Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Policrisis en la Casa Rosada: la radiografía de Mario Riorda sobre la crisis del gobierno Milei

    » Elterritorio

    Fecha: 26/08/2025 01:53

    El consultor político Mario Riorda analizó en X.com la crisis desatada por los audios de presuntas coimas en Salud. Habló de una “crisis moral”, de “conductas desviadas” y advirtió que el gobierno de Javier Milei atraviesa un escenario de policrisis. domingo 24 de agosto de 2025 | 18:18hs. El gobierno de Javier Milei atraviesa uno de sus momentos más críticos desde que asumió. La filtración de audios atribuidos a Diego Spagnuolo, funcionario del Ministerio de Salud, en los que se insinúan pedidos de coimas a droguerías a cambio de contratos de provisión de medicamentos, abrió un frente político, judicial y social que amenaza con desgastar aún más la legitimidad del oficialismo. El consultor político Mario Riorda, especialista en comunicación de crisis, analizó el tema en su cuenta de la red social X.com, donde publicó una serie de reflexiones que permiten entender la magnitud del problema que enfrenta la Casa Rosada. Según Riorda, la situación no es solo un escándalo aislado: es una crisis que combina múltiples factores y que pone en entredicho la coherencia del relato libertario. Riorda definió el momento como una crisis grave marcada por un rasgo fundamental: la incertidumbre. “Hay una crisis grave por una serie de elementos concretos porque hay incertidumbre transversal. No solo no sabemos los ciudadanos y la prensa, sino que el mismo poder no sabe qué puede pasar. No controla la información del posible denunciante, ni sus pasos. La incertidumbre del propio sujeto en crisis es un acto de gravedad que quita capacidad a una organización de reducir o prever los factores de riesgo respecto del futuro”, escribió el consultor. Sugiere, además, que la falta de información y de control interno por parte del propio gobierno convierte a la crisis en un fenómeno aún más riesgoso, porque la administración no logra anticiparse ni fijar la agenda. Riorda también enumeró los factores que hacen de esta crisis un hecho de gran envergadura: “La hay porque hay implicancias judiciales/penales en el nivel más alto; porque hay afectación potencial significativa de la reputación pública de los implicados; porque hay implicancias económicas potenciales si la crisis empeora, justo en un contexto de preocupaciones múltiples en esa esfera; porque la afectación máxima de una crisis política grave es la posibilidad cierta de la pérdida del cargo de uno o más actores que padecen la crisis”. En otras palabras, el consultor advierte que el caso Spagnuolo trasciende lo administrativo: pone en juego la estabilidad política del oficialismo, el vínculo con la ciudadanía y la capacidad del gobierno de sostener su agenda de reformas. Silencio en un gobierno que suele gritar Un punto llamativo del análisis de Riorda es la actitud del oficialismo. “Hay cambio de algo a lo que acostumbrábamos, hay silencio en un gobierno que grita y satura la agenda como práctica cotidiana”, apuntó. El experto subraya que toda crisis política suele tener un “momento cero”, es decir, un reconocimiento oficial de la anomalía. Pero en este caso, no existió: “No hay ‘momento cero’ de las crisis (es un acto de amateurismo, pero también de shock). La crisis no se la inauguró oficialmente desde ningún acto de habla oficial. No hay reconocimiento del hecho anómalo, disfuncional y disruptivo, sólo rumores. Esto, cuando convive con elementos objetivos que permitan suponer que efectivamente se trata de una crisis, es un acto de negación de la misma y, por ende, también de agravamiento porque solo se instalan encuadres adversos, no oficiales”. En lugar de enfrentar la situación, Milei y su equipo eligieron el silencio, lo cual —según Riorda— agrava el problema y le otorga a la oposición y a los medios el poder de narrar la crisis. El consultor habló incluso de la idea de “policrisis”, es decir, la superposición de varios riesgos imposibles de separar: “Hay elementos que permitan sostener la idea de ‘policrisis’ como combinación de tres o más riesgos que se superponen, son inminentes en su escalada, además de imposibles de separar y tratar de forma aislada”. Hasta antes de este escándalo, Riorda sostenía que el oficialismo atravesaba una “crisis de decepción de gestión”, alimentada por la falta de información, la subestimación y la negación de problemas sensibles como la discapacidad. Esa crisis se construía sobre expectativas insatisfechas y sobre la incongruencia entre las promesas libertarias y la realidad de la gestión. Pero el caso Spagnuolo cambió de nivel: “Lo que acaba de aparecer es un escándalo que acelera a todo motor la crisis y la transforma en otra categoría: en una ‘CRISIS DE CONDUCTAS DESVIADAS’. Esto produce indignación frente a conductas maliciosas, fraudulentas. Se sustenta en hechos flagrantes de corrupción. Ahí todos te juzgarán porque se produce una ruptura de un valor o de una regla central en la sociedad que se tenía como regla inviolable. En este caso, ‘con la discapacidad no’. La crisis es, antes que nada, moral. Ese es su terreno”. El juicio cuádruple En este marco, Riorda identificó lo que denomina un “juicio cuádruple”, es decir, la multiplicación de frentes de evaluación simultáneos: “Todo pasa a ser un juicio cuádruple, incontrolable y a tiempo real: juicio público ciudadano, juicio en el ámbito político por los actores de la oposición, juicio mediático y periodístico, juicio como actuación formal en la faz judicial propiamente dicha”. La combinación de estos cuatro planos hace que el gobierno quede cercado y sin capacidad de imponer su relato. El escándalo es aún más grave porque golpea en el corazón del relato libertario, según su análisis. “Para colmo, el actual gobierno argentino se jactó -pretenciosamente- de ser distinto, de no ser casta, de no ser corrupto. Para colmo, el actual gobierno argentino es tildado de cruel, de regocijarse del dolor humano en el marco de ajustes económicos muy difíciles de argumentar. Para colmo, el actual gobierno argentino ha tenido episodios de represión a personas discapacitadas en las protestas. Para colmo, este gobierno, ha argumentado falsamente con imágenes de radiografías truchas (de perros) por lo que no pidió disculpas”, enumeró Riorda. Cada uno de esos elementos incrementa la percepción de hipocresía, un pecado letal para un gobierno que se presentó como la alternativa ética a la “casta”. Riorda también advirtió que el oficialismo atraviesa lo que denomina una “crisis de mala gestión”, vinculada a la adulteración del fentanilo y al manejo inadecuado de políticas sanitarias: “Estas crisis se centran en principios de gestión violados. En no ejecutar procedimientos adecuados o acciones correctivas no tomadas. Las motoriza el NO CONTROL, la NO JERARQUÍA, y el NO FEEDBACK. Y estas crisis sí generan un agravamiento mientras más se explicite el error o la falta y se localice el foco de la responsabilidad”. Es decir, no se trata solo de un problema moral o reputacional, sino también de gestión concreta y de responsabilidad administrativa. Paradójicamente, Riorda señala que la cercanía de las elecciones podría mitigar el impacto institucional: “En crisis, es muy fuerte la evidencia empírica de que la cercanía electoral produce impactos menores en las consecuencias de quienes padecen la crisis”. Sin embargo, esa “carta” no garantiza nada: si el escándalo crece, el efecto puede ser devastador. Y más aún en un gobierno que ya acumula otras denuncias abiertas vinculadas a financiamiento partidario y a figuras cercanas al oficialismo. “Bienvenidos a la incertidumbre de las crisis”, concluyó Riorda en su serie de posteos, describiendo un escenario en el que Milei aparece cada vez más atrapado por contradicciones, silencios y conductas que lo acercan a aquello que juró combatir. El caso Spagnuolo El escándalo se originó con la difusión de audios en los que Diego Spagnuolo, funcionario del Ministerio de Salud, habría solicitado dinero a representantes de droguerías a cambio de garantizar la compra de medicamentos. La justicia investiga la autenticidad de los registros y la eventual comisión de delitos de cohecho. En paralelo, legisladores opositores exigieron explicaciones al Ejecutivo y pidieron la interpelación de la ministra de Salud. Desde el oficialismo, en cambio, se buscó relativizar el hecho, denunciando supuestas “operaciones políticas”. Pero el costo político ya está instalado: en un contexto de caída de imagen presidencial y de creciente malestar social, el caso se convierte en un símbolo de las incoherencias de un gobierno que llegó al poder con la promesa de erradicar la corrupción y que ahora se ve envuelto en las mismas prácticas que criticaba.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por