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  • Dos matrimonios amigos desde el colegio, una traición y el pecado de la codicia: el secreto que la sed de venganza rompió

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 25/08/2025 04:45

    Denise y Mike Williams en una foto con su pequeña hija Una pista suele llevar a la siguiente si es que se enhebran los hechos con mucho seso, cuidado y, también, con un poco de suerte. Así se suelen desentrañar los casos policiales, pero en la desaparición de Michael “Mike” Williams solo había un bote abandonado y vacío. Pasaron años de años hasta que la verdad salió a flote. La resolución de esta historia no se la debemos a la acción policial, ni siquiera a una madre que colaboró sin descanso para encontrar a su hijo. Se la debemos nada menos que al desamor y a su caro menú. Allí figuró el plato más oneroso de todos que dicen que siempre debe comerse frío: Venganza. El bote vacío Cuando se encontró el bote de Mike Williams abandonado en el lago Seminole en Florida, la teoría inicial fue que había ocurrido algún accidente fatal. Se podría haber caído mientras cazaba patos o al chocar contra algo. Lo buscaron sin descanso por un área extensa y sondearon el fondo. Nada: ni cuerpo, ni ropa, ni otros elementos que le pertenecieran. La policía terminó pensando que sus restos podrían haber sido engullidos por los numerosos cocodrilos que habitan esas oscuras aguas. Antes de evaporarse de la faz de la tierra Mike Williams había llevado una vida próspera y tranquila. Creció en una ciudad llamada Bradfordville, al norte de Tallahassee, en el estado de Florida, Estados Unidos. Su padre era conductor de colectivos y su madre Cheryl una madre dedicada a sus dos hijos: Nike y Mike. Vivían en dos enormes tráilers porque preferían ahorrar el dinero que les costaría una vivienda convencional para poder pagar sus estudios. Los chicos ayudaban económicamente trabajando de noche en supermercados. De esa forma, pudieron asistir a buenos colegios cristianos donde Mike llegó a ser presidente del centro de estudiantes escolar. También jugaba fútbol americano y a los 15 se inició en la caza deportiva de patos. Esto último lo apasionó. Fue en el colegio secundario North Florida Christian High School que conoció a otra estudiante que hacía de porrista en los partidos que jugaba: Denise Merrell. Se enamoraron. Al terminar el colegio ambos entraron a estudiar en la Universidad Estatal de Florida. Denise se graduó y se convirtió en contadora de una universidad y Mike se especializó en ciencias políticas y planeamiento urbano. No se había recibido todavía cuando le ofrecieron trabajo en Ketcham Appraisal Group, una compañía que se especializa en tasaciones de grandes propiedades. El dueño de la empresa estaba feliz con su nuevo empleado: a todos les repetía que era el hombre más trabajador que había conocido. El amor siguió su rumbo y el 16 de diciembre de 1994, cuando la carrera de Mike ya había despegado, Denise y Mike se casaron. El casamiento de Mike y Denise Williams Con la vida asegurada El 8 de mayo de 1999 Denise y Mike tuvieron una hija: Anslee. Él siguió trabajando tan duro como siempre, al punto que muchas veces llegaba cuando las dos ya se habían ido a dormir. Combinaba su trabajo con la pasión por la caza de patos, algo que jamás abandonó. Era un marido muy presente y contenedor. Sus compañeros de trabajo se sorprendían porque ella lo llamaba por algo y él iba de inmediato a ayudarla para luego volver al trabajo. Tenían también mucha vida social. Hacían casi todo con otro matrimonio, quienes habían sido compañeros del mismo colegio secundario: Brian Winchester y Kathy Aldredge. Brian, quien tenía una compañía de seguros, era el mejor amigo de Mike. Económicamente las cosas iban muy bien para Mike. A dinero de hoy ganaba por año unos 380 mil dólares, lo que equivale a casi 32 mil dólares al mes. Nada mal para una pareja que apenas pasaba los 30 años. Se instalaron en un lindo barrio de las afueras de Tallahassee, Centennial Oaks Circle. Fue poco después que la muerte del padre de Mike los golpeó. Hablando de estos temas y sus repercusiones en las familias, los Williams decidieron sacar pólizas de seguro a nombre de Mike. El último seguro de vida lo contrataron con su mejor amigo Brian Winchester. Lo hicieron por un monto alto: un millón de dólares por la vida de Mike. Si algo le pasaba, su familia quedaría muy bien cubierta. El 14 de diciembre de 2000, dos días antes de desaparecer en el lago Seminole, el matrimonio Williams le contó a Cheryl y a Nike, madre y hermano mayor de Mike, todo lo que estaban planeando hacer: tener otro hijo, festejar el sexto aniversario de bodas la noche del 16 en Apalachicola, en marzo de 2001 harían un crucero por Hawaii y, más adelante en ese mismo año, viajarían a Jamaica por el trabajo de Mike. Todo iba viento en popa hacia un futuro bañado de sol. Brian Winchester, acusado por el crimen de su amigo Mike Williams Futuro interrumpido El sábado 16 diciembre de 2000 Mike (31) se levantó muy temprano y dejó su casa de Centennial Oaks Circle antes del amanecer. Salió remolcando su bote hacia el lago Seminole, ubicado a unos 100 kilómetros de distancia. Tenía que volver con tiempo porque esa misma noche festejarían el aniversario de bodas con Denise en una ciudad sobre el mar. Fue al mediodía que Denise se empezó a preocupar y empezó con los llamados a sus familiares. En pánico llamó a Kathy, la mujer de Brian, para preguntarle si sabía algo sobre dónde podía estar Mike. Doce horas después de haberlo despedido en la puerta de su casa, Denise realizó la denuncia de su desaparición. Toda la familia ya lo buscaba. Al día siguiente las autoridades siguieron rastreando por tierra, agua y aire. No demoraron en encontrar la camioneta Ford Bronco, modelo 1994, de Mike y, luego, su bote. Estaba a unos 70 metros de la rampa que había usado un helicóptero de búsqueda. El piloto había pensado que era un bote utilizado para la investigación. Dentro encontraron el arma de Mike Williams en su funda. Nada más. Había algunos que se preguntaron si él podría, simplemente, haberse marchado por voluntad propia. Sus conocidos lo negaron. Las hipótesis se inclinaron, entonces, por el accidente. Como ese espejo de agua, que alcanza los 4 metros de profundidad, posee palos y piedras que emergen hasta la superficie, una densa vegetación y está plagado de cocodrilos, es un sitio para manejarse con cuidado. ¿Podía Mike haber chocado con alguna de esas salientes, haber caído al agua y haberse enredado con algo para morir ahogado? A los detectives que el cuerpo no apareciera en el plazo característico de entre 3 y 7 días les pareció muy raro. Desde 1957 se habían ahogado unas cien personas en el lago y, en todos los casos, el cuerpo había sido hallado. Mike no. ¿Podrían haber devorado sus restos los cocodrilos? Se inclinaron a pensar que era muy probable. En febrero de 2001 la búsqueda del cuerpo se detuvo. Denise, quien había quedado sola con su hija de 19 meses, no demostraba ningún interés en que continuara. Terminó por aceptar que su esposo había muerto y llevó a cabo una especie de funeral al día siguiente de que el rastreo del cuerpo se diera por terminado. Mike williams junto a su hija Un documento sumergido y oportuno Habían pasado unos seis meses cuando unos baqueanos encontraron unos pantalones de pescador flotando en el lago. Avisaron rápidamente y enviaron buzos quienes rescataron del fondo más objetos: una linterna y una campera que contenía en sus bolsillos la licencia de caza de Mike Williams. Los objetos no tenían marcas de dentelladas de cocodrilo ni nada por el estilo, ni parecían haber estado sumergidos en el agua durante tanto tiempo. Era extraño. Justo en ese tiempo Denise estaba batallando para que le pagaran las tres pólizas de vida de Mike: una por 250 mil dólares; otra por 500 mil y una tercera por un millón. Era un total de 1.750.000 lo que tenía para cobrar (hoy serían 3.200.000 dólares). No era raro que tuviera seguros, lo raro era que ella quisiera cobrarlos tan rápido y antes de tiempo. Según la ley de Florida habría que esperar unos cinco años para que le dieran acceso a ese dinero ya que no había un cuerpo. Pero a pedido de la desconsolada viuda Denise, con el hallazgo de las botas, la campera y la licencia, la justicia accedió a que Mike Williams fuera declarado oficialmente muerto. La excusa esgrimida fue que al cuerpo lo habían devorado los cocodrilos luego de un ahogamiento accidental. La teoría del depredador animal había triunfado. Con esta decisión judicial Denise tuvo acceso a todo el dinero a los seis meses de la desaparición de su marido. Por su lado, Cheryl Williams no estaba para nada de acuerdo con esa hipótesis animal. No se resignaba a creer que su hijo hubiera terminado entre las mandíbulas filosas de un cocodrilo. Continuó con su campaña de búsqueda de pistas. Se paró en cada esquina del pueblo para pegar carteles de su hijo en postes y locales y logró publicar sus resquemores y ruegos en distintos diarios. Denise estaba furiosa con ella. Decía que eso confundía a Anslee que podía creer que su padre seguía vivo. Cuando vio que no conseguía detener a Cheryl optó por amenazarla: “Si seguís presionando con esta investigación no verás nunca más a tu nieta”. Su suegra no dio marcha atrás y Denise cortó todo lazo con Cheryl y con su cuñado Nike. Para Cheryl su olfato le decía que había juego sucio. Contrató a un experto en cocodrilos que le dijo algo muy lógico: la teoría animal era absurda porque los cocodrilos no se alimentan durante los meses de invierno. Además, le explicó que, cuando los cocodrilos matan a una persona, siempre quedan rastros, que eso decía la experiencia forense. Acá no había nada. Cheryl se dedicó a llenar 27 páginas con las inconsistencias que había hallado en la investigación oficial mientras intentaba hacerse escuchar por alguien. Logró que sus anotaciones llamaran la atención de los detectives y que, en 2004, la causa tuviera nuevo empuje. Los investigadores policiales abocados prestaron atención a dos puntos esenciales: el tema de los seguros (sobre todo el último contratado muy poco antes de su desaparición y que le había vendido su gran amigo Brian Winchester) y los objetos que se habían hallado meses después y que no parecían haber estado sumergidos en el agua por mucho tiempo. Estaba convencida de que esos objetos y la licencia habían sido arrojados a propósito por su nuera para generar prueba sobre la muerte de Mike y así poder cobrar los seguros. Había más cosas relevantes entre sus acotaciones: un par de años después de la desaparición de Mike, Brian se había separado de Kathy. Era un dato curioso. Por otro lado, entre los testigos que habían declarado, había uno desconocido que sostenía haber visto a Brian en el lago Seminole aquella mañana en la que él había asegurado haberse desencontrado con Mike. Algo más: Kathy había testificado ante la policía que su ex Brian y Denise podrían haber estado teniendo un affaire desde antes de la desaparición de Mike. Todo olía mal en Tallahassee. Así halló la policía la camioneta de Mike Williams abandonada junto al lago ¿Del consuelo al amor? Pasado un tiempo, Brian y Denise blanquearon una relación entre ellos. El consuelo había mutado en amor. Cinco años después de la desaparición, en diciembre de 2005, se casaron. Eligieron el mismo mes del casamiento anterior de Denise y de la desaparición de Mike. Diciembre parecía ser un mes especial. Muchos ya sospechaban que la relación venía de antes. De las lágrimas a la pasión y al amor, la vida continúa. La pareja se instaló en la casa que había comprado Mike. Brian vivía en el hogar de su gran amigo, con su mujer, criaba a su hija y disfrutaba de las jugosas pólizas que habían cobrado. A la familia de Mike nada le cerraba. En 2007 surgió una posible pista por el hermano de Mike. Nike encontró una foto de un arma calibre .22 que había pertenecido a su padre y que Mike había heredado. Curiosamente era la única que Denise no le había devuelto a la familia. Llamativo, pensó y trasladó el tema a los agentes que fueron a visitar a la pareja ahora Winchester. Unos días después el abogado de de ellos les hizo llegar el arma para que fuera peritada: era una pistola Ruger calibre .22. Esos resultados nunca fueron publicados por lo que se cree que no hallaron nada en el arma. Fue justo ese mismo año que Denise y Brian dieron su primer comunicado público al cumplirse un nuevo aniversario de la desaparición de Mike: “Por siete años hemos rezado y esperado saber algo de lo que pudo haber pasado con Mike. Nadie quisiera más que nosotros encontrarlo”. Sin más evidencias y a pesar de las sospechas, en 2008, el caso se cerró. Cheryl Williams persistió. No se dejaría vencer. Terminó por llevar el caso al canal Investigation Discovery y en 2012 se emitió un episodio sobre el caso de su hijo. Denise Williams fue detenida casi dos décadas después por el crimen de su marido Mike Adiós amor, hola venganza En 2012 la pareja de Denise y Brian colapsó. El amor se había esfumado y la pasión desgastado de manera irremediable. Se separaron. Durante los siguientes cuatro años Brian, desesperado, hizo de todo para volver con Denise. Desde terapia para tratar su adicción al sexo. Lo que Denise pedía, él lo hacía. Pero no funcionó y Denise llenó los papeles de divorcio. Brian enloqueció. El 5 de agosto de 2016 Denise salió de su casa para ir a su trabajo en la Universidad Estatal de Florida. Se subió al auto y empezó a manejar mientras hablaba con su hermana por celular. De pronto vió que alguien se erguía en el asiento trasero. Era Brian. Él le quitó el teléfono de un manotazo y empezó a decirle a dónde tenía que ir mientras la apuntaba con un arma. Denise pensó que la quería matar. Ya sabía cómo eran las cosas. Pero no se asustó, con frialdad, decidió conducir su auto hacia el estacionamiento abierto de una farmacia CVS y se detuvo bien cerca de la puerta de entrada. A la vista. Brian empezó a gritarle que se iba a suicidar, que no quería divorciarse, que se quedaría sin nada. Ella intentó calmarlo y él terminó pidiéndole perdón y diciéndole que no la había querido matar. Denise lo llevó con su coche hasta el auto que Brian había estacionado a unas cuadras y le prometió que no denunciaría los hechos. Antes de bajarse Brian tomó unas lonas que llevaba, una botella con spray con un contenido no especificado y una herramienta. Denise fue directo a la comisaría. En la cabeza de Brian ya estaba instalada la preocupación. Sabía que Denise podría decirle a la policía mucho más que lo que él acababa de hacer. Ella sabía lo que había pasado 16 años atrás. Tenían un pacto secreto que Denise podría romper. La policía arrestó a Brian y lo acusó por intrusión a la propiedad privada, secuestro y violencia doméstica. A Denise, quien dijo que temía por su vida y por la de su hija de 17 años, le dieron perimetrales para que él no pudiera acercarse a ellas. Ante la justicia ella aseguró que no podían dormir por el miedo y así logró que lo mantuvieran preso hasta que se llevara a cabo el juicio. La policía sabía con quién estaba hablando y no dejó pasar la oportunidad para que Denise dijera lo que podría saber de su violento ex y sobre aquella desaparición irresuelta de su primer marido Mike. Denise fue hábil, astuta y fría. Lloró convenientemente, pero no se quebró. Bajo presión solo aseguró que si hubiera sabido que él le hubiera hecho algo a Mike no se hubiera casado con él. Punto final. Cheryl Williams intuía desde hacía mucho tiempo que esa pareja infernal había tenido que ver con la desaparición de Mike. También estaba convencida de que Brian no dejaría que Denise se quedara con todo el dinero: “Yo solo rezaba para que él no se suicidara en prisión. Quería que nos dijera lo que había pasado realmente con Mike”. Brian Winchester en el banquillo de los acusados por el crimen de Mike Williams(AP Images) La detención de Brian fue, efectivamente, el principio del fin. Porque si bien había sido arrestado por violencia doméstica para evitar ir preso y tener inmunidad llegó, meses después, a un acuerdo confidencial con la fiscalía. Y le terminó yendo mejor que a Denise. Pura venganza contra quien quería dejarlo. Venganza que trajo aparejada la justicia. En octubre de 2017 se realizó el juicio contra Brian Winchester por violencia doméstica contra su mujer Denise. Él se declaró culpable pero aseguró que nunca había pensado en matarla. Denise, muy segura de sí, no se privó de asistir y de subir al estrado para hablar. Lloró y se mostró como una víctima. Pidió perpetua para Brian por el miedo que le tenía. La sentencia la anunciaron el 17 de octubre: 20 años tras las rejas para él. La felicidad de Denise duró 24 horas. Al día siguiente, 18 de octubre de 2017, la policía llamó a una conferencia de prensa y anunció con bombos y platillos que no solo había localizado el cuerpo de Mike Williams sino que sabían que había pasado con él: había sido asesinado por Brian Winchester. Con la ayuda inestimable del homicida, recuperaron el 98 por ciento de sus huesos más algo de ropa cerca del Lago Carr. Esos restos fueron identificados con estudios de ADN que se compararon con una muestra de Cheryl Williams. Mike Williams y Brian Winchester en sus tiempos de secundaria Lo que realmente ocurrió esa mañana Los Winchester (Brian y Kathy tenían además un hijo varón de la edad de Anslee) y los Williams eran inseparables. Íntimos amigos desde el secundario, comían juntos, se iban de vacaciones y se mudaban al mismo tiempo. Pero había algo más que nadie sabía: desde el año 1997 Denise y Brian eran amantes. Experimentaban una lujuria llena de codicia. Querían mucho dinero para poder disfrutarlo juntos. Como Brian sabía mucho de seguros, una de las primeras ideas que barajaron fue sacar varias pólizas de vida a nombre de sus respectivos consortes para luego salir a navegar por el Golfo de México, tirarlos por la borda y más adelante cobrarlos. Era demasiado, llamaría la atención. Había que elegir una víctima. Como Brian tuvo más pruritos que Denise y no quería matar a la madre de su hijo, el elegido había terminado siendo Mike. Denise además no quería la vergüenza de un divorcio así que prefería que Mike muriera y convertirse en una viuda adinerada para luego unirse a Brian. Ella sugirió simular un robo en la oficina de Mike que terminara con él muerto, pero a Brian no le convenció. Recordó un día que había salvado a Mike de unas arenas movedizas en Arkansas mientras cazaban. Esa sí que podría ser una buena opción: generar un accidente de caza en un lago. El sábado 16 de diciembre del 2000 Brian y Mike se encontraron en una estación de servicio. Brian lo siguió con su auto desde allí hasta el lago Seminole. Bajaron el bote. Era un viaje de caza como tantos otros en los últimos años. Eso suponía Mike: iba a pasar una mañana agradable acompañado por su mejor amigo de toda la vida. Pero en un momento las cosas cambiaron y Brian pasó a la acción. Qué se dijeron, qué pasó exactamente, solo Brian lo sabe. Pero sí se cree que lo habría convencido de ponerse los waders (una prenda especial para pesca) y las botas para luego empujarlo al agua pensando que se hundiría sin remedio con el peso del agua en esos pantalones. Creyó que Mike no iba a ser capaz de resurgir. Se equivocó porque salió a flote y logró llegar hasta un tronco que sobresalía del lago donde se agarró. Brian le reconoció a los policías que “él estaba en pánico y yo estaba en pánico también. Nada salía como pensé que saldría”. Ya no había vuelta atrás. Brian Winchester, nombre propicio si los hay, dio un par de vueltas con la lancha alrededor de su amigo (quien sabe qué pensaría y le gritaría Mike en esa situación inesperada y trágica) mientras cargaba su escopeta. Luego se acercó lo suficiente para disparar directo a la cara de su mejor amigo. No sería un accidente para nadie. Ahora tenía que deshacerse del cuerpo. Lo cargó en su camioneta y lo llevó hasta otro lago cercano donde lo enterró. Limpió su camioneta y más tarde se dirigió directo a una fiesta Navideña que celebraba su familia. Allí se enteró que estaban todos buscando a su amigo Mike que no había vuelto de pescar. Puso cara de sorpresa. Denise y Brian, sabían que ahora tendrían que cuidarse más que nunca. El romance podría esperar para no despertar intrigas y poder cobrar los seguros. Tendrían que tener paciencia. En su larguísima charla con la policía Brian sostuvo que con Denise “éramos como Bonnie y Clyde, éramos socios en el crimen”. Aseguró que ella era el cerebro del plan e indicó a las autoridades dónde estaba el cuerpo. Brian Winchester fue condenado por el crimen de su amigo Mike Williams Barrotes para dos asesinos Denise creía que con Brian preso y confeso había zafado. No sabía lo que ocurría a sus espaldas. La investigación continuaba y ella era el próximo objetivo. El 8 de mayo de 2018, el mismo día del cumpleaños 19 de Anslee, la arrestada fue Denise. Cerca de las cuatro de la tarde, seis oficiales llegaron a la universidad donde trabajaba, la esposaron y se la llevaron. Fue acusada por asesinato en primer grado y conspiración para llevarlo a cabo. Su abogado arguyó que no había evidencia física que la ligara al crimen y que todo había sido idea de Brian Winchester. Al jurado le tomó solo ocho horas declararla culpable. Fue condenada en enero de 2019 a prisión perpetua por asesinato. Cinco meses después Anslee recibió todo el dinero y las pertenencias de su padre. Su madre había firmado un acuerdo en la cárcel para evitar ser procesada por fraude y, de acuerdo con Cheryl y Nick Williams, todos los bienes de Mike pasaron a nombre de su hija. Incluso la casa de Centennial Oaks Circle. Pero en el mismo acuerdo se estableció que Anslee no podrá usar esos bienes para pagar los abogados de su madre ni ningún costo asociado al crimen de su padre. Si lo hiciera podría recibir una multa de 150 mil dólares. El total de la herencia que habría recibido la joven equivale a la suma actual de casi dos millones de dólares. En 2020 el abogado de Denise, Ethan Way, apeló su condena y dijo que ella no había presenciado la muerte de Mike ni apretado el gatillo. En septiembre de 2021 Denise consiguió ser considerada solamente culpable de conspiración en la muerte de Mike. Su hija Anslee declaró en su favor, le cree y la defiende. La sentencia se redujo y pasó a ser de 30 años. Diez años más que la de Brian. Pese a esto, nadie fue preso por el hecho de haber asesinado a Mike. Cosas de la justicia. Brian asegura que si él no hubiera hablado jamás hubieran llegado al cuerpo. Y lo cierto es que sin él tampoco hubieran llegado a Denise. En el pasado mes de julio se estrenó un documental (uno más de las decenas que se hicieron sobre el caso) llamado Mr and Mrs Murder, coproducido por Plum Pictures y ABC News Studios, que cuenta la historia de este homicidio en cuatro capítulos. Lamentablemente, la relación de Anslee con su familia paterna no prosperó. Aunque la joven permitió que los restos hallados de su padre fueran entregados a su abuela Cheryl quien organizó un funeral al que ella habría ido. Anslee no conoció casi a Mike ni a su familia. Apoya a su madre y ha optado por vivir por debajo del radar de los medios. No hay fotos ni declaraciones suyas en la prensa ni sabemos si visita a Denise. Solo trascendió que se graduó en la Universidad Estatal de Florida y que con 26 años sigue viviendo en Tallahassee donde trabaja en estrategias de marketing de redes sociales y relaciones públicas. Cheryl Williams sigue sobreviviendo a su hijo y con su voz temblorosa contó que cuando apoya su cabeza en la almohada cada noche “veo a Mike tomado del tronco, en el agua, pidiendo ayuda a los gritos”. Asegura que ella no es una víctima, sostiene que es “una luchadora. Si no hubiera peleado durante 17 años quizá la desaparición de Mike jamás se hubiera resuelto. No hay manuales para saber qué hay que hacer cuando un hijo desaparece, yo solo seguí lo que Dios ponía en mi corazón”. Sin final feliz posible, al menos, este caso tuvo algo de justicia tardía.

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