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Crespo » Estacion Plus
Fecha: 27/08/2025 03:00
La última semana de agosto en Argentina se presenta con condiciones atípicas para el cierre del invierno, con características propias de la primavera. Según informó el meteorólogo Leonardo De Benedictis, de Meteored, el patrón climático para los próximos días será “muy homogéneo, con pocas variaciones regionales: temperaturas en ascenso, ausencia de precipitaciones y cielos mayormente soleados”. El predominio del viento del norte y las jornadas despejadas permitirán que gran parte del territorio nacional experimente temperaturas templadas a cálidas. En Entre Ríos, los pronósticos prevén mínimas superiores a los 10 °C y máximas que, durante las tardes, superarán los 20 °C hasta el viernes 29. No obstante, hacia el cierre del mes, se espera un cambio de escenario. Para el 30 de agosto, los modelos meteorológicos anticipan el posible desarrollo de una nueva ciclogénesis, fenómeno que implica la formación de un centro de baja presión capaz de generar lluvias, chaparrones y tormentas de diversa intensidad. De confirmarse este proceso, provincias como La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires podrían registrar acumulados significativos, en coincidencia con el período en que suele manifestarse la tradicional tormenta de Santa Rosa. La tradicional tormenta de Santa Rosa: origen, mitos y explicación científica Cada año, hacia fines de agosto, los pronósticos meteorológicos en la región incluyen un fenómeno que ya forma parte de la cultura popular: la tormenta de Santa Rosa. Aunque muchos la asocian a una cuestión religiosa, la ciencia aporta una explicación basada en los cambios de estación. La llamada tormenta de Santa Rosa suele registrarse entre el 25 de agosto y el 4 de septiembre, con epicentro en torno al 30 de agosto, fecha en la que la Iglesia Católica conmemora a Santa Rosa de Lima, patrona de América. El fenómeno es característico de Argentina, Uruguay, Paraguay, sur de Brasil y Chile, y consiste en episodios de inestabilidad atmosférica que pueden incluir lluvias intensas, ráfagas de viento y tormentas eléctricas. Desde el punto de vista meteorológico, la explicación es clara: en este período comienzan a ingresar masas de aire cálido y húmedo desde el norte, que interactúan con sistemas fríos que aún circulan por la región. Esta combinación favorece la formación de tormentas, justo en la transición entre invierno y primavera. Aunque no siempre se presenta con igual intensidad, y en algunos años pasa casi inadvertida, la tormenta de Santa Rosa se ha convertido en un referente para meteorólogos y público en general. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) recuerda que se trata de una coincidencia estacional, no de un evento extraordinario. ¿Por qué el nombre? La tradición vincula este fenómeno con un episodio histórico: en 1615, cuando se temía un ataque de corsarios en Lima, la joven Isabel Flores de Oliva —luego canonizada como Santa Rosa— habría rezado pidiendo protección. Según relatos, una fuerte tormenta disuadió a los atacantes. Desde entonces, la cultura popular asoció las lluvias de fines de agosto con la santa. Un clásico de cada año Si bien no hay garantía de que la tormenta ocurra exactamente el 30 de agosto, los especialistas coinciden en que este período concentra una mayor probabilidad de inestabilidad. Por eso, cada temporada, agricultores, medios de comunicación y vecinos están atentos a su llegada, que ya es parte del calendario climático de la región.
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