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» Elterritorio
Fecha: 07/09/2025 09:41
domingo 07 de septiembre de 2025 | 6:05hs. La construcción del espacio se está haciendo con botellas. Foto: Graciela González Los estudiantes del IEA 8 de la colonia Guatambú, en Montecarlo, trabajan con un proyecto de huerta sustentable que esperan que concluya a fin de año; es una prueba piloto que se está desarrollando, buscando información de todo tipo para ir mejorando y darle el mejor uso. La profesora Gabriela Büttner, encargada del proyecto vivero sustentable ‘Un compromiso con el medioambiente y la educación’ contó cómo surge la idea. “En 2023 tuve la oportunidad de visitar la Casa de Botellas en Iguazú, un punto turístico reconocido por su innovador uso de materiales reciclados en la construcción. Allí conocí al señor Santa Cruz, propietario y constructor de la casa, quien me impresionó profundamente por la manera creativa y eficiente en que reutiliza materiales cotidianos”, relató. Además resaltó: “Esta experiencia fue el motor que me impulsó a iniciar un proyecto en la escuela IEA 8 que aspira a convertirse en un centro de acopio y reciclaje, coherente con nuestra identidad de escuela agrotécnica. Considero indispensable que como docentes formemos a los estudiantes no sólo en contenidos tradicionales, sino también en habilidades transversales que respondan a los desafíos actuales como el cuidado del medioambiente”. La docente asumió el compromiso integral abordando temas que promueven la conciencia ambiental desde su materia y en colaboración con otras áreas. El proyecto del vivero sustentable, cuenta con el apoyo de la Municipalidad local y del Centro de Reciclaje es un emprendimiento interdisciplinario que busca ser la piedra fundacional para un cambio cultural dentro de la comunidad educativa. Los estudiantes de 1° y 2° año participaron activamente en el aprendizaje y la aplicación de la técnica constructiva con botellas recicladas y están capacitados para transmitir este conocimiento a los nuevos ingresantes, asegurando así la continuidad y expansión del proyecto. “La comunidad escolar también se ha comprometido recolectando botellas y personalizando el vivero con la inscripción de sus nombres en ellas, simbolizando un compromiso colectivo hacia la sustentabilidad y el cuidado del planeta. Una vez culminado, el vivero no sólo será un espacio físico construido con recursos reciclados, sino también un laboratorio vivo donde los estudiantes podrán probar y comparar cultivos nuevos con los métodos tradicionales ya establecidos en la escuela. Este aspecto práctico fomenta no solo la innovación agrícola sino también el pensamiento crítico y la responsabilidad ambiental”, detalló la docente. También destacó: “El vivero sustentable representa para nosotros una oportunidad invaluable para sembrar, tanto literalmente como en sentido figurado, valores de respeto por el entorno”. Compartí esta nota:
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