24/08/2025 05:08
24/08/2025 05:07
24/08/2025 05:07
24/08/2025 05:07
24/08/2025 05:06
24/08/2025 05:02
24/08/2025 05:02
24/08/2025 05:02
24/08/2025 05:01
24/08/2025 05:01
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/08/2025 02:46
Javier Milei, Karina Milei y Patricia Bullrich La sesión de fotos no podía caer en un peor momento. Los candidatos nacionales de todo el país ya estaban en Buenos Aires para la producción del material de campaña destinado a nutrir el mensaje oficial. Los profesionales de la consultora Move se habían encargado de prepararles las indicaciones a cada uno: breves discursos para videos, estilo de vestuario, pins con el logo de La Libertad Avanza, un libreto con ejes generales de comunicación. El jueves se hizo la imagen general, con todos los postulantes, dispuestos ordenadamente en gradas, como universitarios en un acto de egreso. Eran 65. En el centro los hermanos Milei y Martín Menem, inmutables, ajenos al escándalo que crecía por esas horas y recalaba en lo más alto del poder. Nadie hacía mención al tema, se vivía un clima de artificial armonía. El semblante de Presidente no transmitía el nerviosismo que envolvía a la Casa Rosada, pero aún así no quiso –como otras veces- hacerse selfies con nadie. Karina, en cambio, sí aceptó. Con predisposición y una amplia sonrisa, se la vio posar con quien se lo pidiera, enfundada en un traje símil reptil en tono gris y negro. Al Gobierno se le configuró una “tormenta perfecta” rumbo al proceso electoral: la Justicia investiga si existe una trama de recaudación ilegal con medicamentos para discapacitados, el mismo sector al que se le negó un aumento en las prestaciones bajo el argumento de “no hay plata”. La sola sospecha puede poner en jaque uno de los pilares de Milei: ser considerado como “distinto a los de siempre” y un adalid contra los “curros de la casta”, al menos por una parte de la sociedad. Cuando aún no logran determinar la dimensión del caso, los lineamientos que quedaron en pie como bandera en las provincias se rigen por el lema “kirchnerismo nunca más”. “La idea fuerza es no volver al pasado, reconocer que la situación económica aún es difícil, pero mirar hacia adelante. El foco debe estar en el futuro”, explica una fuente al tanto de la estrategia, que explicitó el consultor Tomás Vidal en una alocución ante los candidatos. Ese escenario, por supuesto, es ciencia ficción sin contemplar las esquirlas del expediente que tuvo un avance arrollador con operativos, allanamientos y la incógnita central: qué dirá Diego Spagnuolo, amigo de Milei y hasta hace tres días director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Javier Milei en La Matanza Este abogado, al que varios en el oficialismo consideran “incontrolable” y con “voracidad de protagonismo”, fue captado en grabaciones en 2024 cuando relataba un sistema de pedidos de coimas en las compras de remedios a droguerías que llegarían a ser del 8%. Menciona diversos eslabones, como Daniel Garbellini –director de Acceso a los Servicios de Salud, también echado- y Lule Menem, como su jefe político, quien reporta a Karina Milei. Al único que pone a salvo en su narración es al Presidente, a quien dijo haberle llevado su preocupación. Spagnuolo eligió a quién contestar el teléfono una vez filtrados los audios y queda claro que montó un operativo confusión, en especial, en sus conversaciones con funcionarios que pedían aclaraciones. No quiso develar quién era su interlocutor en la explosiva charla. ¿A quién quería proteger? ¿Por qué dio diversas versiones? Atendió, más tarde, desde otro dispositivo de línea extranjera en las horas de mayor zozobra. Hasta que la Policía de la Ciudad dio con él, en el country Campo Grande, en Pilar. Cómo se gestó el contenido que difundió el periodista Mauro Federico en el streaming Carnaval fue parte de lo que se buscó establecer en despachos oficiales. Si bien es cierto que la suspicacia más a mano fue la interna feroz entre el ala de Santiago Caputo vs el ala de Karina y los Menem, también lo es que ambos equipos trabajaron codo a codo para hacer control de daños. El escándalo tomó una dinámica propia, nadie lo maneja, a pesar de los esfuerzos oficiales, y eso es lo que lo torna peligroso. La primera reacción fue llamarse a silencio y lo más probable es que la respuesta esté centrada en que se trató de una “operación” del kirchnerismo, una tesis que puede satisfacer a la militancia más dura, pero difícilmente permee en segmentos de voto “blando”, aquellos que apoyaron antes a Juntos por el Cambio. La ANDIS venía siendo apuntada desde hacía meses: denuncias, peleas internas, portazos y convenios que se pusieron en stand by por las versiones que corrían sobre desmanejos. Había un particular interés de Israel por avanzar en el lazo de cooperación en tema discapacidad, algo especialmente impulsado por el presidente Isaac Herzog y su esposa Michal. Spagnuolo viajó hacia allá en marzo, y se le armó una agenda acorde a los intereses. El embajador argentino en Israel, Axel Wahnish, posteó las actividades “significativas” del funcionario, entre ellas, un encuentro con la Comisión por la Igualdad de Derechos de las Personas con Discapacidad del Ministerio de Justicia. La intención israelí de contribuir en materia de accesibilidad y bienestar forma parte del despliegue de su diplomacia en el mundo pero, al parecer, sonaron algunas alarmas cuando hicieron las averiguaciones de oficio antes de involucrarse aún más en el proyecto argentino. A esa altura, la ANDIS ya había sido denunciada por una contratación a la Droguería Suizo Argentina, de la familia Kovalivker, la misma que está siendo investigada ahora como intermediaria frente a otros proveedores. Aunque ese expediente fue archivado dio vuelo a las versiones de prácticas non sanctas. En la segunda mitad del año pasado, hubo varios empleados de la agencia que se retiraron. La salida más significativa fue la de Natalia Basil, en noviembre, de la Dirección Nacional de Apoyos y Asignaciones Económicas, en clara disidencia con ciertas decisiones. La ex funcionaria es esposa de Fernando Cerimedo, gurú de líderes de la derecha y pieza importante en la campaña presidencial de Milei. El especialista en marketing digital niega rotundamente estar vinculado a la filtración de los audios que comprometen a Spagnuolo y al Gobierno. El fiscal Franco Picardi, al frente de la investigación, debe proceder al análisis de lo que fue secuestrado en los allanamientos en las sedes de ANDIS y los domicilios de Spagnuolo, Garbellini y los Kovalivker: dispositivos electrónicos, documentación, dinero en efectivo. El terror del Gobierno –que, obviamente, no le da veracidad a lo denunciado- es que el ex director decida convertirse en “imputado colaborador”. Allanamientos en Pilar - Fotografía: Jaime Olivos Una de las líneas de trabajo es rastrear si hay licitaciones o compras amañadas para beneficiar a la droguería Suizo Argentina, y probar el nexo político con los Menem. En paralelo, se verá si surgen otras empresas que formaron parte del sistema de retornos que describió Spagnuolo. La causa recién comienza pero advierten funcionarios con experiencia en Tribunales que supone un devenir más áspero que, por ejemplo, el de la criptomoneda. A lo largo de un año y ocho meses de gestión, los Milei han dejado un tendal de despechados: referentes que fueron desterrando del espacio político y que siembran intrigas. Llevan y traen, algunos se animan a hablar. Victoria Villarruel, Marcela Pagano, Diana Mondino, Carlos D’Alessandro, son algunos ejemplos. La seguidilla de errores no forzados y el desprecio por tender puentes parecen pasar factura en simultáneo ahora: el Congreso está más hostil que nunca, el bloque libertario en la Cámara de Diputados tuvo otro desprendimiento, se reactivó la comisión investigadora de $LIBRA, y está más cerca de que le volteen el primer veto al Presidente, hecho que no ocurre hace más de 20 años. Esos nubarrones pueden permanecer y aún así los libertarios ganar las elecciones de octubre. Se asoma mucho más complicado el 7 de septiembre, cuando se disputan los comicios en la provincia de Buenos Aires. En el Council of the Americas, Milei sostuvo que se trata de una “pelea pareja” y por eso pidió que la gente vaya a votar. Prepara el terreno al describir que en esa batalla se verá el “techo” del kirchnerismo (y, por ende, el “piso” libertario) y que para el round nacional la cosa será mucho mejor. Será una primavera amarga para el Gobierno si los K, retratados como zombis en los afiches de LLA, se hacen de un triunfo en el principal bastión del país. El verdadero regreso de los muertos vivos. El discurso oficial quedó atrapado en su enunciado de que emergerá otro país post octubre, entonces, cualquier cortocircuito en el camino mete el doble de ruido. No es una cruzada fácil, van tachando de a uno los 63 días que quedan en el tránsito hacia la elección legislativa. “Pegarle a Karina Milei es pegarle al Presidente”, lanzó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, única espada oficial autorizada para ejercer la defensa en el debate público. Ese es el punto más sensible. No hay fusibles a la vista en esta secuencia. Los hermanos son indivisibles, la suerte de uno es la del otro. Como Moisés y Aarón en el desierto.
Ver noticia original