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  • España, el país con más parados de Europa, empieza a tener provincias sin paro

    » Diario Cordoba

    Fecha: 28/08/2025 05:23

    España, el país con más parados de toda la Unión Europea, empieza a ver cómo en algunos de sus territorios el paro está desapareciendo. El ciclo expansivo que arrancó con la recuperación económica de la crisis del coronavirus y que no se ha visto truncado ni con la guerra de Ucrania ni con la posterior crisis de precios está provocando que el pleno empleo, que hasta hace poco parecía una utopía, hoy empieza a ser una realidad en determinadas latitudes. De los cuatro millones de parados que se llegaron a registrar durante la primera ola de la pandemia se ha bajado a una linde inferior a los dos millones y medio y territorios de la 'España vaciada' así como otros de tradición industrial ostentan a día de hoy tasas de desempleo por debajo de la media europea. Acercarse al ‘pleno empleo técnico’ es una buena noticia, sobre todo en términos sociales. No obstante, las crecientes quejas por parte de las empresas de la falta de personal cohabitan con bolsas todavía elevadas de paro, no en vano España sigue ostentando la tasa de desempleo más elevada de toda la UE. Una disfunción que amenaza con cronificar situaciones de pobreza entre colectivos como jóvenes o adultos mayores, mientras lastra el crecimiento del conjunto de la economía, según coinciden en señalar las distintas fuentes consultadas para este reportaje. La 'Alemania' de Ponent Hay una provincia española que arrancó el año con una tasa de desempleo igual que la de Alemania, es decir, algo por encima del 3% (luego en el segundo trimestre subió al 5%). No es Navarra, propulsada por los motores germanos de la Volkswagen que se ensamblan en la planta de Landaben. Tampoco la industrial Bizkaia, orgullosa de su histórico tejido siderúrgico y naviero. O Baleares, donde durante la época estival la industria turística bulle cada año con mayor afluencia y parece que llegara el día en el que en las islas no quepa ni un alfiler. Es Lleida. Lleida ha alcanzado o está cerca de lo que los expertos denominan ‘pleno empleo técnico’, es decir, aquella situación en la que todas las personas que están disponibles y dispuestas a trabajar tienen ya empleo y que aquellas que figuran en las estadísticas de desempleo únicamente están allí de paso, en transición entre un trabajo que acaban de dejar y otro que están a punto de asumir. No existe una definición única de ‘pleno empleo técnico’, es decir, no hay un porcentaje fijo y universal a partir del cual se pueda decir que no hay desocupación en un territorio. Cada economía, según sus características, tiene la suya propia. Mientras que en la República Checa ese pleno empleo se encuentra en torno al 2% o en Polonia alrededor del 3%, “tal como es la estructura económica española, nuestro paro mínimo estaría entorno al 7 y 8%”, explica Juan Crespo, profesor de la EAE Business School. En España, según los últimos datos del INE, hay siete provincias con un paro inferior al 7% y 19 por debajo del 8%. Desde la década de los 70 del siglo pasado que España, de media, no está por debajo del 8% de paro. ¿Dónde no hay parados (o hay pocos) en España? Mientras Lleida ostenta un desempleo propio de la fabril Baviera, en el conjunto de España la tasa de paro cerró el segundo trimestre en el 10,3%, muy por encima de la media de la UE (5,9%). "Las proyecciones para el mercado laboral son especialmente positivas, con la tasa de paro aproximándose al 10% en el horizonte de previsión. Esta cifra, que parecía inalcanzable hace apenas unos años, supondría un mínimo histórico para la economía española en la última década y media, desde el inicio de la Gran Recesión, y un acercamiento a la normalización respecto a los estándares europeos", recoge el último informe de Esade sobre el mercado laboral. Si se empieza a desgajar esa desocupación española por provincias, hay más ‘Lleidas’, donde el desempleo está por debajo o a un nivel muy similar al de la media europea. Es el caso de territorios como Lugo, Soria o Palencia, así como Álava, Cantabria o A Coruña. Dos grupos muy identificables y que se caracterizan por dos factores. El primero, por pertenecer a aquello que se ha bautizado como la ‘España vaciada’, despoblada, falta de servicios esenciales y donde "quien se queda a vivir es porque tiene algo con lo que ganarse la vida", resume el secretario general de Pimec, Josep Ginesta. "El tipo de trabajo disponible en estas zonas requiere de una baja especialización y la gente que se suma allí al mercado laboral puede encontrar empleo en seguida", afirma la catedrática de la UB Montserrat Guillén. El otro grupo, al que se podrían añadir territorios como Gipuzkoa o Girona, tiene en común un pasado industrial que ha aportado los recursos suficientes para forjar un presente de “servicios de alto valor añadido”, explica el profesor de EAE. “Ahí el paro, pese a ser bajo, es algo superior, por la dificultad para encontrar personal altamente cualificado”, añade la catedrática de la UB. No obstante, las provincias donde la tasa de paro es inferior a la media europea siguen siendo las menos. Aquellas con mayores niveles de desocupación se concentran especialmente en los territorios al sur de la M-30, pese a que la situación ha mejorado sustancialmente en la última década, especialmente en el actual ciclo expansivo post covid, y la fotografía es muy diferente a la que había durante la Gran Recesión, cuando territorios como Jaén o Cádiz superaban o fregaban el 40% de desempleo. En zonas como Cáceres, Córdoba o Ciudad Real (todas entre el 16-17% de paro) todavía están muy lejos de esa promesa del ‘pleno empleo’ que viven ya otras latitudes. “Las inercias territoriales es muy difícil romperlas, a menos que tengas una economía planificada como la China. En Italia, por ejemplo, la brecha entre norte y sur es muy superior a la española”, afirma Crespo. ¿Por qué en España ese ‘pleno empleo’ es más alto que en otros países? “El pleno empleo en España es compatible con una tasa de paro técnico muy alta si no somos capaces de resolver algunos de los nudos gordianos que tiene la economía española, como los cuidados y la vivienda. La gente no se va a mover 500 o 1.000 kilómetros para ir a trabajar a un sitio, tener que dedicar la mitad del sueldo o más al alquiler y perder la red de cuidados que ya tiene. Si esos dos problemas no se resuelven, llegaremos a una situación en que las empresas, en efecto, no encuentren gente para trabajar”, resumía en una reciente entrevista en El Periódico el secretario general de CCOO, Unai Sordo. Los salarios también son otro elemento troncal. “Si los sueldos, especialmente los más bajos, no suben es muy difícil que siga reduciéndose el paro”, afirma la catedrática de la UB. “En la propia universidad nos está pasando, nos cuesta contratar a determinados profesores, porque vivir en Barcelona es caro y muchos no quieren desplazarse desde fuera por determinadas remuneraciones”, explica la catedrática. Lo que hasta ahora se visibilizaba en profesiones y territorios concretos, como los camareros que se iban a hacer el verano a Baleares y dormían en autocaravanas o tiendas de campaña para poder ahorrar, llega ahora a otros perfiles y zonas. “El precio de la vivienda está creando trabajadores pobres, no porque las empresas paguemos bajos salarios, sino porque los alquileres y las hipotecas están disparados”, puntualiza el secretario general de la patronal Pimec. Otros factores que enumera el investigador de EAE Business School son una mayor preponderacia de las microempresas –menos vigorosas en cuanto a contrataciones- y un elevado peso de ciertos sectores –como el turístico-, intermitentes y que no tienen actividad durante parte del año. ¿Qué consecuencias tiene el 'pleno empleo'? Todas las fuentes consultadas para este reportaje coinciden en que la existencia de paro técnico es positiva en términos sociales, ya que quien quiere trabajar, lo hace, pero también puede lastrar el crecimiento económico a futuro, ya que empresas que pudieren expandirse no lo harán porque no encuentran manos suficientes para hacerlo. Un problema propio de economías altamente avanzadas con el que hasta ahora España no ha tenido que lidiar. El objetivo de las administraciones, no obstante, sigue siendo reducir las tasas de desempleo y que el paro técnico en España se acerque al de países como Alemania. ¿Cómo hacerlo? Por un lado, formando a aquellos que hoy no son aptos para trabajar en los empleos disponibles. Y, por otro lado, sacando de las estadísticas a aquellas personas que, realmente, no quieren o no pueden trabajar. Ahí los sindicatos apuestan por activar a parados mediante mejores servicios públicos que permitan la movilidad laboral. Mientras que las patronales son partidarias de aumentar las obligaciones o incentivos para encontrar empleo a aquellas personas que están cobrando una prestación pública. Suscríbete para seguir leyendo

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