25/08/2025 01:30
25/08/2025 01:29
25/08/2025 01:25
25/08/2025 01:25
25/08/2025 01:24
25/08/2025 01:24
25/08/2025 01:22
25/08/2025 01:20
25/08/2025 01:20
25/08/2025 01:20
» Diario Cordoba
Fecha: 24/08/2025 13:16
Forma parte Juan Luna Eslava (Fernán Núñez, 1964) de la selecta colección de iconos del Córdoba CF que defendieron el escudo en donde fuera menester: con las botas puestas, desde el banquillo o en el despacho. Lo que fuera y como fuera. Tipos como Juanín, Perico Campos, Rafa Berges... Cordobesistas reincidentes, atados por siempre a esta pasión adictiva que sobrevive a sinsabores, frustraciones y traiciones. A Luna le tocó vivir los estertores de la época más romántica de un fútbol que cabalgaba entre la tradición y el más crudo mercantilismo, representado por las sociedades anónimas. Los locos 80. Reclutado por el añorado cazatalentos Abelardo Sánchez, se fogueó en el juvenil y en el filial hasta llegar al primer equipo cuando estaba en la más lastimosa de las ruinas, sin crédito –ni futbolístico ni económico- y sostenido por el impagable vigor de un grupo de chavales que soñaban con levantar al muerto. Uno de ellos era Luna, que se labró una trayectoria más que decente en el Córdoba CF -258 partidos en 8 temporadas en Segunda B, el décimo en el top histórico- y amplió el arco de su carrera en equipos como el Recreativo de Huelva, el Cádiz o el Écija. Fue un central o lateral derecho de fiables prestaciones, que nunca se obsesionó con ir más allá de lo que el sentido común y sus condiciones deportivas le aconsejaban. Luna con los capitanes Pierini, Valle, Cristian Álvarez e Ito. / JUAN MANUEL VACAS Mantuvo el brío y la honestidad como marcas personales después de cerrar la cremallera de la bolsa de deporte y abrir la carpeta como entrenador. Entró en un nuevo escenario de juego, con aliados que son adversarios y viceversa. Los sanedrines de las juntas directivas, repletas de personajes ansiosos de notoriedad social y/o pelotazos urbanísticos rodeados de palmeros capaces de adoptar cualquier posición –cualquiera, créanlo- para agradar al amo pagador. ¿Qué hizo en el Córdoba CF? Su conocimiento de la idiosincrasia del club y su sentido de la ética le llevaron a ejercer todo tipo de funciones en la cantera: dirigió la escuela de fútbol, coordinó las secciones inferiores y entró en la secretaría técnica en una etapa crucial, la que sacó al club de la Segunda B para retornar al fútbol profesional. Fue hombre para todo. Suplía al titular cuando las cosas no iban bien y arreglaba averías futbolísticas con pericia y recetas claras. Llegó a ser primer entrenador del Córdoba CF al final de la 2007-08, unos meses en Segunda División -suplió al gaditano José González, el Kevin Costner de la Bahía- que fueron suficientes para entender que su porvenir iba a ser más estable como segundo del banquillo o en misiones de despacho. Ya no salió de esa rueda, en la que gira de la mano de Paco Jémez. Con Paco Jémez, entrenador, en su presentación como director deportivo del Córdoba CF. / RAFA ALCAIDE El carismático exjugador internacional le tuvo como segundo en Las Palmas y allí reforzaron sus lazos. Cuando Carlos González se hizo con el paquete mayoritario de acciones del Córdoba CF en verano de 2011 apostó por Juan Luna Eslava para ser el secretario técnico de su primer proyecto. Al preguntarle por el entrenador ideal, la respuesta no sorprendió a nadie: Paco Jémez. Los dos arribaron a El Arcángel envueltos en ese peculiar ambiente de expectación y recelo que conlleva la presencia de antiguos futbolistas en puestos de dirección. Les fue de lujo. El equipo realizó la mejor temporada en cuarenta años y se clasificó para jugar el play off de ascenso a Primera División. ¿Y que ocurrió con el tándem? Paco Jémez salió disparado hacia el Rayo Vallecano y Luna aguantó solo unos meses más hasta que le destituyeron en su casa. Nunca volvió. Y después… Tras una efímera etapa como informador en la zona sur del país para el Sporting de Gijón, el fernannuñense se embarcó en las aventuras por el mundo de Paco Jémez integrándose en su cuerpo técnico. Un destino laboral tan atractivo como complejo, en alianza con un excompañero de sus tiempos de juventud en el Córdoba CF. Ir con Paco es garantía de diversión, si es que uno disfruta con su trabajo y todos los condicionantes que trae consigo el profesionalismo en estos tiempos que corren. El resultadismo, las exigencias históricas, los entornos histéricos, las adaptaciones exprés y la imperiosa necesidad de trasladar la sensación de que se tiene todo controlado cuando, a menudo, la casa está manga por hombro. En esos escenarios viene bien un domador de tormentas. Y ahí está Juan. Juan Luna Eslava durante una rueda de prensa en El Arcángel durante su etapa como entrenador del Córdoba CF. / A. J. GONZÃLEZ En los últimos años ha recorrido mundo. Estuvo en México con Jémez en la dirección del Cruz Azul, una de las instituciones emblemáticas del país. Un máster en hábitats tóxicos. Luego tocó volver a España… para sufrir. A Paco le llamaron de dos lugares en los que se le venera como un santo para que obrara el milagro de la permanencia en Primera. Pero el del Zumbacón es humano. Ni en Las Palmas ni en el Rayo logró amarrar la plaza en la élite. La siguiente propuesta de trabajo fue singular: en Irán, con el Tractor Sazi. Deportivamente, bien; personalmente, fatal. La conflictiva situación política en el país y la falta de seguridad hizo que todo el equipo rompiera un contrato renovado y se marchara a un destino más tranquilizador. Lo encontraron en Ibiza, donde Juan Luna Eslava trabaja en la actualidad como segundo de Paco en un club que milita en la Primera Federación y que tiene en la dirección deportiva al montoreño Javi Lara para componer una particular colonia cordobesa. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original