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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/09/2025 00:34
River Plate venía realizando un gran primer tiempo en La Plata, donde venció 2-1 a un duro Estudiantes por los goles de Giuliano Galoppo y Nacho Fernández en la previa al choque de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores ante Palmeiras. Sin embargo, el equipo que conduce Marcelo Gallardo sumó un problema con la expulsión de Lucas Martínez Quarta a los 39 minutos de la etapa inicial. El defensor recibió dos tarjetas amarillas de parte del árbitro Nicolás Ramírez y debió marcharse al vestuario de manera temprana. La primera amonestación ocurrió a los 37 minutos, cuando derribó en la mitad de cancha a Santiago Ascacíbar con una falta temerara. Martínez Quarta llegó tarde a disputar el balón y además cortó un ataque promisorio para Estudiantes. Como consecuencia, el mediocampista del Pincha terminó con un corte en el tobillo. A pesar de algún reclamo por posible expulsión, la decisión del referí fue la correcta. Pero tan sólo dos minutos después, el Chino volvió a ser amonestado tras golpear con su antebrazo en el rostro a José Sosa en la disputa aérea por la pelota. Ramírez no dudó en mostrarle la segunda tarjeta amarilla pese a las protestas de sus compañeros. En esta acción, el árbitro volvió a acertar, ya que el jugador de River volvió a realizar una acción temeraria, lo que se penaliza con la amonestación. El reglamento es claro al respecto y define como temeraria a la acción en la que un jugador realiza un acto que entraña el daño físico (no necesariamente grave) sin tener en cuenta el riesgo o las consecuencias para su adversario, por lo que deberá ser amonestado. *El gol de Nacho Fernández que encendió la polémica en La Plata La expulsión de Martínez Quarta no fue la única acción discutida en el estadio Jorge Luis Hirschi. Con el marcador 1-0 a favor de la visita, el Pincha se quedó con un jugador menos por la lesión de Leandro González Pírez durante un breve lapso de juego. Allí, River aprovechó para imponer las condiciones en el juego a partir del inesperado esquema que planteó el Muñeco Gallardo: tres centrales y dos carrileros. En este contexto, Fabricio Bustos escaló por el sector derecho del ataque millonario y tiró un centro punzante que no pudo despejar el defensor Facundo Rodríguez. Su rechazo impactó en el torso de Nacho Fernández, quien posteriormente definió de zurda para vencer la resistencia de Fernando Muslera. Nicolás Ramírez anuló automáticamente el tanto al considerar que el balón había tocado el brazo del futbolista de River antes de la definición. Sin embargo, después de unos minutos de revisión por parte de Fernando Echenique en el VAR, el réferi de pie de campo se acercó a chequear la jugada al monitor. El llamado a Ramírez fue correcto por el hecho de que la pelota nunca golpeó el brazo de Nacho Fernández, más allá de que hubo un rápido movimiento que pudo prestarse a la confusión. Además, fue acertado que este tenga que ver con sus propios ojos la jugada, ya que no era una jugada factual según el protocolo y tenía que observar con detenimiento para determinar el veredicto final. “Luego de la revisión en el campo, observo que el gol es totalmente válido, no ha impactado el balón en el brazo. Decisión final: gol”, le comunicó a todo el estadio Nicolás Ramírez después de la revisión. Desde el banco de suplentes de Estudiantes expresaron su malestar por la convalidación del tanto y hubo fuertes quejas por parte del cuerpo técnico y futbolista. Por esta razón, el árbitro principal optó por mostrarle la tarjeta amarilla al entrenador Eduardo Domínguez. En la segunda parte, otra vez el VAR fue fundamental: Franco Armani recibió un pase atrás, demoró en sacar el pelotazo y Cristian Medina llegó a toda velocidad para tapar el remate. El ex Boca saltó, se dio vuelta y el balón rebotó en él, para terminar metiéndose en el arco vacío del Millonario. Aunque Ramírez pitó inicialmente el descuento, desde la herramienta tecnológica le advirtieron que debía anularlo porque la pelota había pegado en el brazo del mediocampista del local. *El gol anulado a Cristian Medina para Estudiantes La pelota le dio en la mano/brazo y, por más que sea involuntario, el reglamento impide que se anote un tanto si hay un toque en la mano o el brazo. Como no es una acción de interpretación, directamente desde el VAR le informaron que debía anularlo en una acertada decisión. El Reglamento de la IFAB advierte que si bien “no todos los contactos del balón con la mano o el brazo constituyen infracción”, el hecho de “marcar un gol en portería adversaria” con la mano debe ser sancionado con falta: “Directamente con la mano o el brazo —incluso si la acción se produce de forma accidental", aclaran.
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