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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/09/2025 10:40
Con guirnalda y collar de flores naturales, Pampita disfruta de un viaje soñado junto a su novio Martín Pepa (Instagram) La tarde cae en Moorea, Polinesia Francesa. Como una postal largamente soñada, la imagen lo dice todo: Pampita y Martín Pepa aparecen por primera vez juntos en una foto del viaje con el que sellaron su reconciliación. El azul infinito del mar, el aire tropical, la luz que besa sus rostros y, sobre todo, la cercanía de sus cuerpos y la alegría viva empapada en sus sonrisas. Para quienes conocen la historia de la pareja, esta instantánea es más que una prueba de amor renovado: es el testimonio tangible de un anhelo cumplido. Durante semanas, el silencio dominó la relación. Ni un mensaje, ni una llamada. “No hablamos durante un mes hasta que un día hablamos. Por otra cosa que no era nosotros. Y la conversación terminó siendo sobre nosotros. No sabíamos qué le pasaba al otro porque no habíamos estado comunicándonos. Y el sentimiento era parecido. Nos extrañábamos. Nos parecía que no había terminado todo ahí. Inclusive hasta nos habíamos valorado más desde otro lugar. Nos habíamos dado cuenta de muchas cosas”, reveló la modelo días atrás en diálogo con LAM (América). Podría parecer una historia rutinaria, pero para ambos significó atravesar una pausa profunda y permitirse redescubrirse. El reencuentro llegó, primero, en palabras y miradas viejas, renovadas. Pero fue este jueves cuando el idilio cobró forma en la playa, al borde del mar. “Gracias Martín Pepa por cumplirme este sueño de bailar con Ballenas”, escribió la jurado de Los 8 escalones, conmovida, en redes sociales, sumando un emoji de lágrimas. Un agradecimiento que condensa dos milagros: el de reencontrarse y el de hacer realidad el deseo de acercarse a esas ballenas cuyas rutas ella había soñado desde niña. Pampita y Martín Pepa, retratados juntos e una imagen compartida por el empresario Es la imagen compartida por el propio Martín Pepa en Instagram la que acabó de sellar ese momento. Allí están: sobre la proa de una embarcación que surca las aguas turquesas, con las icónicas cabañas polinesias de fondo. El empresario, de remera celeste y jeans, sonríe con el cabello algo despeinado y gafas de sol oscuras. Su brazo izquierdo rodea a Pampita en una postal de ensueño.. Ella, con un vestido marrón oscuro de tirantes y lentes grandes, apoya su mano en la pierna de su pareja. El pelo recogido deja al descubierto el rostro fresco y pleno de felicidad. Hay algo en su sonrisa —esa mezcla de alivio, alegría y confianza— que dice más que cualquier palabra. Miran juntos a la cámara, en un gesto que oscila entre lo espontáneo y lo profundamente íntimo. Los cuerpos se tocan casi con reverencia, conscientes de lo costoso que puede ser a veces ese regreso. El post, geoetiquetado en Moorea, French Polynesia, no tarda en recibir respuestas entusiastas: cientos de likes y de comentarios. Solo dos horas habían pasado desde que la imagen fue publicada, y de inmediato caminó el mundo digital con la fuerza de un acontecimiento esperado. El llamativo sueño que cumplió Pampita gracias a Martín Pepa Pero no todo es imagen. Hace apenas unas horas, Pampita relató el trasfondo emocional a los medios: el desafío de valorarse nuevamente, de partir desde cero para mirar al otro con una mirada distinta. “Nos habíamos dado cuenta de muchas cosas”, repitió, casi como un mantra, al sugerir que la distancia no fue solo ausencia, sino también aprendizaje. Ahora, bajo el cielo polinesio, los sueños se entrelazan: el reencuentro sentimental y el viejo anhelo de “bailar con ballenas”. El mar, la brisa y la certeza de una segunda oportunidad. ¿Quién puede medir la intensidad de una foto cuando contiene tantas victorias íntimas? ¿Puede una imagen atravesar el tiempo y contar, en silencio, todo lo que no pudo decirse durante semanas? Este jueves, Pampita y Martín Pepa eligieron responder desde el corazón, envueltos por la geografía azul de Moorea.
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