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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/08/2025 04:58
El Cabernet Sauvignon es la variedad de uva tinta más plantada en el mundo y mantiene su liderazgo en prestigio y consumo global (Imagen Ilustrativa Infobae) El Día Internacional del Cabernet se celebra el jueves anterior al Día del Trabajo en Estados Unidos, y este año cae el 28 de agosto. Es un día especial dedicado a uno de los vinos más populares del mundo; el Cabernet Sauvignon. Uva tradicional de Burdeos que se cultiva en todo el mundo, que nació del cruce entre Cabernet Franc y la uva blanca Sauvignon Blanc; de ahí su nombre compuesto. Desde hace años, es la variedad de uva tinta más plantada del mundo, y se cultiva en todas las principales regiones vinícolas del mundo. Se dice que el Cabernet Sauvignon es el rey de los cepajes tintos y el protagonista de los vinos más prestigiosos; aunque no del más caro (un Pinot Noir de la Borgoña, Francia). Y esta fama, bien ganada, la ostenta hace varias décadas. Actualmente, es la uva tinta de vinificar más plantada del mundo con unas 350.000 hectáreas aproximadamente. Proviene del cruzamiento natural (en el siglo XVII) de otras dos famosas uvas, la Cabernet Franc (tinta) y la Sauvignon Blanc (Blanca). Originario de la región de Burdeos en Francia, desde donde desarrolló su gran prestigio hace más de un siglo y medio con la creación de los Grand Cru Classé; una clasificación ideada por Napoleón III en 1855, con motivo de la Feria Internacional de Paris. Hoy, cerca del ochenta por ciento de esa región vitivinícola; una de las más importantes de Francia y del mundo; está plantada con Cabernet Sauvignon. Argentina ha diversificado su producción de vinos tintos, apostando cada vez más por la calidad del Cabernet Sauvignon (Imagen Ilustrativa Infobae) Es una variedad vigorosa, de brotación medio-tardía. Las bayas son oscuras, pequeñas y esféricas, con un hollejo grueso que permite vinos con mayor concentración. Por sus cualidades prefiere los climas templados y secos, pero evidentemente se adapta muy bien a las características de diversos terroir alrededor del mundo como Italia, Estados Unidos, Australia, Chile, Argentina, etc. Algunos la tildan de “uva colonizadora”, porque en muchas zonas vitícolas optan por plantarla en reemplazo de variedades locales. Sin embargo, esto confirma su capacidad de adaptación y la calidad de los vinos que puede dar. También en consumo el Cabernet Sauvignon es uno de los más importantes, representando más del 17% del vino comercializado en todo el mundo, y con una tendencia creciente en los últimos años. Para los enófilos locales, esta es una ocasión especial para entender qué está pasando con esta cepa, que supo ser la gran protagonista del vino argentino antes de la irrupción en escena del Malbec. Por eso, si el Cabernet Sauvignon es el rey de los Tintos en el mundo, acá debería compartir su reinado. Es más, durante la última década quedó algo relegado su desarrollo a manos, precisamente, del Malbec. Pero luego también del Cabernet Franc y de otras variedades que, poco a poco, se van destacando en diversas regiones de la Argentina como es el caso del Pinot Noir. El Cabernet Sauvignon en la Argentina El Día Internacional del Cabernet Sauvignon destaca la relevancia de esta cepa en las principales regiones vitivinícolas (Imagen Ilustrativa Infobae) El Cabernet Sauvignon era el gran vino nacional (varietal o base de los blends) hasta fines del siglo XX. Y eso le ha generado la fama de clásico, algo muy importante para la consagración de cualquier tipo de vino, pero muy difícil de usar a favor de conquistar nuevos paladares. Porque más allá del nivel de calidad y estilo buscados, suele dar tintos con cuerpo y estructura, de texturas firmes y sabores no tan expresivos. No obstante, esa “seriedad” percibida en el paladar es lo que le garantiza una mayor longevidad. Y esto en un vino termina siendo clave para consagrarse, porque el paso del tiempo no mejora un vino, sino que lo muestra de manera diferente. Y es en esa capacidad de trascender los años que el Cabernet Sauvignon marca la diferencia. El Cabernet Sauvignon llegó a la Argentina en 1853 de la mano del agrónomo francés Michel Aimé Pouget, contratado por Domingo F. Sarmiento para la creación de la Quinta Normal, puntapié inicial que forjó una gran industria. Hoy, Francia lidera el podio en superficie plantada con 55.000 hectáreas, la siguen Chile (42.500), Australia (34.000) y Estados Unidos (33.000). En la Argentina hay casi 14.000 hectáreas, lo que significa una disminución del 20% aproximadamente en los últimos diez años. Acá representa el 6,6% del viñedo nacional, con Mendoza acaparando más del 75%, pero con presencia en casi todas las provincias vitivinícolas: San Juan, La Rioja, Salta, Catamarca, Neuquén, Río Negro, La Pampa, Córdoba, Tucumán, San Luis, Buenos Aires, Jujuy, Entre Ríos, Santiago del Estero y Chubut. Trece etiquetas de Cabernet Sauvignon argentino ilustran la diversidad y evolución de estilos en el país (Imagen Ilustrativa Infobae) La gran oportunidad que está marcando el nuevo rumbo del cepaje a nivel nacional tiene que ver con el volumen de consumo que representa a nivel global, y del cual Argentina casi no participa, ya que en su mayoría exporta Malbec. Pero esto, lejos de ser una debilidad, aparece como una nueva fortaleza, según cuentan los enólogos y agrónomos, porque el Cabernet Sauvignon argentino es diferente. Si el mundo admira a esta uva gracias a los grandes vinos de Burdeos con todo su prestigio a cuestas, pero también gracias a los grandes “Cabs” de Napa Valley (Estados Unidos), de Barossa Valley (Australia) y hasta del Alto Maipo (Chile), por qué no va a admirar a los exponentes nacionales, es la pregunta que se hacen los winemakers. Ellos saben que por cómo se dan los vinos acá pueden competir de igual a igual con las mejores etiquetas del mundo. Esto se da ahora después de todo el know how adquirido gracias al Malbec, permitiendo encontrar los mejores terruños para desarrollar la variedad y cómo conducirla de una mejor manera a lo largo del año para lograr una óptima madurez polifenólica, pero también con buena frescura natural. Esto permitió en los últimos años lograr Cabernet Sauvignon mucho más apoyados en el carácter frutal que en las especias y piracinas; un componente natural que esta uva desarrolla durante la sobre madurez, y responsable de esas notas tan puntuales a pimienta (negra, blanca, verde, Cayena, Jamaica), pimentón, páprika y diversos ajíes. Los trabajos en el viñedo, tanto en materia de riego como de manejo de canopia (parte verde de la planta), han permitido lograr vinos diferentes a los de antes. Con más cuerpo y volumen, de taninos firmes, pero a la vez finos, y un trago más amable sin perder potencial de guarda. Otro de los factores que se ha mejorado mucho es la crianza, porque el roble es su gran aliado y envejece de una manera espléndida. El paso del tiempo integra y suaviza sus taninos, también ensambla y acomoda sus aromas para que los propios de la variedad se combinen con los del terruño y se generen distintas capas. Dicen los que lo hacen La adaptación del Cabernet Sauvignon a distintos terroirs ha permitido vinos con carácter, frescura y capacidad de guarda (Imagen Ilustrativa Infobae) A grandes rasgos, en nuestro país hay dos grandes estilos de Cabernet Sauvignon. Los apoyados en la fruta (frutas negras), y los de carácter vegetal (pimientos verdes y rojos), que reflejan un costado más de piracinas. Siempre hay notas de ambos, bien rodeados de especias, pero según el terruño y el momento de cosecha, un carácter predomina más que el otro. Se podría decir que los del NOA son más vegetales y que los de Mendoza más de frutas negras, pero está lleno de excepciones. Por su parte, si están bien logrados sus taninos, siempre se hacen sentir, con más equilibrio de acuerdo a la calidad del vino. Pero su atributo saliente es su austeridad, esa capacidad de ser un vino serio, que dice poco. Pero esas pocas cosas suelen ser profundas e interesantes, perduran y se potencian con el paso del tiempo. Se espera una nueva generación de Cabernet Sauvignon argentinos, una cepa que, a igualdad de condiciones, puede mostrarle el camino al Malbec, porque su cualidad enológica es superior. Pero el Malbec nacional es especial y el mundo ya lo sabe, por eso siempre tendrá que ser el vino de bandera, el que más se identifique con el país y el mejor logrado por estas tierras. En todo caso, estos nuevos exponentes de Cabernet Sauvignon, pueden sumarse a la propuesta nacional consolidando la diversidad. Para entender lo que proponen los nuevos Cabernet Sauvignon de Argentina, lo mejor es escuchar a los hacedores. “En todos nuestros Cabernet Sauvignon siempre buscamos destacar las cualidades del varietal, ya que es el rey de las tintas. Buscamos también destacar la expresión y la tipicidad que tiene esta cepa: esos aromas a pimiento y pimienta negra, muy característicos del Cabernet. Nosotros trabajamos desde el viñedo para desarrollar esa expresión al máximo”, afirma Matías Ciciani Soler, enólogo de Bodega Escorihuela Gascón. El Cabernet Sauvignon representa más del 17% del vino comercializado a nivel global, con una tendencia creciente (Imagen Ilustrativa Infobae) Por su parte Susana Balbo (Susana Balbo), una de las pocas autoras de Cabernet Sauvignon, sostiene que “es la variedad más desafiante del planeta. En su madurez perfecta nunca podrías predecir de que país procede. Es majestuosa, tiene unos taninos que hay que saberlos trabajar muy bien para que el vino sea seductor y equilibrado, y es una variedad que exige precisión en la forma de elaboración y no permite errores, por eso creo que me gusta tanto: porque me gustan los desafíos”. Alejandro Pepa, Enólogo Jefe de El Esteco, se fue de Mendoza a Salta hace ya más de 20 años y cuenta que “el Valle Calchaquí es un lugar casi ideal para lograr viñedos sin problemas sanitarios y donde variedades como el Cabernet Sauvignon se cosechan recién a fines de marzo o principios de abril. En los modernos vinos del valle se concentran los aromas, colores y sabores de las uvas, que, elaboradas con técnicas modernas, dan vinos más bebibles, frescos y frutados que otrora, acordes a la tendencia a lo que hoy pide el consumidor de estos tiempos”. “Nada sacudió tanto el statu quo del Cabernet Sauvignon como el célebre Juicio de París, el 24 de mayo de 1976. En una cata a ciegas organizada por el británico Steven Spurrier, un panel de los más reputados jueces franceses eligió, sin saberlo, a un Cabernet Sauvignon de California, como mejor tinto frente a los grandes íconos de Burdeos. El resultado fue un escándalo, pero también una revelación: la calidad no tenía pasaporte y el mundo ya no era unidireccional. El Cabernet, hasta entonces sinónimo de aristocracia francesa, pasaba a ser el estandarte de una nueva generación de productores de otros rincones del mundo que buscaban excelencia”, relata Alberto Arizu (h) (Luigi Bosca). Los avances en manejo de viñedos y crianza han renovado el perfil del Cabernet Sauvignon argentino (Imagen ilustrativa Infobae) Y agrega, “ese mismo espíritu cruzó también el hemisferio sur. En Argentina, tierra de inmigrantes, desierto y cordillera, el Cabernet llegó de la mano de pioneros que soñaban con domesticar una tierra salvaje y transformarla en cultura. Uno de ellos fue mi bisabuelo, Leoncio Arizu, quien a comienzos del siglo XX plantó las primeras parcelas de Cabernet Sauvignon en Mendoza. Lo hizo convencido de que esa uva difícil, de ciclo largo y carácter firme, podía prosperar en estas tierras de altura. No fue una decisión dictada por la demanda, sino por la intuición, por la observación paciente y el deseo de aprender de la naturaleza”. Por su parte, Paul Hobbs (Viña Cobos) confiesa: “Me da un poco de vergüenza que hayan bautizado con mi nombre al viñedo que rodea a la bodega (Hobbs Estate), pero a la vez es un honor. Francamente estoy muy entusiasmado porque soy un enamorado de Agrelo, ahí es donde empezamos. Si bien nos llama mucho la atención lo novedoso del Valle de Uco, siempre en nuestros vinos hay algo de Luján de Cuyo. Que es una gran región y por eso estamos empezando a estudiar las sub regiones, como Agrelo. Y eso me entusiasma de la misma manera que el potencial del Valle de Uco, particularmente cuando se trata del Cabernet Sauvignon, porque creo que es la mejor zona para esta cepa”. 13 Cabernet Sauvignon para entender por qué es el rey de losvinos tintos Luna Benegas Cabernet Sauvignon 2021 Benegas, Mendoza, Maipú, Cruz de Piedra ($11.000) Hay algo especial en los Cabernet Sauvignon de la Primera Zona. Puede ser por costumbre del paladar genético (como decía Brascó) o por lo bien que se adaptó la variedad a dicho terruño. Y eso se ve reflejado en todo tipo de exponentes, como este de Benegas, de aromas bien típicos, con buena frescura y taninos casi firmes. Un muy buen representante en su segmento, que mantiene cierto carácter y fuerza. Beber entre 2025 y 2027. Puntos: 90,5 Cafayate Terroir de Altura Cabernet Sauvignon 2023 Etchart, Salta, Altos Valles Calchaquíes, Cafayate ($11.600) Sigue siendo el vino más consistente de la línea y no es casualidad que sea Cabernet Sauvignon, más allá de que tiene un toque de Tannat. Posee un buen carácter especiado que habla de su tipicidad, con fuerza y frescura integrada. Además, ostenta los taninos que se le piden al varietal, con leves dejos lácticos de la crianza. Beber entre 2025 y 2026. Puntos: 89 Las raíces del Cabernet Sauvignon en la Argentina se remontan a la llegada de la cepa en 1853, impulsando a la industria local (Imagen ilustrativa Infobae) Ojo de Tigre Cabernet Sauvignon 2023 Ojo de Tigre Wines, Mendoza, Zona Este, Rivadavia ($12.000) El Cabernet Sauvignon de Finca Alto Las Piedras está plantado sobre un suelo franco-arenoso profundo con presencia de cantos rodados. Sus aromas son frutados, directos y equilibrados. De paladar franco y fluido, trago mordiente, con leves dejos de especias dulces. Su buena fruta domina el trago, y sobre el final aparece leve el aporte del roble. Beber entre 2025 y 2026. Puntos: 89 Casa Boher Cabernet Sauvignon 2022 Rosell Boher, Mendoza, Valle de Uco, Los Árboles ($17.000) Este Cabernet Sauvignon siempre ofrece un carácter clásico, pero con la frescura de la altura del Valle de Uco. Con leves notas de frutas negras y aromas integrados. Paladar en línea, fresco, con taninos finos y firmes, que aportan carácter. Y sobre el final, asoma la crianza bien integrada. Beber entre 2025 y 2027. Puntos: 91 Bianchi Particular Cabernet Sauvignon 2019 Bianchi, Mendoza, San Rafael ($27.000) La personalidad del Cabernet Sauvignon de San Rafael es bien reconocida por los consumidores exigentes, y este es uno de sus grandes exponentes porque Silvio Alberto ha logrado nuevamente un vino apoyado en su carácter frutal, con texturas incipientes y una frescura que aporta profundidad. Beber entre 2024 y 2028. Puntos: 91,5 Homo Felix Gran Cabernet Sauvignon 2020 Homo Felix, Mendoza, Luján de Cuyo, Agrelo ($41.800) Para concebir este Cabernet Sauvignon, Patricio Eppinger, propietario y fundador de Homo Felix, se inspiró en Burdeos y en los tintos de gran longevidad. Es fresco, con taninos finos y un carácter de frutos del bosque. Todavía se siente la madera, pero se va a integrar. Sus aromas son expresivos y están más apoyados en la fruta que en la parte vegetal, típica de la variedad. Beber entre 2025 y 2028. Puntos: 93 Terrazas Grand Cabernet Sauvignon 2021 Vinos de zonas emblemáticas como Mendoza y Salta figuran entre los mejores exponentes del Cabernet Sauvignon nacional (Freepik) Terrazas de los Andes, Mendoza, Valle de Uco ($44.900) En los Grand, la idea es elegir los mejores componentes de Mendoza y elaborar el mejor vino posible cada año, respetando un estilo. Y eso se ve muy bien reflejado en este joven Cabernet Sauvignon, bien apoyado en las frutas rojas y negras con toques especiados. Su consistente fluidez domina el paso por boca, y todos los matices son resaltados por la frescura. Las texturas finas aportan persistencia. Beber entre 2025 y 2028. Puntos: 92 Viña Jardín de María Cabernet Sauvignon 2021 Viña Jardín de María 1910, Mendoza, Luján de Cuyo, Las Compuertas ($47.800) Las “Cepas Madres” de Viña Jardín de María tienen más de 110 años de vida, y sus raíces alcanzan los 2,35 metros de profundidad. Como en toda finca tradicional, el riego se hace por surcos. Para cuidar su “jardín de viñas”, realizan varias tareas durante todo el año para mejorar las plantas y el suelo, y especialmente cuidar sus antiguas cepas. Esto explica los aromas distinguidos y más dirigidos de este vino, con algo de notas de madera nueva y taninos algo granulosos que hablan de su juventud. Su buena frescura resalta el agarre en su paso por boca. Beber entre 2025 y 2030. Puntos: 92 Salentein Primus Cabernet Sauvignon 2018 Salentein, Mendoza, Valle de Uco ($74.500) Este vino fue elegido como el mejor exponente del mundo por segundo año consecutivo en el concurso The Asian Cabernet Sauvignon Masters 2022, organizado por la reconocida publicación británica The Drinks Business Asia. Y si bien las cosechas cambian, el estilo del vino y el carácter del lugar se mantienen, de la mano de Pepe Galante. De aromas frescos y amplios, también delicados. Paladar franco, con buen potencial de complejidad y agarre fino que aporta persistencia a su delicado final de boca. Beber entre 2025 y 2030. Puntos: 93,5 Birth of Cabernet 2021 Catena Zapata, Mendoza, Valle de Uco, El Cepillo ($83.000) Es lo nuevo de Alejandro Vigil, un Cabernet Sauvignon que busca hacer historia en la era moderna. Bien apoyado en su carácter de frutas rojas y negras, con taninos granulosos. De trago muy fresco y no muy profundo, frutado y amable, con dejos de cenizas en el final de boca. A medida que se abre, aparecen más capas, con dejos herbales y un perfume algo floral. Tiene todo para ganar equilibrio en sus expresiones con el correr de los años. Beber entre 2025 y 2030. El prestigio internacional del Cabernet Sauvignon argentino sigue en ascenso gracias al reconocimiento en importantes certámenes (Freepik) Puntos: 94 La Linterna Las Mercedes Estate Cabernet Sauvignon 2019 La Linterna, Salta, Altos Valles Calchaquíes, Cafayate ($115.000) Detrás de este varietal hay una cuestión de exploración, quizás más profunda que con los otros cepajes. Eso llevó a la familia a elaborar Cabernet Sauvignon en Napa Valley, bajo la dirección de Daniel Pi. Y esto abre las puertas a cualquier zona del mundo. Este vino nace en un viñedo muy tradicional, un parral plantado en 1958. Por eso sus aromas son delicados, con dejos de pimientos típicos. Hay frescura y cierta austeridad en su paso por boca, más allá de sus taninos de grano fino que resaltan su final terroso. Beber entre 2025 y 2029. Puntos: 93,5 Leon Cabernet Sauvignon 2022 Luigi Bosca, Mendoza ($124.000) Elaborado con uvas de Gualtallary (70%) y de Vistalba (30%), con toque de Cabernet Franc. De aromas delicados, en los que se percibe algo de cada uno. Lo classy y lo moderno, con leves dejos herbales maduros, buen volumen y taninos tensos y finos, resaltan su final limpio. Hay buen equilibrio entre cuerpo y fluidez. Se abre en la copa y aparece más el Cabernet Sauvignon, con leves dejos ahumados. Sale la fruta, la botella le puede dar más complejidad por equilibrio y delicadeza. Beber entre 2025 y 2032. Puntos: 96 Viña Cobos Hobbs Estate Cabernet Sauvignon 2021 Viña Cobos, Mendoza, Luján de Cuyo, Agrelo ($160.000) El conocimiento de Paul Hobbs sobre la variedad lo lleva a ser muy exigente. Sin embargo, con las viñas que rodean la bodega ha logrado el carácter que estaba buscando. Se nota que es un Cabernet Sauvignon apoyado en la fruta, con taninos incipientes. De trago mordiente con taninos de agarre fino, con leves dejos de zona classy. Fresco y compacto en su cuerpo, se perciben en sus aromas leves notas vegetales frescas que hablan del varietal. Beber entre 2025 y 2031. Puntos: 94
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