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Concordia » InfoConcordia
Fecha: 03/09/2025 01:04
A pocas semanas de las elecciones nacionales y a días del proceso electoral en provincia de Buenos Aires, el gobierno de Javier Milei enfrenta un duro revés en los mercados financieros. La combinación de incertidumbre política, señales de estancamiento económico y temores sobre el futuro de la política fiscal ha provocado una fuga de capitales que se ha traducido en caídas significativas en bonos y acciones. Los analistas coinciden: los mercados le están dando la espalda al oficialismo y el «voto castigo» ya se siente en la economía. Los números que duelen Las cifras son contundentes. En las últimas semanas, las acciones del S&P Merval han sufrido un desplome considerable, y los bonos soberanos no se han quedado atrás, registrando pérdidas que en algunos casos superan el 5%. Aún más dramática es la situación de los ADRs (certificados de depósitos argentinos en el exterior), que en un solo mes han perdido hasta un 25% de su valor, reflejando la desconfianza de los inversores internacionales. Estos movimientos financieros son la manifestación más clara de un fenómeno que va más allá de los despachos de Wall Street: la incertidumbre preelectoral. “Existe una demanda natural de cobertura cambiaria y volatilidad en las tasas de interés”, explica un analista de mercado. Esta situación, lejos de ser un simple ajuste, es una alarma que resuena en toda la economía, encareciendo el crédito y frenando la inversión. La visión del gobierno: ¿la culpa es de la oposición? Ante este escenario, el presidente Javier Milei ha salido a defender su gestión, atribuyendo la turbulencia a la posibilidad de una victoria electoral opositora. Según el mandatario, el riesgo de que su gobierno no continúe es lo que está generando la subida de las tasas de interés. “Si mi gobierno gana, la situación se revertirá y la tasa de interés se desplomará”, sostuvo, en un intento por tranquilizar a los mercados y a la opinión pública. Sin embargo, los especialistas señalan que la situación es más compleja. Si bien la incertidumbre electoral es un factor clave, no es el único. Los inversores también están evaluando el impacto de la política económica actual. A pesar de los logros en la reducción de la inflación y el déficit fiscal, persisten las dudas sobre la sostenibilidad del modelo. El costo de la estabilización: consumo y empleo en caída La dura receta de ajuste fiscal del gobierno ha tenido un costo visible en la economía real. Diversos informes de consultoras privadas señalan una caída sostenida en la actividad económica, con un estancamiento en el consumo y la pérdida de empleo. La suba de las tasas de interés, que si bien el gobierno atribuye a la incertidumbre, también está desacelerando la economía. Este panorama, junto a recientes escándalos de corrupción y el creciente descontento de sectores empresariales y políticos, ha encendido las alarmas en el exterior. Los inversionistas no solo miran los números fiscales, sino también el clima social y político del país. En este contexto, el gobierno de Milei se encuentra en una encrucijada: por un lado, necesita mostrar estabilidad para calmar a los mercados, pero por el otro, enfrenta un creciente descontento social que podría pasarle factura en las urnas. La reacción de los mercados, en este sentido, podría ser un anticipo del “voto castigo” que le espera al oficialismo en las urnas.
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