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Gualeguaychu » Reporte2820
Fecha: 02/09/2025 22:01
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos analizó la relación entre la inversión realizada, el valor bruto de la producción y la rentabilidad en los cultivos soja, maíz, trigo, sorgo y arroz, sembrados en el ciclo 2024/25. Al considerar los costos del proceso productivo, es decir, sin tener en cuenta el pago del arrendamiento ni el costo de comercialización, los productores entrerrianos invirtieron cerca de 1.202 millones de dólares. Esto supone un aumento interanual del 0,5%. Evolución de los precios Los precios tuvieron distintos comportamientos que determinaron el resultado económico de la campaña, más allá de los rendimientos observados en los cultivos. Además, las alícuotas de derechos de exportación sufrieron cambios durante la campaña, afectando las cotizaciones locales. La soja tuvo una tendencia bajista a lo largo de la campaña, ya que comenzó la siembra por encima de los 300 dólares por tonelada, pero la cotización pasó a promediar 275 u$s/t durante abril y mayo. A finales de enero, la alícuota de retenciones de la oleaginosa pasó temporalmente de 33% a 26% hasta junio, medida que se anunció como permanente a finales de julio. En trigo también se observó una caída de la cotización a lo largo de su período productivo, donde el precio a mediados de diciembre era un 27% menor al de principios de junio. En enero, su alícuota de retenciones pasó del 12% a 9,5%, transformada como permanente en julio. En el caso del sorgo, su cotización tuvo niveles similares tanto al inicio de la campaña como a fecha de cosecha, sin embargo, se observaron cotizaciones hasta 12% mayores al promedio de la campaña durante los meses de marzo y abril. El maíz mantuvo un precio pizarra en dólares relativamente estable, promediando los 183 u$s/t, con períodos por encima de los 200 u$s/t en febrero y abril. En sorgo y maíz las alícuotas de retenciones disminuyeron del 12% al 9,5%, en un primer momento como medida temporal que se extendió hasta junio, y luego a finales de julio como medida permanente. El arroz combinó un récord provincial de rendimiento con una tendencia bajista en las cotizaciones, tanto en el tipo comercial largo fino (el cual predomina en Entre Ríos) y el tipo comercial largo ancho. El primer tipo enfrentó una caída del 40% en la cotización respecto de la vigente en la fecha de siembra. En el caso del tipo largo ancho, el descenso fue del 29%. Rentabilidad obtenida Al considerar una producción bajo campo arrendado y la inclusión de costos promedio de comercialización, los buenos rendimientos presentados por el maíz y su estabilidad en el precio consolidan al cultivo como el más competitivo en el ciclo, con una rentabilidad promedio del 16%. Además, la soja de segunda mostró un beneficio del 7%, a partir de un rendimiento un 34% por encima del promedio del último lustro (sin considerar la campaña 22/23 por la sequía). Asimismo, la soja de primera estuvo más limitada, con una rentabilidad casi nula. Como contracara, los cultivos arroz, sorgo y trigo mostraron pérdidas en el promedio provincial, superando el 10% en todos los casos. La caída de los precios de trigo y arroz elevaron fuertemente el rendimiento de indiferencia, mientras que en el sorgo los altos costos presentaron un escenario desafiante para la rentabilidad. Producción La producción de los cultivos considerados totaliza 8.232.865 toneladas. Valuadas a precios pizarra (Rosario) y dólar oficial venta del 30/7, el valor bruto de producción es de aproximadamente 1.862 millones de dólares. La caída interanual del 6% en la producción resultó también en una cercana al 11% en el valor total de la producción. El aumento en la producción de soja del 36% respecto a la campaña 2023/24 que impulsó el valor bruto de la producción, fue compensado con la reducción interanual del trigo y maíz, que mostraron -14% y -39% respectivamente. Al considerar la inversión en insumos y consumos intermedios necesarios para alcanzar la producción total, y excluyendo el pago de arrendamientos y los costos de comercialización, el valor agregado del ciclo productivo de los cultivos analizados se estima en aproximadamente 659 millones de dólares corrientes. Esto equivale a que cerca del 35% del valor bruto de la producción permanezca como valor agregado tras descontar los insumos, con una incidencia predominante de la soja y el maíz. Dicho monto constituye la base para afrontar arrendamientos, impuestos, costos logísticos, intereses financieros, salarios y, finalmente, los beneficios del productor. En el caso del sorgo, el valor agregado resulta negativo principalmente porque el 26% de la superficie sembrada no fue cosechada por estar compuesta principalmente por lotes de sorgo forrajero, silero o de doble propósito, por lo que no se incluye dentro del valor bruto de producción agrícola de granos. Esto no implica que los costos del proceso superen al valor generado, sino que una parte significativa de la superficie tuvo un destino productivo diferente. En contraste, el arroz muestra un valor agregado mucho más ajustado, producto de la combinación entre los elevados costos del proceso productivo y la caída en los precios, lo que reduce sensiblemente el valor bruto obtenido. Si se vincula este resultado con la población provincial, estimada en 1.425.578 habitantes, según el último censo, el aporte de los cultivos extensivos al valor agregado económico de Entre Ríos equivale a 463 dólares por habitante. Esto representa alrededor del 6% del producto por habitante de la provincia, publicado por la Dirección General de Estadística y Censos de Entre Ríos en 2023. Este indicador, que no contempla además la generación de valor posterior a la producción de los cultivos (como molienda, transformación en proteína animal, entre otros destinos en las cadenas de valor) permite dimensionar la magnitud del aporte del agro entrerriano a la economía local.
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