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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/09/2025 06:51
La aplicación del fertilizante debe realizarse cada quince días, diluyendo la mezcla en agua y observando la respuesta de las plantas para ajustar la dosis (Imagen Ilustrativa Infobae) El interés por soluciones ecológicas y prácticas continúa creciendo, especialmente en el cuidado del hogar y el jardín. Licuar cáscara de banana y vinagre blanco permite transformar residuos cotidianos en un fertilizante natural, económico y biodegradable, reducir el impacto ambiental y fomentar el aprovechamiento integral de los recursos, de acuerdo con The Guardian. ¿Por qué la cáscara de banana y el vinagre sirven como fertilizante? La cáscara de banana aporta potasio, fósforo, calcio y magnesio, minerales que ayudan a fortalecer las raíces, estimular la floración, favorecer la formación de frutos y mejorar la fotosíntesis, según informaciones citadas en The Guardian sobre fertilizantes caseros. La preparación del fertilizante casero requiere licuar cáscaras de banana maduras con vinagre blanco y agua, y conservar la mezcla en un frasco limpio y refrigerado (Imagen Ilustrativa Infobae) El vinagre blanco, ácido suave, intensifica la acidez del sustrato y potencia la absorción de nutrientes por las raíces. Su capacidad desinfectante permite mantener el suelo libre de bacterias fúngicas y repeler plagas como mosquitos, pulgones y hormigas sin pesticidas artificiales, de acuerdo con BBC. Conviene considerar que algunas especies, como helechos o begonias, prefieren suelos menos ácidos, por lo que modificar la dosificación de la mezcla permite prevenir daños, como advierte BBC. Aprovechar minerales naturales sin agroquímicos, transformar residuos en recurso útil para el jardín y reducir el uso de fertilizantes industriales son beneficios destacados por The Guardian. La mezcla de cáscara de banana y vinagre blanco se utiliza como fertilizante natural para plantas, aportando nutrientes y reduciendo residuos domésticos (Imagen Ilustrativa Infobae) Cómo preparar fertilizante con cáscara de banana Reunir los ingredientes: utilizar una o dos cáscaras de banana maduras y una taza de vinagre blanco (aproximadamente 250 ml). Cortar las cáscaras: trozar en pedazos pequeños. Licuar: colocar las cáscaras y el vinagre en una licuadora; agregar una taza de agua si se prefiere menos concentración. Procesar hasta lograr una textura homogénea. Colar el líquido (opcional): filtrar para separar los sólidos si así se desea. Guardar en frasco limpio, preferentemente de vidrio oscuro. Conservar en la heladera para mantener la mezcla fresca varios días. Proteger las manos con guantes al manipular el vinagre y destinar los restos sólidos al compost resultan prácticas recomendadas para aprovechar todos los recursos. Transformar residuos orgánicos en recursos útiles para el jardín fomenta prácticas ecológicas y sostenibles en el hogar (Imagen Ilustrativa Infobae) Cómo aplicar el fertilizante Diluir la mezcla en agua en proporción de uno a tres y regar las plantas con el preparado. Observar el follaje tras cada aplicación, especialmente el color y la aparición de manchas, permite ajustar la dosis según las necesidades de cada planta. Usar el fertilizante cada quince días, alternar con métodos naturales adicionales y evitar su uso en suelos demasiado ácidos brinda resultados duraderos, señala BBC Mundo. Adaptar la frecuencia al tipo y estado de las plantas optimiza su bienestar. Otros fertilizantes naturales Además de la mezcla de banana y vinagre, considerar el compost orgánico, café usado, cáscaras de huevo trituradas, ceniza de madera y agua de cocción de verduras. El compost mejora la estructura del suelo, la cáscara de huevo aporta calcio, y la ceniza regula la acidez, alternativa respaldada por BBC. Reducir residuos domésticos, nutrir el jardín y evitar la dependencia de productos industriales representan ventajas directas de estas prácticas, que se alinean con hábitos responsables y respetuosos con el entorno. La adopción de métodos sencillos y económicos puede marcar la diferencia en la calidad y sostenibilidad del espacio verde propio.
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