elecciones en la provincia de Buenos Aires dejaron un mensaje contundente: el rechazo a las políticas implementadas por el gobierno nacional. El resultado electoral fue un castigo al modelo libertario expresado por una mayoría significativa de la ciudadanía bonaerense. El presidente Javier Milei ha reconocido que se cometieron errores de gestión que prometió corregir, pero sin modificar ni siquiera parcialmente la política económica. En la noche del domingo, en el escenario de la derrota, Milei habló ante sus partidarios: “quiero señalarles a todos los argentinos que el rumbo por el cual fuimos elegidos en el año 2023 no se va a modificar, sino que se va a redoblar”. Desde una perspectiva similar, la portavoz del Fondo Monetario Internacional, Julie Kozack, afirmó el martes que “el personal del FMI está estrechamente involucrado con las autoridades argentinas mientras implementan su programa para consolidar la estabilidad y mejorar las perspectivas de crecimiento del país”. Y agregó: “apoyamos su compromiso para garantizar la sostenibilidad del marco cambiario y monetario del programa, así como su continua adhesión al ancla fiscal y a una agenda integral de desregulación”. El Fondo sigue apostando al gobierno y éste continúa apostando al Fondo. Ambos harán lo imposible para lograr una composición parlamentaria favorable en las elecciones de octubre que les permita avanzar con las reformas laboral, previsional e impositiva, entre otras políticas. Milei repite lo que afirma el FMI. El ministro de Economía y el resto de los funcionarios también. En ese marco, los que definen las políticas son el organismo internacional y el poder económico concentrado. ¿Qué dicen estos últimos? Que si el gobierno quiere que ellos inviertan en la Argentina, no alcanza con los beneficios que ya les concedieron. Que precisan las reformas laboral, previsional e impositiva. Además, que las necesitan legitimadas por leyes que garanticen su continuidad en el tiempo. Es decir: quieren que, si viene un gobierno de otra orientación, no pueda cambiarlas o, si las cambia, existan las garantías de que la resolución de los conflictos que esa decisión produciría se haga en tribunales internacionales, donde muy probablemente se convalidarían los reclamos empresarios. El círculo rojo y la actual gestión sostienen que es necesario llevar adelante reformas de fondo. En realidad, lo que quieren es implementar las reformas del Fondo. La mejor relación de fuerzas que buscan en el Congreso es, como mínimo, para asegurarse el tercio de votos que le dé sostenibilidad a los vetos de las leyes que ambas cámaras sancionen y que el Ejecutivo no acepte. El gobierno nacional transita dos caminos complementarios: por un lado, alcanzar el mejor resultado electoral en octubre; por el otro, intentar recrear un acuerdo con algunos gobernadores para que sus legisladores se sumen a las estrategias parlamentarias oficialistas. Hoy no se está discutiendo la implementación de un nuevo proyecto de país. Eso lo haremos en 2027 cuando elijamos puestos ejecutivos: Presidente, gobernadores e intendentes. Lo que en la actualidad estamos intentando construir es una fuerza opositora amplia y diversa que logre, desde uno de los poderes del Estado, el Parlamento, ponerle límites a otro poder del Estado, el Ejecutivo, que en esta gestión expresa una vocación inclaudicable de avanzar sobre los derechos de los argentinos y las argentinas. Desde el Congreso no se gobierna. Pero se puede ponerle límites al proyecto que busca llevar adelante la actual administración. Mientras, la motosierra no descansa. El Presidente vetó las leyes de Financiamiento Universitario, Emergencia en Pediatría y la que rige la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las provincias. Este último, a mi juicio, es el “veto llave”. ¿Qué son los ATN? Son recursos que actualmente el Poder Ejecutivo distribuye de manera escasa y discrecional. Lo que se aprobó en la Ley, con el acuerdo de todos los gobernadores y el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, es que los ATN dejen de distribuirse de manera discrecional y pasen a repartirse de acuerdo con los criterios que se utilizan para los fondos de la coparticipación. Ello tendría consecuencias importantes: por empezar, le sacaría al Poder Ejecutivo una enorme capacidad de presionar a las provincias. Por eso, creo que la reunión que llevó adelante el flamante ministro del Interior, junto a su par de Economía y el jefe de Gabinete con los gobernadores de Chaco, Entre Ríos y Mendoza, tuvo como objetivo conseguir el apoyo parlamentario para que los tres vetos, que desde la oposición queremos rechazar, queden firmes. ¿Qué podemos imaginar que el gobierno les habría dicho a los gobernadores? Que si el Ejecutivo pierde la discrecionalidad y el reparto se aplica automáticamente, tal como sucede con la coparticipación, los mayores beneficios los obtendrían las provincias grandes, en particular la provincia de Buenos Aires. Y que, si dejan que el gobierno siga teniendo el poder discrecional, de esa manera van a ser beneficiados los gobernadores que respalden las estrategias parlamentarias. Esta posible propuesta supondría que, a cambio del apoyo de estos mandatarios provinciales a los vetos a las leyes de Financiamiento Universitario, Emergencia en Pediatría y reparto de ATN, la actual administración les enviaría mayor cantidad de recursos. En esta lógica, seguramente continuarán otras reuniones con gobernadores más o menos cercanos. El miércoles de esta semana el Indec informó que la inflación de agosto fue del 1,9%. Parece un misterio: sube el valor del dólar y no se produce un incremento significativo de los precios, a pesar de que los costos aumentan por el encarecimiento de los componentes importados, entre otros factores. ¿Qué es lo que sucede? Los productores y comerciantes atraviesan un proceso de caída de la demanda y temen que, si suben los precios, ello impactará aún más sobre las ventas y, por lo tanto, el resultado final va a ser peor que si no aumentan. Lo que el gobierno considera un éxito, en realidad es el efecto de un proceso de contracción económica. Las elecciones de octubre son cruciales. En ellas, como venimos diciendo, la ciudadanía a nivel nacional va a decidir si le da más poder a este gobierno para que profundice su modelo; o le pondrá límites a través del fortalecimiento de una oposición parlamentaria amplia y diversa. La confrontación es entre modelos. * Diputado nacional Unión por la Patria y Presidente del Partido Solidario
Ver noticia original