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» Diario Cordoba
Fecha: 24/08/2025 04:30
El salto a la vida adulta, pasar de la dependencia de los padres al abismo que supone la emancipación, es un paso que debería ser tan natural como la vida misma, pero que se está convirtiendo en una excepción. Según los datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de Andalucía, publicados este mes, solo un 14,70% de los cordobeses se van de casa antes de cumplir los 34 años, lo que supone el nivel más bajo de la historia, y eso que Córdoba es la tercera provincia con mejor tasa de Andalucía. En posiciones peores se encuentran provincias como Cádiz (8,1%) y Sevilla (9,2%). Del total de los emancipados, el 33,95% viven independientes entre los 25 y los 29 años mientras el 71,43% no lo consiguen hasta cumplir los 30-34. Aunque vivan en Córdoba, la mayoría de los que viven por su cuenta vienen de fuera. Solo un 9,4% del total son nacidos en Andalucía; el 27,1% procede de otras comunidades autónomas y el 28,7% de otros países. La situación está muy lejos de la del resto de países de la Unión Europea, donde la tasa de emancipación es del 23,26%; la de América se sitúa en el 24,64% mientras en África, el 48,4% de los jóvenes menores de 34 años vive por su cuenta, el 37% de los cuales antes de cumplir los 25 años. Niveles tan bajos de emancipación juvenil no se habían visto nunca antes, según alerta el Observatorio, «ni durante la crisis de 2008, en el que la tasa española se situó en el 26,1% ni durante la pandemia de covid, cuando solo un 18,7% de los jóvenes se independizaron de casa de los padres». El aumento del 4% de los salarios y la caída del paro juvenil experimentados en el segundo semestre de 2024 no ha tenido un efecto positivo, algo que el Observatorio achaca a que el sueldo medio de 1.048 euros en 12 pagas «resulta totalmente insuficiente para poder emanciparse, ya que acceder a una vivienda en esas condiciones supondría destinar el 102% de los ingresos para vivir en solitario y un 36% para compartir vivienda con otras personas». El presidente del Consejo de la Juventud de Andalucía, José Juan Timermans, afirma que «estamos ante un problema estructural que viene de lejos y que no es exclusivo de Andalucía o España, ya que otros países del sur de Europa se enfrentan a una situación similar». Por eso, llama a todas las administraciones «a implicarse en la búsqueda de soluciones para un problema como este, de grandes proporciones, sin caer en cuestiones partidistas ni tensiones entre generaciones». Temen que «el retraso de la emancipación se cronifique debido al difícil acceso a la vivienda y la precariedad laboral». El informe autonómico señala que «más de dos tercios de los hogares jóvenes (66,8%) se encuentran en situación de sobreendeudamiento, cifra que se eleva al 83,5% entre quienes viven de alquiler, lo que limita gravemente la capacidad de las personas jóvenes para mantener su emancipación en condiciones estables y autónomas». Más allá de la realidad económica, Timermans admite que existe un factor cultural y social que en España, igual que en otros países mediterráneos como Grecia o Italia, condiciona esta realidad. «En Alemania o Suecia, existe esa idea de que cuando cumples 18 años, te tienes que buscar la vida», señala, «aquí hay una cultura que lleva a emanciparse más tarde». Eso explica que haya jóvenes que incluso teniendo vivienda propia sigan viviendo en casa de sus padres, a la espera de conseguir la máxima estabilidad posible. Es el caso de A. M., que a sus 26 años tiene un contrato indefinido y aunque cobra algo más del salario mínimo interprofesional, hace dos años que adquirió un piso con ayuda de sus padres, que ha decidido alquilar. «Mi idea es ahorrar un poco más para mudarme con un colchón económico para hacer algo de reforma en el piso antes de instalarme», explica. «Mis padres me vacilan con que a ver si me voy ya de casa, pero al mismo tiempo sé que prefieren que me quede», confiesa. Perfil mayoritario: mujer y en alquiler compartido El perfil mayoritario de jóvenes que viven de forma independiente es muy diverso, pero según los datos del Observatorio del Consejo de la Juventud de Andalucía, hay elementos que puede ayudar a establecer un retrato más o menos genérico. La tasa de emancipación aumenta con la edad y también en función del género. Un 14,6 % de las mujeres jóvenes menores de 35 años están emancipadas frente al 10,8·% de los hombres, que tardan más en dar el salto a la vida adulta. Una vez alcanzada la emancipación, el alquiler a precio de mercado se mantiene como la fórmula residencial más habitual y en el primer semestre de 2024, era el formato de residencia del 39,6% de los jóvenes independizados. Compartir vivienda es una estrategia extendida con el objetivo de reducir costes, especialmente entre los chavales de menor edad. El 27,5 % de los jóvenes emancipados que viven en régimen de alquiler comparten piso, porcentaje que asciende al 68,6 % en el grupo de 16 a 24 años. Esta modalidad es también más frecuente entre los hombres (34,1 %) que entre las mujeres (21,2 %). El nivel formativo también es determinante. Así, el 19,4% de los que tienen estudios superiores se han emancipado frente al 9,8% de quienes completaron la educación secundaria obligatoria. La emancipación es mayor entre quienes han finalizado su formación: un 23,1% frente al 6% de los estudiantes jóvenes. Suscríbete para seguir leyendo
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