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Concordia » Hora Digital
Fecha: 12/09/2025 00:04
Los problemas del FC Barcelona con el Camp Nou no cesan. Desde que las primeras grúas llegaron a la zona de Les Corts y cayeron los primeros muros, la reapertura del estadio ha sido un quebradero de cabeza para Joan Laporta, que todavía que tiene fecha para el fin de obra. La primera encrucijada, el partido ante el Valencia, está solucionada, se disputará en el Johan Cruyff, a pesar de que no cuenta con el aforo reglamentario. Sin embargo, los retrasos para el retorno del equipo a su casa no cesan y eso podría salirles caro a nivel económico. La vicepresidenta institucional, Elena Fort, ha sido la encargada de transmitir la situación sobre el Camp Nou: “No hay fecha exacta para la vuelta”. Unas palabras que han disparado las dudas y los interrogantes, dado que el 21 de septiembre está previsto en encuentro ante el Getafe. Fort detalló que no podían garantizar que se vaya a dispar en el Camp Nou. El club, que ha dado hasta cuatro fechas de reapertura y todavía no se ha cumplido ninguna, aseguró que el estadio abriría sus puertas este mes de septiembre. Sin embargo, todavía no han recibido LPO DEL Ayuntamiento de Barcelona, el cual es imprescindible para reabrir sus puertas. La presión sobre el club azulgrana aumenta ante el riesgo de que varias disposiciones contractuales con Goldman Sachs y Spotify se pongan en funcionamiento, pues ambas podrían causar serios costes financieros. Como respuesta, la directiva se ha visto obligada a replantear y renegociar los términos de estos acuerdos, según informó el programa Què t’hi jugues de la Cadena SER. La financiación proveniente de fondos estadounidenses no inquieta al club en cuanto al dinero aportado, ya que el plan de reembolso solo se activará cuando el estadio esté en marcha. Lo que realmente inquieta a nivel financiero es la carga de intereses: el primer pago, fechado para diciembre, asciende a 44 millones de euros y, de mantener los plazos, el pago anual se disparará hasta los 94 millones en diciembre de 2026. El club también está atado a un plazo específico: para el 1 de enero de 2026, todos los palcos VIP deberán estar terminados y listos para su uso. Legends, una filial de Sixth Street, ha adquirido parte de estos palcos, y si no están disponibles en la fecha fijada, se activará una penalización contractual. Actualmente, la directiva ya ha entablado contactos para ajustar estas condiciones y evitar sanciones. En el estadio, los palcos VIP están proyectados entre la segunda y la tercera gradería, zonas que siguen pendientes de construcción. Esta situación genera una gran preocupación interna, mientras se pretende modificar las obligaciones pactadas con Goldman Sachs para mitigar el impacto del posible incumplimiento. Por el lado del patrocinio, Spotify posee los derechos comerciales y de denominación del estadio durante dos décadas. El contrato protege a la empresa tecnológica mientras duren las obras, por lo que su aportación anual se mantiene en cinco millones de euros hasta que se declare la plena operatividad del recinto. Solo entonces la cifra ascenderá hasta los veinte millones por temporada. El acuerdo señala que el estadio debe contar con un aforo mínimo de 94.500 localidades y garantizar para Spotify el acceso al 90% de los activos patrocinables: desde banquillos y fachadas hasta pasarelas y videomarcadores, sumando un total de quince elementos de visibilidad comercial. Todas estas condiciones determinan el ritmo de los pagos y la vigencia del contrato. Así será el nuevo estadio del FC Barcelona Hasta la finalización completa de las obras, Spotify tiene la facultad de mantener su aportación reducida, lo que se traduce en una pérdida anual de quince millones para el club respecto a los ingresos previstos. El contrato incluye también la obligación de albergar un mínimo de dos conciertos cada temporada en el estadio, una meta difícil de alcanzar dada la situación actual de las obras. Adicionalmente, existe la posibilidad para Spotify de poner fin a su compromiso en julio de 2028 o, si así lo decide, en la temporada 2033/34, comunicándolo con un año de antelación. Una vez que las instalaciones estén totalmente listas, la empresa podrá vender los derechos de denominación a un tercero, permitiéndole así recuperar su inversión inicial.
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