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  • Joyas, pinturas y toneladas de oro: cuáles son los tesoros más valiosos que robaron los nazis

    Parana » NSA

    Fecha: 02/09/2025 19:49

    Joyas, pinturas y toneladas de oro: cuáles son los tesoros más valiosos que robaron los nazis Los estremecedores descubrimientos sobre el nazismo, en Europa y en lugares más lejanos como América del Sur, otorgan un acercamiento a uno de los acontecimientos más catastróficos y criminales del siglo XX. Cerca de 60 millones de personas perdieron la vida durante los seis años que duró la Segunda Guerra Mundial. Luego de que la Alemania liderada por Adolf Hitler capitulara en 1945, las atrocidades de su inhumano accionar quedaron en la historia, en la memoria de los sobrevivientes, y en objetos. Esos recuerdos materiales se esparcieron físicamente alrededor el globo, en el intento de los saqueadores por preservar los tesoros robados. Es que la maquinaria bélica nazi se alimentó del despojo de las tierras que arrasaban, y entre otros, a los habitantes que pertenecían a la comunidad judía. Las oscuras profundidades del hoyo a lo desconocido entregan los pensamientos a especulaciones. Y hay muchas sobre este tema. Sobre los elementos usurpados, se sabe que algunos de los más valiosos fueron los lingotes de oro e importantes obras de arte. Estas últimas serían en el futuro el centro de intrincadas disputas legales por la forma en que fueron adquiridas. Lingotes de oro, arte y obras religiosas, entre lo más valioso. Foto: AP/U.S. National Archives Las pinturas y sus valores millonarios Incontables investigaciones se realizaron -y se realizan- por patrimonio artístico encontrado, y su posible adquisición ilegal en aquella época. Las denuncias se basan en el saqueo durante la guerra, la confiscación nazi, y las ventas forzadas realizadas a través de la persecución racial. Hubo miles de bienes robados y posteriormente vendidos en las subastas de Hamburgo, así como cajas de judíos exiliados -cuando aun se podía escapar- que jamás llegaron a destino. Una sola pintura podía valer una gran fortuna. Es el caso del cuadro «Rue Saint-Honoré en la tarde. Efecto de la lluvia». Hecho por Camille Pissarro, tiene un valor estimado en millones de dólares. Hoy está expuesta en el museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid. La obra del año 1897 se encuentra actualmente en Madrid. Foto: AP/Mariana Eliano Otros casos también llegan a cuantiosas sumas. En noviembre del 2013 se difundió el descubrimiento de más de 1.000 obras de arte de grandes maestros, entre ellos Picasso, Matisse y Chagall. Fue en una residencia de Munich, Baviera, durante un allanamiento en la casa de Cornelius Gurlitt, hijo de un comerciante de arte que trabajó para el régimen dictatorial. Se calcula que el valor de este botín encontrado es de 1.340 millones de dólares. La pintura más antigua del lote era del siglo XVI, siendo la mayor parte de ellas modernistas, aunque también habían piezas del siglo XIX. Otros hallazgos son riquezas prácticamente incalculables, y la lista es larguísima. Ocurre que los nazis robaron unas 600.000 obras de arte aproximadamente, buena parte de ellas a familias judías. Los inimaginables escondites del oro nazi “Los espera una larga caza: hay dinero como para comprar media docena de países”, advirtió Simón Wiesenthal, quien sobrevivió a varios campos de exterminio. Esta fortuna se alimentó del vaciamiento de los bancos de los territorios ocupados, y de las quita de pertenencias a las víctimas del holocausto, de quienes extraían las piezas dentales de oro antes de asesinarlos en las cámaras de gas. Gracias al relato de dos francesas, se llegó a un impresionante hallazgo. Foto: US National Archives Se estima que para el final de la guerra los fondos del Reichsbank ascendían a 800 millones de dólares. Sin embargo, este número no incluye lo depositado en Suiza y la fuga del dinero por rutas, barcos y submarinos. A medida que los aliados se acercaban cada vez más a Berlín, estos descubrieron uno de los inimaginables escondites elegidos por los funcionarios del banco central para ocultar los bienes. Luego de escuchar el relato de dos mujeres de la localidad de Merkers-Kieselbach, en Turingia, militares estadounidenses fueron a inspeccionar la mina de sal de Merkers. Allí encontraron mil sacos con billetes, 250 toneladas de oro y 400 toneladas de obras de arte. Una de las piezas recuperadas fue “En el jardín de invierno” de Édouard Manet. Riquezas trasladadas desde Berlín a una mina de sal en Merkers, Alemania. Foto: Archivo Tiempo después, aparecieron aficionados y cazadores de tesoros buscando alguna sorpresa con sus equipos por los Alpes bávaros. Debajo de Nuremberg: las joyas imperiales En Nuremberg, al sur de Alemania, los nazis crearon un búnker ayudándose de un sistema de túneles y sótanos que ya existía en la ciudad. De hecho, algunas de sus secciones habían sido construidas 700 años atrás para depositar cerveza. Sus cuatro niveles y veinte metros de profundidad permitían la maduración y conservación de esta bebida. Pero allí ocultaron un tesoro imperial único: las joyas imperiales del Sacro Imperio Romano Germánico, conocidas como Reichskleinodien. Estas habían sido sacadas de Austria en 1938, e incluían una corona enjoyada, el cetro y el orbe del antiguo emperador. Hoy día se encuentran nuevamente en Viena. Otro objeto destacado guardado bajo tierra fue un altar mariano, creado por el famoso artesano alemán Veit Stoss. Aunque esta vez robado de la catedral de Cracovia, Polonia. El tesoro de Guelph El Tesoro de Guelph -conocido en alemán como Welfenschatz- es una colección de 42 obras de arte religioso, e incluye altares, crucifijos y otras reliquias cristianas. Estas datan de entre los siglos XI y XV, y pertenecieron a una de las casas nobiliarias más antiguas de Europa. Esta histórica colección se encuentra en el Museo de Artes Decorativas de Berlín. Foto: AP Su valor es impresionante: son unos 250 millones de dólares por toda la colección, que también es protagonista de uno de los tantos intrincados litigios judiciales. La lista del patrimonio cultural robado durante la Segunda Guerra Mundial sigue. Es que las victorias militares comandadas por Adolf Hitler satisfacían las necesidades económicas. Y lo hacían a través del saqueo y el despojo, que, en palabras de T.W. Mason, permitían a la guerra continuar. Lo material y los números sobre las riquezas hechas botín no dejan de ser una manera más de recordar el inmensurable daño humano que dejó el nazismo. Porque al fin y al cabo, los números reflejan algo que está más allá de lo matemático.

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