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  • El Gobierno quedó en shock por el durísimo revés en Buenos Aires y Milei busca responsables en el ala política

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 08/09/2025 02:37

    Javier Milei en el búnker de La Libertad Avanza (REUTERS) Los libertarios se cansaron de repetir, en la previa de la elección en la Provincia, que no esperaban un triunfo sobre el kirchnerismo; que festejarían un empate técnico; que estarían satisfechos con una diferencia inferior a los 5 puntos; y que considerarían como una “catástrofe” perder por 8 o 10 puntos. Nunca imaginaron, siquiera, una derrota por 13, que es lo que finalmente ocurrió anoche, cuando la fuerza de Axel Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa se impuso por el 46,9 por ciento y LLA quedó relegado con el 33.8. Se materializó el peor de los resultados, uno que ni contemplaban. “Es una paliza”, admitió un funcionario, sin más. Para correr el eje del caos presente, en lo alto del Gobierno empezaban a hablar de la recuperación en octubre, para las nacionales, cuando -siempre lo dijeron- están seguros de que lograrán imponerse. Pero mientras tanto, buscaban eventuales chivos expiatorios, internos, y estaban decididos a recalibrar. Todavía no está decidido cuándo, ni de qué forma recalcularán el rumbo. La tropa de militantes en redes que lidera el asesor Santiago Caputo reclamaban cortar por lo sano del lado de Martín Menem y Lule Menem, principales asesores de Karina Milei, que no sólo están apuntados en el escándalo por corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), sino que fueron los artífices de las listas junto a Sebastián Pareja. Pero en el círculo de los riojanos y el bonaerense deslizaban que avanzar contra ellos sería equivaldría a cortarle las dos manos a la intocable hermana del Presidente. “Esa no es una salida”, decían. En todo caso, deslizaba un libertario de la primera hora, un corrimiento de los poderosos dirigentes karinistas, si tiene lugar, se produciría de manera “ordenada”. Otros referentes violetas pedían, como señal a los mercados, y adelantar los cambios en el equipo del gobierno que se preveían para diciembre, post recambio legislativo, con la salida de Patricia Bullrich hacia el Senado y de Manuel Adorni hacia la Legislatura porteña. En lo inmediato, se evaluaba la posibilidad de convocar a una reunión del Gabinete, de urgencia, para mañana temprano. Y estaba sobre la mesa, como opción, que Milei llame a Olivos a sus asesores más cercanos. Por lo pronto, el triángulo de Hierro estaba anoche en el salón Vonhart de La Plata donde LLA montó el búnker de campaña y los ánimos estaban por el subsuelo. El jefe de Estado pareció desestimar la posibilidad de modificaciones en el equipo nacional, cuando en su discurso de aceptación de la catástrofe electoral dijo que revisarían “la política” pero no cambiarían un solo ápice el rumbo del Gobierno. De hecho, subió a sus ministros al escenario, y en su breve alocución los reivindicó uno por uno, a veces con nombre y apellido. Llamó la atención la ausencia del ministro coordinador, Guillermo Francos, y en su entorno dijeron que había avisado que faltaría, por “cuestiones familiares”. Tampoco estuvieron Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, ni Luis Caputo, de Economía. Martín Menem (Gustavo Gavotti) La presencia de Javier Milei en el comando central estuvo en duda hasta último momento, y se concretó, por pura necesidad, cuando ya era un hecho que LLA perdía por bastante. Algunos de sus asesores le habían recomendado que no fuera, para evitar que su figura quedara asociada a un fracaso -en ese momento no se sabía el caudal-. Pero resguardarlo terminó siendo imposible. Primero, por la investidura: que el Presidente se recluyera en Olivos enviaría una señal de pavor que dañaría, no ya al partido, sino a la economía. Segundo, por lo obvio: durante el mes y medio previo a los comicios, el oficialismo apeló casi exclusivamente a su figura para apuntalar a los candidatos locales, al punto de que apenas hubo campaña violeta por fuera de los actos que encabezó el jefe de Estado en el territorio -La Matanza, Moreno, Lomas de Zamora, y Junín-. El oficialismo estaba en shock. “No entendemos bien todavía qué pasó”, dijo un armador. “No tengo perspectivas, aún”, esquivó un funcionario. ¿Fueron los casos de presunta corrupción que salpicaron a la cúpula los que llevaron a que muchos indecisos que votaron a LLA en la última elección se desencanten y se queden en sus casas o se vuelquen por terceras vías, no libertarias ni kirchneristas? ¿Fue que el malestar por la falta de poder adquisitivo primó por sobre la valoración de la pelea ganada contra la inflación? ¿Fueron los problemas para fiscalizar ante el aparato del PJ? ¿Fueron los candidatos que eligieron los Menem? ¿O las formas insultantes y degradantes de los tuiteros estrellas de Milei y Caputo en redes, cuya última expresión quedó a cargo del “Gordo Dan” y sus críticas Luis Juez? ¿Fueron los recortes en Discapacidad, a las universidades públicas? Pareja, el primer orador de LLA, que le puso el cuerpo a la derrota, excluyó a la política económica y a la política de las explicaciones. En cambio, responsabilizó, como a las tareas en el territorio: “Tenemos autocrítica, esto tiene que ver con ocho procesos electorales distintos, hay realidades que ameritan que cada uno de nosotros nos pongamos a pensar en dónde se han cometido errores. Pero ese trabajo estamos dispuestos a hacerlo, y decirle a la sociedad que si bien no es el resultado esperado, aunque estamos orgulloso de lo que hicimos”, dijo. Santiago Caputo Mientras buscaban responsables, el principal asesor de Milei, Santiago Caputo, resultó fortalecido esta noche. Después de todo, habían sido sus tropas, bajo su supervisión en las sombras, las que habían despotricado contra la selección de los candidatos libertarios de Menem y Pareja, entre quienes abundaron probados ex militantes del massismo y el kircherismo (que en ciertos casos incluso habían liderado las boletas del FPV). Y anoche en el Gobierno decidían echarle la culpa al armado local para defender la gestión nacional que, lo dijo Milei, no están dispuestos a modificar. Por esas críticas, Karina Milei había castigado a su agrupación, Las Fuerzas del Cielo, excluyendo a sus dirigentes prácticamente por completo de las nóminas. Lo cual llevó a un doble descontento entre los referentes más jóvenes del espacio, que tuvieron un compromiso, al menos, más acotado con la campaña: “No podemos militar al Nene Vera”, decían como resumen, en referencia al polémico Ramón Vera, ex dirigente K en Moreno que Pareja y los Menem abrazaron en la campaña al punto de que su hija, Andrea Vera, moderó el acto de cierre de campaña de Milei en la codiciada Primera Sección donde anoche el espacio violeta terminó ubicado segundo por lejos. A pesar de la pelea abierta que mantenía el ex consultor con sus propios alfiles, Karina Milei había incorporado a Caputo a la campaña a último momento, con la esperanza de que a pesar de haberlo excluido se ocupara de la estrategia en el mes que quedaba por delante. El disruptivo eslogan Kirchnerismo Nunca Más fue ideado por sus equipos, con el plan de correr la atención de las internas y congregarse con fuerza en torno al antagonismo con el oficialismo provincial. Anoche, desde su prisión domiciliaria, Cristina Kirchner adjudicó la derrota, en parte, a la indignación que provocó el uso de la consigna histórica de la Conadep.

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