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  • El error común al curar un mate de calabaza

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 08/09/2025 10:43

    El curado correcto del mate de calabaza previene la aparición de sabores indeseados y hongos (foto: Freepik) Uno de los errores más habituales al curar un mate de calabaza es utilizar para el proceso yerba nueva o incluso omitir por completo este paso. En la tradición matera, la yerba previamente infusionada cumple una función clave: ayuda a limpiar el interior del recipiente elaborado con materiales orgánicos —como calabaza o madera-, contribuye a sellar los poros y a evitar la transmisión de sabores extraños. ¿Por qué hay curar el mate con yerba ya usada? Tanto en el mate de calabaza como en el de madera, los componentes orgánicos presentan una estructura porosa susceptible de impregnar olores, residuos del propio material o humedad que puede generar hongos, según se explica en el sitio Yerba Mate Argentina, del Instituto Nacional de la Yerba Mate. Cuando se aplica yerba previamente infusionada, se minimiza la transmisión de sabores extraños y se reduce la posibilidad de que la bebida adopte gustos indeseables. Así lo explican las fuentes especializadas analizadas, destacando que la humedad y compuestos grasos de la yerba tienen un efecto sobre la superficie interna del recipiente. Otro de los motivos por los que se opta por utilizar yerba ya usada es que tras la primera cebada, esta ha perdido parte de su poder tintóreo y su intensidad de sabor. Al cubrir el interior del recipiente con este material menos intenso, se facilita la absorción de los residuos propios del mate orgánico, sin que esto dificulte la obtención de un sabor auténtico durante el uso posterior. Así, la yerba cumple una doble función: ayuda a retirar impurezas adheridas a las paredes internas y colabora en el proceso de acondicionamiento sensorial del mate. Adicionalmente, dejar la yerba húmeda en contacto constante con los poros abiertos durante varias horas, como establecen los pasos tradicionales, favorece que el proceso sea progresivo. Se recomienda mantener la yerba húmeda, agregando agua tibia cuando es necesario, para maximizar la eficacia del curado y evitar la proliferación de microorganismos. De este modo, al finalizar el tratamiento, el recipiente estará en condiciones óptimas para recibir la infusión y conservar su sabor característico. Cómo saber cuándo el mate ya está curado Los métodos tradicionales incluyen una serie de pasos y recomendaciones que permiten reconocer con claridad el momento adecuado para comenzar a usar el recipiente. En el caso de los mates de calabaza, la señal principal de un curado efectivo se detecta después de repetir sucesivamente el proceso de llenado del recipiente con yerba húmeda y agua hirviendo. Generalmente, se aconseja dejar reposar la yerba entre 12 y 24 horas y realizar este ciclo de curado entre dos y cuatro veces. Una vez cumplidas estas etapas, detalla Yerba Mate Argentina, se debe inspeccionar el interior del mate: la superficie porosa de la calabaza pierde poco a poco residuos orgánicos visibles y obtiene un aspecto más homogéneo. Raspar suavemente el interior con una cuchara permite retirar los excedentes del hollejo, que suelen desprenderse fácilmente después de una curación adecuada. Cuando ya no quedan restos perceptibles y la pared interna presenta un color uniforme sin olores fuertes a humedad, el mate está listo para ser utilizado. Respecto a los mates de madera, el proceso requiere además un tratamiento graso inicial. Untar el interior con aceites o manteca y permitir que el material absorba la sustancia durante 24 horas es el primer paso, seguido de la utilización reiterada de yerba húmeda y agua caliente. El indicador de un recipiente adecuado para el consumo es que el interior ya no presente zonas aceitosas, el olor característico a madera cruda se haya atenuado y el recipiente no desprenda sabores ajenos durante la etapa de prueba con la yerba. A partir de la segunda o tercera ronda de curado, el aspecto del interior resulta más regular y el aroma a madera deja de dominar la infusión. Un mate de calabaza curado adquiere un color interior homogéneo y sin restos visibles (foto: Freepik) Cómo evitar que al mate le aparezcan hongos Uno de los puntos fundamentales para evitar la proliferación de hongos es asegurar que el mate permanezca seco en todo momento entre cada uso. Finalizada la cebada, resulta indispensable extraer todos los restos de yerba, enjuagar el recipiente y permitir que se oree completamente antes de guardarlo. Este paso es especialmente importante porque la humedad residual facilita el desarrollo de colonias fúngicas y puede provocar manchas o alteraciones organolépticas en la superficie de la calabaza o la madera. Además, los especialistas sugieren no exponer los mates a fuentes de calor directo ni dejarlos al sol, ya que las variaciones bruscas de temperatura y humedad contribuyen a la aparición de fisuras, lo que incrementa la vulnerabilidad del material a los hongos. También es importante no almacenar el mate cerrado o en lugares sin circulación de aire, y darle uso frecuente: el mate que se deja guardado por períodos prolongados corre un mayor riesgo de presentar alteraciones al momento de reutilizarlo. Cómo se debe limpiar el mate de calabaza Las recomendaciones tradicionales se basan en prácticas transmitidas de generación en generación, adaptadas a las necesidades específicas de este material orgánico. El primer paso para limpiar correctamente un mate de calabaza es retirar completamente la yerba utilizada inmediatamente después del uso. Dejar los restos en el recipiente favorece la retención de humedad y facilita la formación de hongos. Una vez vaciado, se recomienda enjuagar el interior únicamente con agua caliente, evitando el uso de detergentes o productos químicos que puedan impregnarse en los poros de la calabaza y alterar el sabor de la bebida en futuras cebadas. Durante el proceso de curado, hay una etapa específica donde la limpieza adoptará una característica especial. Al finalizar el tiempo de reposo de la yerba húmeda —que suele ser de 12 a 24 horas—, es aconsejable remover el hollejo adherido a las paredes internas. Para ello debe utilizarse una cuchara, raspando suavemente con movimientos controlados que retiren solo los excedentes sin dañar el revestimiento interior de la calabaza. Este paso ayuda a eliminar restos orgánicos que, de permanecer, pueden fermentarse u originar sabores no deseados en las siguientes cebadas. El secado constituye un punto clave en la limpieza diaria del mate de calabaza. Los especialistas sugieren dejar el recipiente boca abajo, en un ambiente aireado y lejos de la exposición directa al sol o fuentes de calor. Estas condiciones previenen agrietamientos por cambios bruscos de temperatura y permiten que el material conserve sus propiedades naturales. Es esencial no tapar el mate ni guardarlo húmedo en espacios cerrados, para evitar la acumulación de hongos o malos olores. Qué otros tipos de mate hay Los mates de materiales modernos, como vidrio o acero, no necesitan curado previo (foto: Freepik) Si bien los mates de calabaza y madera son considerados clásicos y tradicionales dentro de la cultura argentina, el mercado contemporáneo ofrece una gama de alternativas fabricadas con materiales inorgánicos, diseñadas tanto para responder a necesidades prácticas como a tendencias estéticas. Entre los materiales más populares figuran los mates de vidrio, metal, cerámica, silicona y plástico. Estos recipientes, a diferencia de los de origen vegetal o animal, presentan la ventaja de no requerir curado previo antes de su primer uso.

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