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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/08/2025 02:36
Según la OMS el número de casos notificados en el mundo se multiplicó por diez entre 2000 y 2019 alcanzando los 5,2 millones (Imagen Ilustrativa Infobae) El dengue avanza en todo el planeta y ya afecta a regiones donde antes no existía riesgo, un fenómeno que alarma a expertos en salud pública. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “entre 2000 y 2019, se documentó que el número de casos notificados en todo el mundo se había multiplicado por diez, pasando de 500.000 a 5,2 millones”. El Día Internacional contra el Dengue, conmemorado este 26 de agosto, busca generar conciencia sobre esta enfermedad viral que hace tiempo dejó de ser exclusiva de las zonas tropicales. Según datos de la entidad internacional, alrededor de la mitad de la población mundial corre riesgo de contraer esta infección transmitida por mosquitos. “Calculamos que cada año se registran entre 100 y 400 millones de casos. Esto es básicamente una estimación, y sólo en la región americana se han notificado unos 2,8 millones de casos y 101.280 muertes”, explicó el Dr. Raman Velayudhan, director del Programa Mundial de Control de Enfermedades Tropicales de la agencia sanitaria de la ONU. Este aumento y expansión hacia lugares inesperados responde a varios factores interconectados. 1. Cambio climático: cómo las temperaturas y lluvias alteran el hábitat de los mosquitos La expansión del dengue hacia nuevos territorios encuentra una de sus causas en el calentamiento global. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el aumento de las temperaturas medias, las lluvias intensas y las sequías prolongadas crean condiciones ideales para que los mosquitos del género Aedes, principales vectores de la infección, puedan sobrevivir y reproducirse en zonas que antes resultaban hostiles. El calentamiento global con temperaturas más altas lluvias intensas y sequías prolongadas favorecen la expansión del mosquito Aedes (Imagen ilustrativa Infobae) El Dr. Velayudhan señaló que “el virus y el vector se multiplican más rápido a mayor temperatura”, y advirtió que “el mosquito consigue sobrevivir incluso cuando hay escasez de agua. Así que, tanto en una situación de inundación como de sequía, el dengue puede aumentar”. Este fenómeno de expansión más allá de los trópicos, donde solía ser más frecuente, incluye a Europa y parte de Sudamérica. La climatóloga María Soledad López, investigadora del CONICET, destacó que “en el 60% de las ciudades con casos autóctonos de dengue (en Argentina), el número de días con temperaturas óptimas para la transmisión ha ido en aumento desde 1976”, situación que coincide con la llegada de la enfermedad a nuevas provincias. 2. La urbanización desordenada y los cambios sociales abren terreno al mosquito Uno de los factores sociales que más favorecen la expansión del dengue es la urbanización rápida y sin planificación. Según un artículo de The Conversation realizado por Raúl Rivas González, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca, el crecimiento demográfico y el desorden en el desarrollo urbano de América y el resto del mundo crea espacios que contribuyen al aumento de criaderos de mosquitos. “La urbanización incompleta –es decir, sin las infraestructuras y servicios adecuados para el crecimiento de las ciudades o asentamientos humanos– es un importante determinante socioambiental del dengue", señaló el especialista. Alrededor de la mitad de la población mundial corre riesgo de contraer dengue una enfermedad viral transmitida por mosquitos (JOHN EISELE/COLORADO STATE UNIVERSITY PHOTOGRAPHY) Por otro lado, Elizabet Estallo, investigadora del Consejo en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIBYT, CONICET-UNC), detalló el rol que juegan los desechos en cantidades masivas: “En 2018 hicimos un mapa de la probabilidad de encontrar Ae. aegypti en la ciudad de Córdoba y observamos mayor presencia en los canales de riego. Contrario a lo que dictaría el sentido común, el motivo no es el agua sino la gran concentración de basura que se genera en esos lugares”. Y agregó: “La hembra sí o sí necesita posarse en la pared de un recipiente artificial para poner sus huevos. Es imposible eliminar el mosquito, sobre todo, dadas las condiciones socioambientales de los contextos urbanizados. Pero sí podemos tomar acciones preventivas, sobre todo en los meses fríos, descartando objetos que hayan quedado a la intemperie que puedan contener huevos de la temporada anterior". 3. Adaptabilidad genética del Aedes y expansión de nuevos vectores El principal transmisor del virus es el mosquito Aedes aegypti, aunque el Aedes albopictus (conocido como mosquito tigre asiático) gana protagonismo en regiones templadas. El avance de estos insectos responde, según expertos del CONICET, a su capacidad para adaptarse a temperaturas más frías y climas más secos. Estallo explicó que “en el último tiempo se ha ido corriendo la frontera tanto del vector como del virus. Aedes aegypti tiene una plasticidad genética que le permite adaptarse a temperaturas más frías y climas más secos que los que habitaba antes”. La urbanización desordenada y el crecimiento demográfico contribuyen al aumento de criaderos y a la expansión de mosquitos vectores (Imagen Ilustrativa Infobae) La American Society for Microbiology confirma este cambio: “Más estadounidenses están en riesgo que nunca antes porque los mosquitos y garrapatas se mueven a nuevas áreas”, advirtió Christopher Braden, director interino del Centro para Enfermedades Emergentes y Zoonóticas de los CDC estadounidenses, al analizar el caso de América del Norte y el aumento de brotes en zonas antes inusuales. 4. Brotes explosivos y múltiples serotipos: una expansión favorecida El dengue se presenta en cuatro serotipos: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4. La presencia simultánea de varios de ellos en una misma región facilita su expansión porque permite que una persona tenga la posibilidad de infectarse más de una vez. Según la American Society for Microbiology, “si alguien ha sido infectado con un tipo de DENV, suele desarrollar inmunidad de por vida a ese tipo en particular, pero solo está protegido contra los otros tres DENV durante varios meses a años después de la infección primaria”. Esto significa que cada serotipo actúa como una “nueva” amenaza para la población. Cuando los cuatro serotipos circulan en una zona, el ciclo de transmisión se mantiene y crece, ya que las personas que ya tuvieron dengue pueden volver a enfermar si se exponen a un serotipo diferente. De esta forma, el virus sigue encontrando huéspedes susceptibles, lo que contribuye a brotes más intensos y a la expansión sostenida de la enfermedad. La OMS advierte que “quienes se contagian por segunda vez enfrentan mayor probabilidad de enfermar gravemente”, lo que refuerza la necesidad de vigilancia y control cuando hay más de un serotipo en circulación. 5. Falta de estrategias de prevención eficaces Las personas que se contagian por segunda vez tienen más riesgo de enfermedad grave cuando hay varios serotipos en una misma zona (Imagen Ilustrativa Infobae) El éxito de las estrategias de prevención depende de la combinación entre control del mosquito y compromiso comunitario. Aunque existen campañas oficiales, las investigaciones del equipo EduDengue del CONICET, según el investigador Walter Almirón, muestran que “si bien las personas disponen de información sobre dengue y control de criaderos, esto no se traduce en acciones concretas de prevención”. El Dr. Sergio Verbanaz, infectólogo del Hospital Británico de Buenos Aires, enfatizó: “Prevenir el dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos es una responsabilidad de cada uno de nosotros. Si seguimos los consejos para evitar su reproducción en nuestras casas y barrios, así como evitar las picaduras, vamos a lograr disminuir los casos considerablemente”. Además, advirtió: “Durante el último año, se registraron menos casos de dengue autóctono que en años previos, pero esto no debe hacer que bajemos la guardia en nuestra lucha contra esta entidad”. A pesar de disponer de información sobre el dengue no siempre se toman acciones preventivas eficaces contra los criaderos de mosquitos (Imagen ilustrativa Infobae) La OMS señala que el control de los vectores requiere eliminar criaderos, usar repelentes y proteger viviendas con mosquiteros. Además, advierte sobre la resistencia creciente a los insecticidas y la necesidad de adaptar las campañas de prevención a contextos locales, involucrando activamente a gobiernos y comunidades. La combinación de factores ambientales, sociales y biológicos explica por qué el dengue avanza fuera de su frontera histórica y convierte su control en uno de los grandes desafíos de la salud pública global.
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