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» Diario Cordoba
Fecha: 08/09/2025 19:36
El bloque de centroizquierda del primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, ha ganado las elecciones parlamentarias noruegas, según los datos difundidos por la televisión pública del país nórdico NRK, escrutados un 97 % de los votos. El gubernamental Partido Laborista fue la fuerza más votada, mientras que el xenófobo Partido del Progreso (FRP) ocupa la segunda posición, por delante de los conservadores de la ex primera ministra Erna Solberg. Durante semanas los sondeos apuntaron incluso a que el FRP podía ganar los comicios, aunque en la recta final perdió algo de fuelle. De acuerdo con los datos de NRK, los laboristas de Støre alcanzaron el 28,1 %, cuatro puntos y medio por encima del FRP, y podrán gobernar apoyados por los Verdes y las otras formaciones de su bloque. El ultra FRP logró así el mejor resultado de su historia, mientras que los conservadores de Solberg se desplomaron el 14,6%. El conjunto del bloque de centroizquierda tendrá 89 escaños en el nuevo Parlamento, frente a los 80 puestos del derechismo. El FRP fue, entre 2013 y 2020, socio de gobierno en coaliciones lideradas por Solberg. La actual líder de la ultraderecha noruega, Sylvi Listhaug, de 47 años, fue titular de varios ministerios con Solberg en el poder, entre ellos el de Inmigración. Ha erosionado a la derecha moderada y dado un fuerte impulso a su partido, fundado en 1973. Listhaug se ha impuesto además en su pulso personal con la veterana Solberg en lo que respecta al liderazgo del bloque derechista. Pese a su discurso antiinmigración, el FRP no se considera ‘hermanado’ con la ultraderecha europea. Su principal baza electoral es tratar de evitar que Noruega sufra los estragos de los clanes criminales extranjeros que han convertido a Suecia en un país azotado por el crimen organizado. Parecía haber entrado en una fase agónica tras el trauma nacional provocado del atentado de 2011 del ultraderechista y fundamentalista cristiano Anders Behring Breivik, quien militó en el FRP y cuya matanza dejó 77 muertos, 69 de los cuales en el campamento juvenil de los laboristas en la isla de Utøya. Con Listhaug ha superado esta fase hasta arrinconar a Solberg en el bloque derechista. Remontada laborista Los comicios parlamentarios han refrendado la remontada del Partido Laborista de Jonas Gahr Støre, lo que se atribuye al regreso a la vanguardia política del exprimer ministro y exsecretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien el pasado abril asumió el puesto de ministro de Finanzas. Se ha convertido así en el gran apoyo de Støre, apuntalado en su carisma y a entereza que transmitió en sus tiempos como primer ministro, en medio de la sacudida provocada por la matanza de Breivik. La jornada electoral se abrió el domingo, en que empezaron a votar un tercio de los municipios noruegos, entre ellos Oslo. Antes que ese voto dominical, alrededor de un 47% de los electores registrados, entre un censo de unos cuatro millones de ciudadanos, habían hecho uso del voto por anticipado. El índice de participación se situó sobre el 77% del censo. Støre, quien llegó a la jefatura del Gobierno en 2021 tras ocho años de liderazgo conservador, dirigía un Ejecutivo en minoría con sus socios del Partido Centrista y apoyos puntuales de la Izquierda Socialista, los Comunistas y los Verdes. La campaña noruega ha estado marcada por la preocupación por el incremento del coste de la vida -la inflación superó el pasado año el 5,9%- y el precio de la vivienda, principal quebradero de cabeza entre los jóvenes. Eso ha dado fuerza a Støre, en un país que debe su bienestar al petróleo y donde el izquierdismo más radical defiende el adiós de esa dependencia. La batalla energética no solo afecta a la política nacional, sino a sus relaciones exteriores. Noruega no forma parte de la UE, pero sí del Espacio Económico Europeo y es el principal exportador de crudo de Europa occidental. Es el mayor suministrador de gas de Europa y sus exportaciones han actuado de gran sustituto de la rusa Gazprom. El propósito de Oslo es abundar en esa dinámica, ante la perspectiva de que la UE se desvincule de los suministros rusos para 2027. A esta posición energética estratégica se suma el papel que desempeña Noruega como miembro del flanco este de la OTAN y de la región ártica, con 195 kilómetros de frontera terrestre con Rusia. Las grietas del fondo soberano con Israel Noruega reconoció a Palestina en 2024 y está en el grupo de cabeza de la región nórdica en el apoyo a su población. Pese a ello, y en aras del principio de la ‘independencia política’ del Fondo de Pensiones Global, el mayor fondo soberano del mundo, mantuvo hasta muy recientemente sus vínculos con empresas y capital israelí. Esta relación empezó a resquebrajarse hace semanas y precipitó el anuncio de la venta de sus acciones, entre otros, de cinco bancos israelís. Justificó su Consejo esta decisión en el "peligro inaceptable" de que contribuyan a "violaciones graves" del derecho humanitario. El fondo soberano noruego, valorado en unos dos billones de dólares, está adscrito al Ministerio de Finanzas que desde abril dirige Stoltenberg. Hasta el pasado junio tenía acciones en unas 60 compañías israelís y ha empezado a desprenderse de su participación en una veintena de ellas. El detonante son revelaciones periodísticas que vinculan estas actividades con la devastadora guerra de Gaza.
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