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» Diario Cordoba
Fecha: 27/08/2025 23:46
Un pueblo como Almedinilla, con menos de 2.500 habitantes, no está acostumbrado a sucesos de la envergadura del ocurrido en la madrugada de este miércoles, cuando un vecino de la localidad ha disparado en dos ocasiones contra el propietario de un bar, que ha fallecido en el acto. La localidad está conmocionada porque tanto víctima como autor son personas muy conocidas. Por ello no es de extrañar que nadie quiera dar su nombre a la hora de atender a los medios de comunicación que han ido llegando al pueblo. La víctima, Antonio, un hombre de 65 años, era muy conocida el pueblo porque llevaba décadas regentando el bar Oasis, donde han ocurrido los hechos; el presunto autor, de casi 60 años, también lo era, por ser cliente del negocio, pero también haber protagonizado ya algún episodio en el pueblo debido a que pudiera padecer una enfermedad mental, que había requerido la presencia de las asistencias sanitarias en algún brote. Imagen del municipio de Almedinilla. / CÓRDOBA Aun así, todo el mundo cuenta (comenta más bien) en el pueblo que entre ellos había cierta amistad, lo que contribuye más aún a la incredulidad de los vecinos. Según apuntan algunas de las fuentes vecinales consultadas por este periódico, el presunto autor entró en el bar con la escopeta, y como se conocían, el fallecido “casi se tomó a broma” que entrara armado. A continuación “le pegó dos tiros sin pararse a nada”, explican. Todo está grabado El bar está dotado de cámaras de seguridad que han grabado todo lo ocurrido, motivo por el que uno de los hijos de la familia del empresario, que reside en la planta alta del negocio, ya ha podido ver cómo se desarrollaron los hechos. Cuando ocurrió todo, según las personas consultadas, había una pareja en la terraza que fue la que dio el aviso, pero al ver el cariz de los acontecimientos se refugió en los aseos. Algunas de las fuentes apuntan que el autor de los hechos, tras efectuar los disparos se marchó, "sin mediar palabra", a su casa, donde reside con sus padres. Fue en su domicilio familiar donde los agentes de la Guardia Civil lo apresaron horas más tarde. Posteriormente, llegaron las asistencias médicas y la Guardia Civil. Los presentes se quejan de la tardanza en levantar el cadáver, pues apuntan que se ha producido casi al amanecer, cuando los hechos ocurrieron a las 1.45 horas de la madrugada. Durante la mañana de este miércoles, los veladores del bar Oasis, situado junto a un colegio, se encontraban llenos, pero en este caso, de vecinos, amigos y familiares de Antonio, que comparten el dolor que ha supuesto su pérdida, mientras aguardan la llegada del cadáver que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Córdoba. Suscríbete para seguir leyendo
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