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Parana » AIM Digital
Fecha: 07/09/2025 09:50
Las elecciones legislativas bonaerenses de este domingo se convirtieron en mucho más que un capítulo local. Lo que nació como un cálculo táctico del gobernador Axel Kicillof, al desdoblar los comicios de los nacionales, terminó derivando en un test de alcance nacional, en medio de una crisis política y económica que golpea al Gobierno de Javier Milei. Lo que ocurra en las urnas será leído como una suerte de “primarias encubiertas” hacia octubre: una moneda al aire que puede consolidar liderazgos o arrastrar derrotas. Para Kicillof, se trata de retener el control del peronismo bonaerense y, acaso, proyectarse como referente opositor de cara a 2027. Para Milei, en cambio, el resultado marcará si La Libertad Avanza logra ensanchar su base y sumar músculo legislativo o si queda golpeado en plena tormenta política y financiera. Una elección con resonancia nacional El padrón de más de 14 millones de bonaerenses garantiza que lo que pase en la provincia impacte en todo el país. Los problemas nacionales —inflación, dólar volátil, tensiones internas y el escándalo por los audios de la Andis— se filtraron en la campaña y corren el riesgo de recaer sobre la figura de Kicillof o, en sentido inverso, sobre la Casa Rosada. Internas abiertas y mercado en vilo La elección también expone las tensiones dentro de las propias coaliciones. En el oficialismo libertario, la disputa entre Karina Milei, los Menem y Santiago Caputo quedó al desnudo con los audios filtrados. En el peronismo, Kicillof logró imponer a sus candidatos en las secciones clave, aunque el respaldo del kirchnerismo y del Frente Renovador de Sergio Massa no disimula la competencia soterrada por la conducción futura. El lunes posterior a la elección también será seguido de cerca por los mercados: según los analistas, los resultados pueden funcionar como agua fresca o como nafta en el fuego de la volatilidad financiera. El tablero en juego La Provincia se jugará en ocho elecciones seccionales, con especial atención en el conurbano sur y oeste, donde el PJ confía en sacar ventaja, y en el norte, donde los libertarios intentan recuperar terreno. La Plata aparece como distrito bisagra. Con una política “líquida”, donde los liderazgos se diluyen y resurgen rápidamente, el resultado bonaerense se convierte en un punto de inflexión: ¿será Kicillof el nuevo polo de la oposición? ¿O será Milei quien logre transformar esta elección en un trampolín hacia octubre? Lo único seguro es que, tras el domingo, la política argentina no será la misma.
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