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Parana » Informe Digital
Fecha: 13/09/2025 13:22
Corteva, el gigante agrícola valorado en aproximadamente 50.000 millones de dólares, está evaluando una posible escisión de sus negocios de semillas y protección de cultivos, lo que daría lugar a dos firmas independientes. Así lo reportó The Wall Street Journal. Aunque la decisión aún no es definitiva, se podría anunciar el plan en breve, según fuentes cercanas al proceso, según consignó el medio. La compañía, que surgió en 2019 tras la separación de DowDuPont, se sumaría a la serie de reestructuraciones corporativas que buscan atraer a los inversores en 2025, una estrategia similar a la de Kraft Heinz y Warner Bros. Desde su debut en bolsa, el valor de Corteva ha aumentado cerca del 150%, con un incremento superior al 25% solo en este año, indicaron. En agosto pasado, Chuck Magro, CEO de Corteva Agriscience, quien asumió en 2021, declaró a Reuters que, a pesar de la volatilidad macroeconómica, el desempeño global de Corteva era robusto. Por ello, la empresa ajustó al alza sus expectativas de ventas y utilidades para el año. El periódico neoyorquino señaló que la escisión aún no ha sido confirmada oficialmente, aunque podría ser anunciada pronto “salvo imprevistos de último momento”. No se han revelado detalles sobre cómo sería esa división, en caso de concretarse: estructura, plazos, responsabilidades legales, etc. Corteva abastece a productores desde Iowa hasta Argentina con semillas y agroquímicos. Junto con Bayer, controla alrededor del 70% de la soja y el maíz que se siembran en Estados Unidos, según datos oficiales. En medio de rumores sobre posibles cambios en la empresa, este viernes sus acciones cerraron en la bolsa de Nasdaq a US$74,29, marcando un aumento de aproximadamente el 1,78% respecto al día anterior. La firma no participó en el último Farm Progress Show, ya que, según se informó en el evento, tomó “decisiones comerciales”. Como mencionó el medio, de concretarse, la escisión podría abrir la puerta a una nueva ola de fusiones y adquisiciones en el sector agrícola global, comparable a la que tuvo lugar a fines de la década pasada con Bayer-Monsanto y ChemChina-Syngenta. Magro señaló en una entrevista con LA NACION que Corteva es una empresa global especializada en soluciones agrícolas, cuenta con 22.000 empleados en 130 países y se muestra optimista respecto al potencial de la empresa en Argentina. “A lo largo de los años, he presenciado numerosas mejoras en la agricultura, por lo que mi expectativa es que, con el tiempo, el país se convierta en un actor más relevante para la empresa. Desde Corteva buscamos llevar tecnología de vanguardia a los agricultores, como la plataforma Enlist, que actualmente se utiliza en aproximadamente el 65% de la superficie cultivada con soja en Estados Unidos. Soy optimista sobre el futuro de la agricultura en el país, pero tengo una preocupación: debemos seguir trabajando para garantizar que los agricultores argentinos sean competitivos a nivel mundial. Para ello, se requiere una combinación de factores que incluye no solo el acceso a la tecnología, sino también el sistema regulatorio”, analizó. Consultado sobre posibles fusiones, adquisiciones o cambios, Magro indicó: “Gran parte del capital de riesgo se está invirtiendo en nuevas áreas de la agricultura, como la edición genética, los productos biológicos y los biocombustibles. Hay numerosas pequeñas empresas y emprendedores que están iniciando negocios utilizando nuevas tecnologías: esa será un área donde probablemente se materialicen fusiones y adquisiciones”, agregó. Sin embargo, también expresó que entre las grandes empresas no creía que “hubiera un gran interés en fusiones y adquisiciones significativas de tipo transformador”. Y añadió: “Acabamos de pasar una década de eso y Corteva formó parte de esa historia. No estoy seguro de si debería haber más. Desde Corteva, eso no es algo en lo que estemos realmente enfocados. Creemos que tendremos la oportunidad de adquirir tecnología de empresas más pequeñas cuando esté disponible. Lo hicimos en 2022, cuando compramos dos empresas. Por un lado, adquirimos Stoller, una compañía estadounidense de productos biológicos, que tiene el 70% de su negocio concentrado en Latinoamérica. Por otro lado, compramos Symborg, una biotecnológica española que ofrece una tecnología realmente interesante: se trata de una fijación microbiana de nitrógeno, un organismo vivo que puede tomar nitrógeno del aire y aplicarlo al cultivo”, aclaró.
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