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CABA » Plazademayo
Fecha: 06/09/2025 14:53
Trabajadores acusan que fueron notificados por WhatsApp. La empresa argumenta caída de ventas, pero no se presentó a la audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo. Más de 300 trabajadores de la fábrica de cerámicos ILVA, ubicada en el partido bonaerense de Pilar, fueron despedidos en los últimos días en medio de un severo conflicto laboral que combina crisis productiva, denuncias de lockout patronal y protestas frente a la planta. A comienzos de septiembre, la empresa comenzó a enviar telegramas de despido a operarios de todas las áreas. En total, fueron desvinculados cerca de 300 empleados, varios con más de 20 o 30 años de antigüedad en la firma. Según relataron, algunos se enteraron de la medida a través de mensajes de WhatsApp, sin una notificación previa formal ni diálogo alguno con la empresa. “Nos quedamos en la calle por WhatsApp. Es inhumano lo que hicieron”, expresó uno de los operarios afectados, quien cumplía funciones en la fábrica desde 1997. La empresa justificó la decisión en una “caída de ventas, apertura de importaciones y problemas en el abastecimiento de materia prima”, y se amparó en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que permite pagar indemnizaciones reducidas (hasta un 50 %) en casos de fuerza mayor. No obstante, los trabajadores desmienten esa versión y aseguran que la empresa había realizado inversiones en maquinaria recientemente, lo que para muchos es evidencia de un lockout patronal, una estrategia para suspender operaciones y forzar despidos en condiciones más favorables para la patronal. Ante la magnitud del conflicto, los operarios iniciaron un acampe permanente y protestas rotativas frente a las puertas de la planta. Exigen la inmediata reincorporación de los despedidos, el pago completo de las indemnizaciones y la intervención activa del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. En respuesta, la cartera laboral convocó a una audiencia de conciliación que no contó con la presencia de representantes de ILVA. A raíz de ello, el Ministerio dictó la conciliación obligatoria por 15 días, que implica la suspensión de los despidos mientras se abren canales de negociación. Sin embargo, los trabajadores denuncian que la empresa sigue sin dar señales de diálogo. “Estamos viviendo un momento trágico. Muchos compañeros tienen familia, hijos, créditos. Esto nos destruye”, señalaron con angustia los operarios. ILVA es una de las principales fabricantes de cerámicos del país y opera en el mercado desde hace más de cuatro décadas. La planta de Pilar, una de las más grandes de la industria, fue durante años un polo de empleo clave para la región. El conflicto continúa abierto, con fuerte tensión en el ambiente laboral y sin resolución a la vista.
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