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» El Ciudadano
Fecha: 24/08/2025 11:30
*Por Bianca Lombardi En una inusual operación militar, Estados Unidos desplegó una flota significativa de buques de guerra y personal de infantería en las costas venezolanas. El objetivo declarado desde el Pentágono, es reforzar los esfuerzos contra el narcotráfico en la región. No obstante, esto no resulta tan claro para Caracas. Aunque aún no se conoce el alcance total de la operación, los primeros movimientos ya constituyen una de las mayores demostraciones de fuerza naval estadounidense en la zona en los últimos años. Entre los buques identificados se encuentran tres naves anfibias y dos destructores. Además, desde el gobierno norteamericano han confirmado la presencia de un submarino de propulsión nuclear y un crucero misilístico. “El presidente Trump ha sido muy claro y consecuente. Está dispuesto a utilizar todos los recursos de su poder para detener la entrada de drogas a nuestro país y llevar a los responsables ante la Justicia”, declaró la secretaria de prensa Karoline Leavitt. Aprovechando la ocasión, también reiteró que Estados Unidos no reconoce la legitimidad del presidente venezolano, Nicolás Maduro. Desde el país caribeño, la respuesta no se hizo esperar. El presidente denunció el despliegue como una provocación y reiteró su rechazo a cualquier injerencia extranjera: “Ningún imperio va a tocar el suelo sagrado de Venezuela”, afirmó; y redobló la apuesta anunciando: “Que el mundo lo sepa, que lo sepan los imperios: Venezuela hoy más que nunca tiene con qué”. Como es de esperarse, Rusia expresó su apoyo a Venezuela y celebró los esfuerzos del gobierno venezolano por “defender la soberanía nacional y garantizar la estabilidad institucional” frente a lo que calificó como una “creciente presión externa”. Un manto de incertidumbre cubre tanto el fin como el alcance de esta operación que continúa en desarrollo. Lo que sí sabemos es que se trata de una región históricamente sensible a las dinámicas de poder global; y donde nuevamente la puja entre el principio de no injerencia (defendidos por Venezuela), y la bandera de la seguridad (alzada por Estados Unidos) están a la orden del día.
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