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  • "Lo asfixié para mandarle un mensaje a la mamá": la confesión del hombre que mató a su hijo

    » Radiosudamericana

    Fecha: 05/09/2025 17:33

    Viernes 05 de Septiembre de 2025 - Actualizada a las: 10:46hs. del 05-09-2025 EL NIÑO TENÍA 8 AÑOS Alejandro Ruffo intentó quitarse la vida tras el crimen. Estuvo internado dos semanas, fue dado de alta y ahora se encuentra alojado en Unidad Penitenciaria N°34 de Melchor Romero. Una pericia psiquiátrica será determinante para el futuro de la causa. “Lo asfixié para mandarle un mensaje a la mamá”, fue la brutal confesión que Alejandro Ruffo, el hombre que mató a su hijo de 8 años en Lomas de Zamora, le hizo a un médico en el Hospital Gandulfo. Tras el crimen, ocurrido hace un mes, intentó quitarse la vida. Desde el 5 de agosto, Ruffo estuvo internado con custodia policial en la unidad de terapia intensiva del Gandulfo. Todos los días, el juzgado le mandaba un doctor para corroborar si podía declarar ante la Justicia y siempre se negó. Sin embargo, en una de las visitas, le sacaron la intubación y le confesó a un médico: “Lo asfixié para mandarle un mensaje a la mamá”. Estos dichos, aunque no fueron realizados de manera formal, ya fueron sumados al expediente, según pudo saber TN. Dos semanas después de intentar quitarse la vida, Ruffo fue dado de alta y actualmente se encuentra en un pabellón psiquiátrico de la Unidad Penitenciaria N°34 de Melchor Romero. En las últimas horas, la fiscal Fabiola Juanatey, responsable de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) N°2 de Lomas de Zamora, pidió que la prisión preventiva quede firme. Ahora se espera que el juez de Garantías N°8 del distrito, Gabriel Vitale, tome una decisión final. “El cúmulo de pruebas es letal. Hay de todo, testimoniales de vecinos, escuchas telefónicas y cámaras de seguridad“, explicó a este medio una fuente de la investigación. En este sentido, aseguró que en la causa se sumó un trabajo que el nene hizo en la escuela: “Tenía que adjetivar. Le pusieron un colegio y al lado escribió tranquilidad, esfuerzo; le pusieron una casa y puso miedo”. Mientras se siguen recolectando pruebas y se aguarda que la preventiva quede firme, el 21 de octubre a las 9.00 se le realizará a Ruffo una pericia psiquiátrica que estará a cargo de Carmen Susana Mansilla, de la Asesoría Pericial Departamental de Lomas de Zamora. Fundamantalmente, se hará con la finalidad de determinar si estaba en condiciones de comprender y dirigir sus acciones en el momento del hecho y si se encuentra en condiciones de afrontar un juicio. Está acusado de “homicidio agravado por el vínculo, por alevosía y por el propósito de causar sufrimiento a su cónyuge”. El crimen en Lomas de Zamora Joaquín fue asesinado la mañana del martes 5 de agosto en su casa de Lomas de Zamora, donde vivía con su papá, Alejandro Ruffo, y su mamá, Natalia Ciak. Alejandro aprovechó que estaba solo con el nene para asfixiarlo mientras dormía. “Le tapó la cabeza con una almohada”, delató Natalia en una entrevista con TN. Ambos estaban atravesando un proceso de separación y hacían terapia de pareja de forma individual. Él prometió irse de la casa en pocos días, pero mientras tanto seguía ejerciendo violencia verbal hacia ella. “Estaba celoso de la relación que tenía con mi hijo”, señaló. El día del ataque, Alejandro le preparó un café Natalia y minutos después la llevó a tomar la combi que la trasladaba a su trabajo los tres días de la semana que asiste de forma presencial a la oficina. Es por ello que él debía llevar a Joaquín al colegio, pero nunca lo hizo. La mujer comenzó a sospechar que algo extraño pasaba, ya que su hijo cada vez que llegaba a la escuela le avisaba, por videollamada o por mensaje de WhatsApp. Ese día no hubo señales. Con el pasar de los minutos, llamó a la institución escolar para saber si su hijo estaba ahí, y la respuesta la impactó: “Joaquín no vino hoy”. En ese lapso, Alejandro realizó posteos en redes sociales insultando a Natalia. No está claro por qué había realizado las publicaciones, pero una de las hipótesis es que se enteró que ella se iba a ir de la casa ese mismo día. “Joaquín decía que no estaba tranquilo”, reveló la mujer en referencia a que el nene no toleraba los maltratos que ella recibía. Cuando se enteró de que Joaco -como le decía- no estaba en el colegio, de inmediato buscó contactarse con Alejandro. Le preguntó por qué no lo llevó y por qué había subido esos estados agresivos a las redes. La respuesta fue que se quedara tranquila, que iba a borrar las publicaciones; mientras que aseguró que su hijo estaba durmiendo. “Cuando dijo eso, ya lo había matado”, recalcó. Sin embargo, en ese momento creía que Alejandro se había llevado a Joaquín de la casa y llamó a la Policía. Alrededor de las 10.00, se fue de su trabajo porque sospechaba que algo pasaba. Cuando llegó a su casa ubicada en la calle Eustaquio Díaz Vélez —y con un patrullero que la esperó en la puerta— se encontró con la terrorífica escena: el hombre estaba en el living totalmente ensangrentado y fue trasladado al Ganfuldo, mientras que el niño estaba muerto en su habitación. “Jamás en la vida se me ocurrió que podría haber tocado al nene, es la culpa que la persigue. ¿Cómo iba a imaginar que el papá de mi hijo le iba a hacer eso?”, se preguntó, y subrayó que el hombre no tenía problemas mentales, tal como se mencionó en un primer momento. Ahora, las pericias psiquiátricas serán determinantes para el futuro de la investigación. TN

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