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Parana » Informe Digital
Fecha: 23/08/2025 15:43
La dinámica de las lluvias de esta semana, que superaron los 100 milímetros en varias localidades de la provincia de Buenos Aires, ha agravado la situación en las zonas que ya enfrentaban serios problemas, especialmente en Bolívar, Carlos Casares y 9 de Julio. Las precipitaciones, que en el otoño-invierno equivalieron al promedio anual, ponen en riesgo no solo los cultivos tempranos de maíz, sino que también han causado daños concretos en el trigo, la ganadería y la producción de leche. El considerable volumen de agua ha puesto de manifiesto un problema sobre el cual las autoridades económicas ya habían sido advertidas en marzo por la dirigencia rural: la falta de conclusión de las obras del Plan Maestro de la cuenca del Salado. A esto se suma la deficiente mantenimiento de caminos y desagües. Si bien los municipios son rápidos para cobrar tasas viales, su respuesta en cuanto a la prestación de servicios resulta exasperantemente lenta. ¿Es una constante en Argentina o alguna vez se podrá romper esta inercia? Los tres años de Niña, caracterizados por una sequía que generó desastres productivos, no fueron aprovechados para llevar a cabo los trabajos de infraestructura necesarios. Si se cumplen las proyecciones de los especialistas sobre el aumento en la frecuencia de fenómenos climáticos extremos y no se realizan las obras imprescindibles para mitigarlos, la producción seguirá sufriendo por esta ineficiencia. En este contexto, se destaca el marcado contraste entre la situación de los partidos afectados en el centro-oeste bonaerense y aquellas regiones donde las lluvias han mejorado el perfil de los suelos de cara a la siembra de granos gruesos. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ha dado a conocer un informe pre-campaña de maíz, en el que proyecta un aumento del 9,6% en el área cultivada respecto al ciclo anterior, con una estimación de siembra de 7,8 millones de hectáreas. Aunque esta superficie es un 7,1% inferior a la registrada en la campaña 2023/24, se trataría de la segunda más importante en los últimos 11 años. A la noticia positiva del retroceso de la chicharrita se suma una mejor relación de insumos y productos para la siembra en comparación con la campaña anterior, así como un escenario climático favorable, según destaca la Bolsa. Sin embargo, la entidad advierte: “A pesar de las recientes mejoras, los márgenes de rentabilidad del maíz siguen siendo estrechos, especialmente al considerar los elevados requerimientos de capital y los riesgos inherentes al cultivo”. Además, señala que estos factores “no solo condicionan las decisiones de siembra, sino que también limitan la adopción de tecnologías, reduciendo el potencial productivo. A esto se añaden cuestiones como los derechos de exportación y la caída de los precios internacionales, que impactan de manera directa en la formación de precios y ejercen mayor presión sobre los productores, opacando el efecto positivo de las proyecciones climáticas favorables”. El escenario internacional presenta sus propias complejidades. Según se informó, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) proyectó un volumen récord de 425 millones de toneladas para los EE.UU. El aumento en la demanda de etanol de maíz es uno de los factores clave para la expansión de este cultivo. En Argentina, el aprovechamiento del maíz como fuente de energía renovable sigue siendo una asignatura pendiente. Este tema será debatido esta semana en el 4to. Congreso Internacional de Maíz que se llevará a cabo en Rosario. En definitiva, se trata de maximizar el desarrollo que ofrece el cultivo, transformándolo en proteínas animales, combustible o plásticos. Trump y Xi JinpingArchivo Las dificultades globales son una constante. El enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China está afectando las exportaciones de soja estadounidenses. “Los agricultores de soja se encuentran bajo una tensión financiera extrema. Los precios siguen cayendo, y al mismo tiempo, nuestros agricultores están pagando mucho más por insumos y equipo. Los agricultores de soja en EE.UU. no pueden sobrevivir a un conflicto comercial prolongado con nuestro mayor cliente”, señala una carta que la poderosa American Soybean Association (ASA) envió el martes pasado al presidente Donald Trump. La nota revela que ni siquiera los productores con mejores condiciones económicas y políticas están exentos de enfrentar riesgos tanto políticos como económicos. En este contexto, esos factores son aún más críticos.
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