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  • Los Naranjos despierta: el club de barrio de Granadero Baigorria que se abraza con la historia y su gente

    » La Capital

    Fecha: 25/08/2025 16:59

    La memoria se transformó en acción y el club volvió a ser refugio, escenario y motor de una comunidad que nunca dejó de creer en lo que construyó en conjunto Los integrantes de una antigua comisión que, con esfuerzo silencioso y convicción intacta, mantuvieron viva la llama del club. Durante 37 años, la institución fue sede de festejos patrios y asambleas vecinales en un salón que luego fue demolido. La postal del reencuentro: abrazos, risas y miradas que celebran lo que nunca dejó de latir. En cada gesto, una historia compartida; en cada rincón, el eco de una comunidad que vuelve a reconocerse en su lugar. El salón estaba en silencio. Las paredes, testigos mudos de décadas de ausencia, volvieron a vibrar con los pasos de quienes nunca dejaron de creer. Entre fotos amarillentas y abrazos emocionados, el Club Social y Deportivo Los Naranjos reabrió sus puertas después de 39 años. No fue solo una reapertura: fue una ceremonia de reencuentro con la historia , con los afectos, con el barrio. Granadero Baigorria vivió la semana pasada una jornada cargada de emoción, memoria y futuro. La asamblea general celebrada el viernes 15 marcó el inicio de una nueva etapa institucional, con la asunción oficial de la nueva comisión directiva encabezada por Mauro Tollardo como presidente y Carina Ceragioli como vicepresidenta. El acto fue acompañado por vecinos, ex socios, familiares de los fundadores, autoridades municipales y referentes barriales que celebraron el regreso de un espacio emblemático. La historia de Los Naranjos se remonta al 4 de septiembre de 1958, cuando quince vecinos del barrio se reunieron en el bar homónimo, propiedad de Antonio Tollardo. Aquella noche, con espíritu fundacional y vocación comunitaria, formalizaron la creación del club con el propósito de ofrecer un espacio de “diversión y expansión espiritual a toda persona de sana moral que comulgue con los principios enunciados”. Así lo consigna el acta fundacional, que hoy vuelve a tener vigencia como documento vivo de identidad colectiva. Durante décadas, Los Naranjos fue mucho más que un club: fue escenario de encuentros, torneos, celebraciones, talleres y actividades que marcaron generaciones. Su cierre en 1986 dejó un vacío difícil de llenar, pero no borró el recuerdo ni el deseo de recuperación que persistió en la memoria de la comunidad. Una historia comprometida La reactivación del club fue posible gracias a un proceso de articulación entre vecinos, descendientes de los fundadores y el municipio de Granadero Baigorria, que desde la gestión del intendente Adrián Maglia viene desarrollando una política activa de acompañamiento. En ese marco, Valeria Pérez, coordinadora de Gobierno municipal, fue encomendada con la tarea de apoyar el proceso de recuperación. “Este es un logro no solo para el club, sino para toda la ciudad. La recuperación de Los Naranjos simboliza el esfuerzo de vecinos y autoridades que trabajaron codo a codo para devolverle a la comunidad un lugar de pertenencia, que es mucho más que un club: es un espacio de encuentro, desarrollo y crecimiento social”, expresó Pérez. Tras casi dos años de gestiones, trámites administrativos y el respaldo de la Inspección de Personas Físicas y Jurídicas, se logró la legalización del club, el empadronamiento de socios y la conformación de la nueva comisión directiva. “Este esfuerzo conjunto entre los vecinos, el Municipio y un equipo comprometido culminó en la reactivación de este histórico espacio, que había quedado en pausa durante casi cuatro décadas”, celebró el intendente Maglia. La asamblea que fue fiesta La asamblea general del viernes no fue solo un acto formal: fue una celebración comunitaria. Las emociones se mezclaron con los recuerdos, y el salón volvió a llenarse de voces, abrazos y proyectos. La nueva comisión directiva asumió con el compromiso de recuperar el edificio, reactivar actividades deportivas y culturales, y abrir las puertas del club a toda la comunidad. “Queremos que Los Naranjos vuelva a ser lo que fue: un lugar donde todos se sientan parte, donde se construya ciudadanía desde el deporte, la cultura y la solidaridad”, expresaron los flamantes dirigentes. Un símbolo que vuelve La recuperación de Los Naranjos no es solamente una buena noticia institucional. También es un símbolo de lo que se puede lograr cuando la voluntad colectiva se organiza, cuando la memoria se transforma en acción, y cuando el Estado se aferra a la decisión política y acompaña con sensibilidad y eficacia. El club vuelve a latir, y con él, la historia de un barrio que nunca dejó de creer en sus raíces. El desafío ahora es sostener ese impulso, sumar nuevas generaciones, y hacer de Los Naranjos un espacio abierto, plural y activo. Granadero Baigorria recupera así no solo un edificio, sino un pedazo de su alma comunitaria. Y lo hace con la convicción de que los espacios construidos por la gente, para la gente, son los que verdaderamente perduran. La historia Desde aquel 4 de septiembre de 1958 en que quince vecinos se reunieron en el bar Los Naranjos para firmar el acta fundacional, el club acumula historias tejidas a pulso. Durante 37 años, la institución cobijó fiestas patrias y asambleas vecinales en un salón que luego fue demolido. Aquel gimnasio sin techo y tres antiguos baños, hoy en proceso de restauración, son testigos silentes de un legado que los mismos fundadores cuidaron para que jamás cayese en usurpaciones ni emprendimientos ajenos. El resurgir comenzó cuando los hijos y nietos de los pioneros, asesorados por la Coordinación municipal de Relaciones Institucionales a cargo de Pérez, emprendieron la normalización documental. Aunque la personería jurídica nunca se perdió, resultó imprescindible tramitar cada papel, empadronar socios y conformar una nueva comisión directiva. Un núcleo de cinco o seis entusiastas lidera el proyecto, pero más de veinte vecinos ya se anotaron para limpiar, pintar muros y recuperar el tapial con su pequeña puerta metálica, ingreso simbólico al terreno de 590 metros cuadrados que vuelve al servicio de la comunidad. >>Leer más: El trayecto de cómo Granadero Baigorria se convirtió en ciudad vuelve en versión ampliada El lugar El barrio Los Naranjos, en el sudoeste de Granadero Baigorria y lindante con la Ciudad Deportiva de Rosario Central y el Parque Acceso Sur, es un enclave de casas bajas y calles que llevan nombres de árboles. Reconectar ese entramado físico con actividades deportivas y culturales es la apuesta: el gimnasio pendiente de techar, los baños a reciclar y el espacio social que quedó en pausa en 1986 recuperarán vida gracias al impulso municipal. Bajo la presidencia de Mauro Tollardo —nieto de don Antonio, dueño del bar donde nació el club—, la comisión directiva planea clases de zumba, patín, baile y gimnasia, dictadas por profesionales facilitados por el municipio. Así, Los Naranjos no sólo renueva sus instalaciones, sino que devuelve al barrio un lugar de encuentro intergeneracional, capaz de sanar memorias y fortalecer el sentido de pertenencia. >>Leer más: Baigorria: vecinos de Los Naranjos rescatan su viejo club

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