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» Diario Cordoba
Fecha: 28/08/2025 05:20
Es otro prototipo humano que mis observaciones aportan a la Antropología social. Abunda mucho en la política, pero también florece en la cultura, en las artes y en la enseñanza. Se caracteriza por caminar con suin, como si de un momento a otro fuese a bailar una bachata. Lo primero que resalta en sus facciones es su flequillito de niño bueno. Esto del flequillito aparece en todos los especímenes; y con hoyitos en el mentón y hoyitos en los mofletes. Es un homínido muy muy peligroso, porque todo en él son apariencias sobre su verdad de tonto integral; la Psicología de sobra sabe que el tonto tiene muy mala… (eso que dan las hembras de los mamíferos). Aparenta certezas, aparenta bravuconadas, aparenta convicciones, cuando la realidad de su anatomía es un cráneo en oquedades, vaciedades y obviedades, bajo el aspecto de muy sesudo. Habla y habla, pero no dice nada, porque su lenguaje es la mentira bajo la apariencia de estar muy seguro. Aparenta mucha actividad, pero no hace nada. Aparenta que escucha muy atento, pero no se entera de nada. Por eso, asiente a todo y aplaude con las orejas. Se obnubila con los ricos, los poderosos, los trepas y los canallas, porque quiere imitarlos aparentando que los supera. Su aspecto físico, tan bien montado como una marioneta, es una mezcla de hortera, energúmeno, modelo, chulo, jugador y macarra. Por eso, siempre lleva un enorme espejo como compañía, siempre. También existe su versión femenina, más peligrosa porque se embadurna de feminismo. Concluyendo: Es verdad que siempre ha habido chuflas en el mundo; lo malo, lo terrible es que cada vez van prosperando más y alcanzando más alturas de poder. Por eso, el mundo está bordeando otro nuevo abismo. *Escritor
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