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  • El secreto mal guardado

    » Elterritorio

    Fecha: 06/09/2025 10:41

    sábado 06 de septiembre de 2025 | 6:00hs. En la actualidad resulta innegable el origen multiétnico del continente americano, de nuestro país y de la actual provincia de Misiones, aunque el relato histórico dominante no esté actualizado, producto -en su momento- de ideologías casi desesperadas por promover la “pureza blanca” hasta que las incalificables políticas del Tercer Reich, dejaron al descubierto la magnitud de semejante convicción; en esa visión generalizada, la presencia como sujetos sociales de los habitantes originales de estas tierras está invisibilizada o al menos romantizada y victimizada para presentarlos como débiles, incapaces y necesitados de supervisión. El tema se profundiza cuando se pretende sumar a la población africana insertada compulsivamente en la “América Morena”; si nos retrotraemos al proceso de conquista y colonización de América del Sur, un censo del año 1778 realizado por orden real concluyó que poco menos de la mitad de la población del recién creado Virreinato del Río de la Plata tenía origen africano; resulta que en el periodo comprendido entre los años 1777 y 1812 llegaron a los puertos de Montevideo y Buenos Aires unos 700 barcos esclavistas, se comercializaron alrededor de 72.000 personas capturadas en su mayoría en Angola, Congo y Mozambique y algunos cientos del sudeste africano; antes de la mitad del siglo XIX llegaron a constituir más de 60% de los habitantes. Siempre en condición de esclavos cumplieron tareas domésticas, rurales y artesanales, sometidos a un amo como propiedad privada; en el proceso independentista fueron la “carne de cañón” de los ejércitos americanos, las Provincias Unidas del Río de la Plata alimentaron las huestes con esos esclavos entregados a la causa, los sobrevivientes y sus hijos quedaron sujetos a levas forzadas frente a conflictos regionales, al final de ese siglo la guerra de la Triple Alianza y la gran epidemia de fiebre amarilla de 1871 cerraron la etapa de exterminio. Las tasas de natalidad afroamericanas descendieron drásticamente, el sistema social que los explotaba comenzó a cambiar poco a poco y la utópica “libertad de vientres” dio sus frutos; el nuevo siglo trajo la quimera política de “gobernar es poblar”, miles de inmigrantes “blancos” llegaron a Argentina y los afroamericanos perdieron la escasa visibilidad que tenían hasta entonces. En el denominado “Segundo Censo de la República Argentina - Mayo 10 de 1895 - decretado en la administración del Dr. Sáenz Peña - verificado en la del Dr. Uriburu”, en la página XLVI puede leerse “(…) Raza Negra - En los primeros tiempos de la conquista, la raza negra africana era desconocida en las regiones del Plata, donde solo estaba representada por algunos individuos que en calidad de domésticos o sirvientes traían algunos personajes. Fué solamente hacia el año 1702 que á favor de la trata de esclavos se introdujeron los primeros negros, pero todavía en corto número. En 1715 poco después del tratado Utrech, habiendo obtenido los ingleses el monopolio del comercio de esclavos, adquirieron el derecho de importar al Río de la Plata 1.200 por año, lo que continuó hasta 1728 en que dicho privilegio fue abolido. Esto no obstante la trata continuó por medio del contrabando, de manera que fue aumentando la población africana de estas comarcas. Hacia 1770 se calculaba que había en la provincia de Buenos Aires 6.000 negros en un total de 22.000 habitantes; es decir, que formaban casi la cuarta parte. Un cálculo verificado en la misma Provincia en 1778 demostró que existían 9.000 negros y mulatos, en un total de 38.000 habitantes; se conservaba, pues, la proporción anterior. En la ciudad y provincia de Córdoba, que compartía con Buenos Aires el predominio de la importancia social, se calculó que en 1779 había 7.000 negros y mulatos entre 44.000 habitantes y para el total del país la estimación hecha por Martín de Moussy subía a treinta mil negros y mulatos formando el diez por ciento de la población. Proclamada la independencia y producidas las guerras que fueron su consecuencia, concluyó la trata, de manera que a partir de 1825, el África cesó de proveer esclavos a esta parte de la América, sin que pueda hacerse ninguna estimación aproximada del número de los que entonces existían. (…) El elemento negro masculino no pudo pues propagar su raza con la misma intensidad que el blanco, mientras que el femenino, por las mayores facilidades de su comercio con la raza europea ó india, daba origen á productos en que la pigmentación de su piel era menos fuerte. En efecto, es un hecho de observación constante, ya proclamado científicamente por Alcides D´Orbigny desde 1839, que casi nunca se producen uniones entre el hombre negro o indio y la mujer de raza blanca, mientras que por el contrario son muy frecuentes entre el varón blanco y la mujer negra, mulata ó india. (…) La cuestión de las razas, tan importante en los Estados Unidos, no existe, pues, en la República Argentina, donde no tardará en quedar su población unificada por completo, formando una nueva y hermosa raza blanca producto del contacto de todas las naciones europeas fecundadas en el suelo americano (…).” A buen entendedor…sobra el análisis. Misiones no fue la excepción, desde la etapa jesuítica en adelante hay demasiadas huellas de ese sincretismo en nuestra cultura, en nuestros rasgos, en nuestra historia; como afirmó Nélida Wisneke, en referencia a inmigrantes africanos que se instalaron en Misiones, huyendo del Brasil esclavista: “La selva les sirvió de refugio. Toda la zona de frontera compartida con Brasil estuvo marcada por la presencia de afrodescendientes que devinieron de ese escape. San Pedro, Oberá, Alem, San Javier, fueron algunos. (…) Vivieron por muchos años de manera silenciosa, cargando con el temor de ser descubiertos, pese a que se encontraban en un territorio en el que ya no existía esclavitud. Recién cuando se decretó la abolición de la esclavitud en Brasil, muy de a poco comenzaron a interactuar con los criollos de cada lugar. (…)” Si alguno encuentra la casa africana en el Parque de las Naciones, avise por favor. ¡Hasta la semana que viene!

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