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» Derf
Fecha: 04/09/2025 21:45
Lograr que los vidrios y espejos queden impecables puede parecer una tarea sencilla, pero en la práctica muchas veces aparecen rayas, manchas o restos de polvo. Esto sucede porque solemos cometer ciertos errores sin darnos cuenta. Con pequeños cambios en la rutina de limpieza y sin esfuerzo extra, podés conseguir superficies brillantes, nítidas y sin marcas. Errores más frecuentes: Usar el trapo equivocado: las toallas de papel o trapos que sueltan pelusa dejan restos visibles. Exceso de producto: poner demasiado limpiador genera vetas y hace más difícil el secado. Limpiar bajo sol directo: la luz acelera el secado del producto y deja marcas. Pasar siempre en la misma dirección: al no alternar, quedan zonas con residuos sin detectar. Ignorar los bordes: suelen acumular polvo y humedad, y si no se limpian, ensucian otra vez el vidrio. Cómo hacerlo bien: – Usá paños de microfibra o papel de diario, que no dejan marcas. – Aplicá el limpiador en pequeñas cantidades, mejor si lo pulverizás directamente sobre el paño y no sobre el vidrio. – Elegí un momento del día sin sol directo sobre la superficie. – Pasá el paño en movimientos verticales y horizontales, alternando. – Prestá especial atención a los bordes y esquinas.
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