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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/09/2025 18:40
Algunos de los hombres dijeron ser jornaleros al ser detenidos Hace un año y cuatro días 11 mochileros fueron detenidos en un operativo conjunto llevado a cabo por el Escuadrón 52 de Gendarmería, la Unidad de Reconocimiento “Mosconi”y la Sección de Investigación “Aguaray”. El procedimiento se realizó en el área conocida como “La Porcelana” de la provincia de Salta y las mochilas estaban repletas de cocaína. Ahora, la justicia federal condenó a cuatro de esos sospechosos. Los sentenciaron por transportar 195 kilos de cocaína a través de una zona de selva cercana a la ciudad de Embarcación y en las inmediaciones de la frontera con Bolivia. Según el portal Fiscales, el fallo del Tribunal Oral Federal N°2 de Salta se dictó el 11 de agosto pasado y estableció penas de 10 años de prisión para Ramón Bernabé Saban y de 8 años para Eduardo Aníbal Saban, Miguel Matorras y Juan Franco González, tras considerar probada su responsabilidad en el traslado masivo de estupefacientes y el uso no autorizado de armas de fuego. La investigación sobre la estructura comenzó a raíz de la detección de una caravana de mochileros por parte de tres agentes de Gendarmería que recorrían el paraje La Porcelana, a 63 kilómetros al norte de Embarcación y conectada por la ruta provincial 140. Las mochilas camufladas donde viajaba la droga El hallazgo se produjo el 28 de agosto de 2024, cuando los gendarmes observaron a un hombre vestido con ropa mimetizada y portando una escopeta, quien encabezaba una larga fila de personas cargando mochilas. Esta columna se internó rápidamente nuevamente en la selva, según la reconstrucción presentada en la audiencia de formalización de la causa. Alertadas las autoridades, el despliegue policial sumó personal de tres unidades dependientes del Escuadrón 52 Tartagal. Tras coordinar un plan a instancias de la fiscalía —liderada por Marcos Romero en la etapa de instrucción y Lucía Orsetti durante la litigación— los agentes siguieron el rastro dejado por los mochileros cerca de nueve kilómetros por los senderos selváticos. La operación concluyó durante la noche, cuando interceptaron a la caravana en pleno monte, a corta distancia de otro claro donde planeaban entregar el cargamento. Durante la irrupción policial en la oscuridad del bosque, los mochileros reaccionaron huyendo entre matorrales y ramas caídas. Ramón Saban fue detenido mientras portaba una escopeta calibre 38. Poco después, Miguel Matorras quedó bajo custodia y, junto a ellos, las fuerzas federales secuestraron dos mochilas con 33 kilos de cocaína. La cocaína hallada en el paraje La Porcelana La fiscalía dispuso un operativo de rastrillaje al amanecer, lo que derivó en la captura de Eduardo Saban y Franco González, hallados cuerpo a tierra entre la maleza: ambos intentaron permanecer ocultos hasta que el peligro pasara. A la luz del día, los agentes sumaron el hallazgo de doce mochilas más, repletas de paquetes rectangulares forrados en cinta amarilla. El conteo final dio 195 ladrillos de cocaína, así como dos armas de fuego adicionales. La fiscalía señaló que la modalidad empleada incluía mochilas camufladas, linternas iguales y un sendero meticulosamente planeado para dificultar la labor policial y facilitar el tránsito de los portadores desde la frontera con Bolivia. Los responsables colocaban la comida en las copas de los árboles y utilizaban ropa que los ayudaba a confundirse con la vegetación. La caravana estaba dirigida por Ramón Saban. El cargamento y los detenidos El tribunal evaluó que todos los acusados ejercían un dominio efectivo sobre la droga y descartó los planteos de la defensa respecto a que los implicados se encontraban de caza. Los jueces respaldaron la valoración de la fiscalía, según la cual los 20 mochileros actuaban coordinadamente y empleaban mecanismos de alerta para facilitar la fuga ante la llegada de fuerzas de seguridad. “Todos son responsables del transporte porque todos lo sabían; hay un concierto de voluntades reflejado por todos los elementos usados, como las mismas linternas, el trayecto realizado y los comportamientos que tuvieron”, sostuvo la fiscal Orsetti en su alegato. La sentencia aplicó la calificación legal de transporte de estupefacientes agravado por la cantidad de intervinientes y, en el caso de Ramón Saban, se consideró además la reincidencia y la tenencia de arma de uso civil no autorizada en dos episodios. Para Eduardo Saban, Matorras y González la condena de 8 años incorporó un solo episodio de tenencia indebida de arma de fuego. El tribunal subrayó que la modalidad elegida para el tráfico derivaba en un “riesgo extraordinario añadido por la presencia de campamentos y armas de fuego en pleno monte”, como indica el mismo fallo citado por el medio. Durante el juicio, la fiscalía valoró el trabajo de recolección de evidencias y la contundencia de los hallazgos físicos. Los magistrados consideraron acreditada la participación y rechazaron que la presencia de los acusados pudiera deberse a circunstancias ajenas al traslado de la droga. El número de personas, la logística, la disposición de insumos, la cantidad y el destino constituyeron, de acuerdo con el tribunal, un esquema coordinado y planificado. Al medir la pena, la fiscal Orsetti solicitó 14 años y medio de prisión para Ramón Saban y 13 años y medio para los otros tres condenados, fundamentando su pedido en la importancia del decomiso y el volumen del cargamento interceptado. La defensa pidió penas mínimas en virtud del presunto papel secundario de los imputados, aunque el tribunal hizo lugar a la tesis acusatoria principal.
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