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Concordia » Hora Digital
Fecha: 11/09/2025 12:02
Uno de los que más sabe de Franco Colapinto es Lucas Benamo. Lo siguió desde pibito y también lo bancó en sus primeros pasos en Europa. Benamo, ex piloto, fue su coach y mentor. El bahiense se metió de cabeza con el de Pilar, al punto que le armó su primera prueba en un monoposto cuando tenía apenas 12 años. Hoy Benamo sigue laburando con pibes en la formación y también con otros jóvenes que la rompen afuera, como Ignacio Montenegro, campeón del TCR Español. También está con pilotos del Turismo Nacional e Infobae charló con él en la última fecha que se corrió en el Autódromo de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez. Sobre cómo se pesca el talento en un piloto, explica: “Al toque lo ves manejar, o según la disciplina, onda en karting, lo ves laburar y te das cuenta que tiene pasta”. En el proceso de aprendizaje, Lucas subraya que “los pibes son una esponja, como un disco rígido en blanco. Absorben conocimientos, una técnica para el karting y otra distinta para un Fórmula o un Turismo (delantero o trasero). Uno va puliendo lo que busca”. El ex piloto de 40 años cuenta que hoy hay muchas herramientas para que un pibe potencie sus aptitudes. “Hoy, en esta actividad, con unas vueltas, tiempo y dedicación, se puede agarrar buen nivel. Antes, quizás, los que tenían talento natural la rompían de toque. Ahora, si no tenés tanto talento pero le metés laburo, llegás casi al mismo punto. Hay un montón de herramientas para que los pibes mejoren: la tecnología con datos, cámaras a bordo y los simuladores. Todo eso hace que evolucionen mucho más rápido”. Viene de una familia fierrera. La pasión la empezó su abuelo Manuel, que corría en midget. Después, su viejo, Enrique, corrió en Inglaterra a principios de los ochenta y en su equipo tuvo como jefe técnico a Sergio Rinland, un ingeniero que laburó en varias escuderías de F1 como Williams, Brabham y Benetton, entre otras. La tarea de Benamo también incluye contenerlos el finde y manejar la cabeza ante un resultado malo o un problema en la pista. “Hoy se labura mucho lo psicológico de los pibes. Cómo están de la cabeza. Nosotros nos damos cuenta si un pibe por ahí viene más nervioso o con más presión. Ahí tenemos profesionales para darles herramientas, que vuelvan a su eje y puedan manejar tranquilos”. Su laburo es fundamental y sabe lo que es pasar por una frustración, al punto que en otra nota con este medio contó que sufrió depresión cuando tuvo que dejar de correr por falta de presupuesto. Lucas fue campeón de la Fórmula Renault en 2005, que era el gran semillero de nuestro automovilismo. Sobre la desaparición de la “categoría escuela” dice que “hoy tenemos la Fórmula 3 Metropolitana, que usa chasis Crespi, igual que en mi época. Hay buen nivel de pilotos y más de 30 autos por carrera. Después está la Fórmula 2, con los chasis Tito, un poco más potentes, pero no juntan muchos coches. Y la Fórmula Nacional. O sea, hoy la vieja Fórmula Renault está dividida en tres”. Para Benamo, el boom de Colapinto impulsó de nuevo a los monopostos en Argentina. “Veo mucha Fórmula para un país donde el monoposto, recién ahora con la movida de Franco, volvió a levantar, pero hasta hace unos años venía medio tirado. En mi época, si andabas bien en la Fórmula Renault, te llamaban de un equipo de TC 2000 y te hacían probar o podías irte a Europa. Hoy como que ya pasás a un auto con techo y tenés que poner plata. Es mucho más complicado porque en este deporte no hay ninguna política que banque a los pibes con talento. Por eso digo que, después de esta nueva era, el automovilismo de exportación volvió a ser una opción”. Hablando de Colapinto, hace unas semanas estuvo con el piloto de F1 y cuenta que “tuve la suerte de pasar unos días con él en España. Lo veo muy bien. Creo que el mini receso le vino bárbaro, aprovechó para entrenar mucho. Le hizo re bien y lo veo muy fuerte para encarar la última parte del año”. Lucas remarca que Franco “hizo un carrerón en Holanda. En Italia también, aunque ese circuito no le cae muy bien al Alpine por las velocidades. Lo veo re firme, cerquita de Gasly, hasta pasándolo, que es lo que tiene que hacer. Así que re contento por el presente de Franco”. El piloto de Alpine muestra una madurez porque “va sumando experiencia. Es normal, también porque los dos debuts de Franco en F1 fueron siempre en plena temporada, a mitad de año con Williams y a mitad de año con Alpine, y eso es una contra importante. Con el correr de las carreras fue agarrando ritmo, confianza, y ahora lo veo re fuerte”. Colapinto arrancó en la F1 el año pasado con Williams y la rompió, porque en su segunda carrera ya sumó puntos al salir octavo en Azerbaiyán. Se volvió uno de los pibes con más potencial y como el equipo inglés ya tenía ocupadas sus butacas para 2025, tuvo que buscar otra escudería. Red Bull lo quiso, pero esas gestiones no se dieron y se confirmó su llegada a Alpine, donde debutó este año en la séptima fecha después de reemplazar a Jack Doohan. Ojo que el team francés tiene el peor auto de esta temporada y está último en el Campeonato Mundial de Constructores. Sobre qué tiene que hacer Franco para seguir como titular en Alpine en 2026, explica que “Tiene que seguir por este camino. Ahora la está rompiendo. Está haciendo méritos de sobra para quedarse. Para mí, por lo que es, llegó para quedarse, así que ojalá que Alpine le dé la chance”. La charla con Lucas Benamo se cortó porque tenía que seguir laburando el finde en el escenario porteño. Hoy, abajo de los autos de carrera, sigue en el automovilismo con un rol clave: la formación de pilotos. Y lo hace con el mismo profesionalismo y pasión que cuando estaba arriba del coche.
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