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  • Las secuelas del ACV: cómo actuar rápido y la capacitación médica pueden cambiar el destino de los pacientes

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/08/2025 04:28

    El tiempo de respuesta es un factor crucial: las primeras 4,5 horas tras el inicio de los síntomas son determinantes para reducir las secuelas graves (Imagen Ilustrativa Infobae) El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como derrame cerebral, es una de las principales causas de muerte y de discapacidad adquirida en la población adulta. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año, 15 millones de personas en el mundo lo sufren. En Argentina, se registran alrededor de 60 mil ACV al año. Existen dos tipos de ACV. El isquémico, que es el tipo más común y ocurre cuando una arteria se obstruye, lo que impide que la sangre llegue a una parte del cerebro. Esto provoca una falta de oxígeno en la zona afectada, lo que causa daño isquémico en las células. En el ACV hemorrágico, una arteria se rompe y provoca una hemorragia, que daña o comprime el cerebro. Uno de los aspectos cruciales a la hora de enfrentar un ACV es el tiempo de respuesta. Los especialistas coinciden en que las primeras 4 horas y media tras el inicio de los síntomas son determinantes para reducir las secuelas graves o potencialmente fatales. “Para reducir la mortalidad del ACV y disminuir las secuelas tienen que ocurrir dos cosas: atender bien y atender rápido”, advirtió el doctor Adolfo Savia, médico emergentólogo y terapista intensivo, director médico de la Clínica de Rehabilitación Otamendi (CABA), coordinador del Excellence Stroke Training Center (ESTC) y profesor adjunto de Emergencias en la Universidad Abierta Interamericana. De de izquierda a derecha, los doctores Adolfo Savia y Matías Alet, explicando el entrenamiento (Fotos Manuel Oribe) Por eso, los expertos dicen que su abordaje es tiempo-dependiente: cuanto antes se reconocen los síntomas y el paciente accede a una atención médica inmediata, mayores son las probabilidades de una recuperación favorable. Con el objetivo de mejorar ese abordaje y reducir la brecha en el acceso a la atención, Boehringer Ingelheim, en alianza con la Universidad Abierta Interamericana (UAI), lanzó en noviembre de 2024 el Excellence Stroke Training Center (ESTC) en Buenos Aires. Este programa consiste en una capacitación intensiva e inmersiva de dos días, que ya entrenó a 400 profesionales de la salud de distintos puntos de la Argentina y de países de la región (Uruguay, Paraguay, Chile, Perú, Ecuador y Colombia) y que se propone capacitar a un total de 975 profesionales hacia fines de este año. El programa está dirigido a profesionales que se desempeñan en todos los niveles de atención como emergentólogos, terapistas intensivos, neurólogos, imagenólogos, enfermeros y equipos prehospitalarios, entre otros miembros del equipo asistencial involucrados en el manejo oportuno del ACV. El ACV isquémico se produce por la obstrucción de una arteria, mientras que el ACV hemorrágico ocurre cuando una arteria se rompe y causa hemorragia cerebral (Imagen Ilustrativa Infobae) “Lo primero que les preguntamos a los participantes es dónde están las principales barreras que ellos ven en la atención y por qué cuesta tanto mejorar la atención del ACV. Creo que una de las limitaciones principales sigue siendo la falta de conocimiento de la población. El ACV es una enfermedad que tiene un tiempo específico para tratarse y muchas veces la gente demora en reconocer los síntomas y en ir a recibir atención en tiempo y forma”, destacó el doctor Matías Alet, neurólogo, uno de los capacitadores, titular de la Unidad de ACV del Hospital Ramos Mejía y staff de FLENI. “El manejo óptimo del ACV implica lograr que cada eslabón de la cadena funcione en forma articulada asegurando que todos los pacientes accedan al tratamiento que necesiten en el tiempo correcto. El entrenamiento intensivo que propone el ESTC busca justamente fortalecer esas redes y preparar a los equipos para actuar de forma protocolizada, rápida y efectiva”, explicó el doctor Savia. Y completó: “La cuestión educativa es clave para que la gente reconozca los síntomas: pérdida de fuerza, dificultad en el habla, trastornos visuales o de equilibrio, ‘la peor cefalea de la vida’. Todos son signos de ACV, pero hace falta ir más allá y transmitir un sentido de urgencia. Aunque muchas personas reconocen que estos síntomas son graves, existe una barrera actitudinal que les impide buscar ayuda de inmediato. Paradójicamente, mucha gente va rápido a consultar por un esguince de tobillo, pero ante un posible ACV se queda en casa. Falta transmitir a la comunidad el mensaje de que esta es una emergencia que puede cambiar completamente la vida, pero que existen tratamientos efectivos si se actúa rápido", señaló el médico. El abordaje del ACV es tiempo-dependiente: cuanto antes se reconocen los síntomas y accede el paciente a atención médica, mayores son las probabilidades de una recuperación favorable (Imagen Ilustrativa Infobae) Por su parte, el doctor Alet comentó: “Se trabaja mucho en la accesibilidad, porque a veces están los medicamentos y la posibilidad de tratamiento, pero falta la persona con experiencia. Hoy, gracias a la tecnología, se puede conectar a un especialista en ACV mediante WhatsApp o Zoom con una sala de emergencias y, cuando hay medicamentos disponibles, se puede realizar el tratamiento incluso en zonas remotas. Mañana, por ejemplo, tenemos un taller de telemedicina para mostrar cómo conectar especialistas con lugares alejados". Durante mucho tiempo el ACV estuvo rodeado de un componente pesimista y determinista dentro del sistema de salud y para la comunidad, explicó el doctor Savia. “Era un diagnóstico que no se cuestionaba: si alguien quedaba discapacitado, simplemente se asumía como algo inevitable. Hoy sabemos que hay tratamientos efectivos tanto en ACV isquémico, donde se usan trombolíticos, como en el hemorrágico, con manejo neurocrítico, reversión de anticoagulación y opciones quirúrgicas. Pero todo esto requiere actuar con velocidad”. “Quedarse en casa a esperar es la peor decisión posible ante síntomas de ACV”, enfatizó el doctor Savia. Hay que llamar urgente a emergencias y esperar la ambulancia, recomendaron los médicos Además, destacó: “Es importante enfatizar que quedarse en casa a esperar es la peor decisión posible ante síntomas de ACV. Lamentablemente, las campañas actuales suelen centrarse solo en el reconocimiento de síntomas, y recién en los últimos años incorporan la consigna de llamar a emergencias. Falta reforzar el mensaje de que, si la persona llega rápido, hay tratamiento disponible”. Además, los médicos enfatizaron que esperar la ambulancia es clave. No recomiendan concurrir en auto, aunque el conductor sea un pariente, porque en la ambulancia ya se inicia el protocolo de tratamiento. Afortunadamente, dijo el doctor, esto está cambiando porque crecen los lugares donde se puede tratar el ACV. “Hoy hay más disponibilidad de tratamiento y las personas no solamente llegan con los síntomas, sino que ya saben que existe la posibilidad de tratamiento y lo demandan. Esto demuestra un cambio de mentalidad, aunque aún existen muchas realidades muy diferentes dentro del país y la comunicación sigue ajustándose a la marcha, en línea con los cambios en la atención”. Síntomas y tratamiento Los cinco síntomas de alarma del ACV son: dificultades en el habla, adormecimiento o torcedura de la cara, pérdida de fuerza, pérdida de visión y dolor de cabeza intenso (Imagen Ilustrativa Infobae) Existen cinco señales de alarma de ACV: Dificultades en el habla Sentir la cara adormecida o torcida Perder la fuerza y/o sentir dificultad para mover el brazo o alguna parte del cuerpo Perder la visión en un ojo o en ambos Sentir un dolor de cabeza muy fuerte El ACV isquémico es el tipo de ACV más frecuente (alrededor de 87% de los casos), la ventana terapéutica para aplicar tratamientos efectivos como la trombólisis endovenosa es en la mayoría de los casos de hasta 4,5 horas desde la aparición de los síntomas o la última vez que el paciente fue visto normal. La trombólisis endovenosa es el uso de medicamentos para romper o disolver los coágulos de sangre. Existen otros tratamientos efectivos como la trombectomía mecánica e incluso otras ventanas especiales, pero cualquiera sea el tratamiento, la articulación entre los distintos eslabones de la cadena de atención –desde el sistema prehospitalario hasta los equipos hospitalarios– es clave para evitar secuelas irreversibles o la muerte. “La trombectomía es un procedimiento intervencionista mecánico mediante el cual se extrae un coágulo sanguíneo o trombo bajo guía de imagen mediante dispositivos endovasculares”, explica National Library Medicine (NIH) Paso a paso, el entrenamiento El entrenamiento del ESTC se basa en la práctica multidisciplinaria y el uso de actores que simulan pacientes, lo que facilita la toma de decisiones y la evaluación de gravedad mediante escalas internacionales (Fotos Manuel Oribe) Este entrenamiento se distingue por su modalidad práctica y multidisciplinaria. Además, se trabaja con actores, quienes interpretan a un paciente con los síntomas característicos del ACV. Esta metodología permite que los participantes desarrollen la toma de decisiones mediante la interacción con los pacientes simulados, la evaluación de la gravedad y el pronóstico utilizando escalas validadas internacionalmente y aplicando pautas específicas durante cada escenario. Todos los actores son profesionales especializados en simulación clínica y participan regularmente en las actividades de la Universidad, incluido el Examen Clínico Objetivo Estructurado (ECOE) para los futuros médicos egresados. Los talleres que incluye el entrenamiento son los siguientes: ACV, presentación clínica y diagnóstico: en este taller se tratan los signos y síntomas, escalas de severidad y diagnóstico en situaciones difíciles. “Aquí trabajamos con un algoritmo diseñado específicamente para entrenar la toma de decisiones, como qué estudios solicitar, qué medidas tomar de acuerdo con las características y manifestaciones que presenta el paciente, involucrando diferentes actores, tanto prehospitalarios como del equipo médico y de enfermería dentro del hospital”, puntualizó el doctor Matías Alet. Los actores que participan son profesionales formados en simulación clínica y colaboran regularmente con la Universidad en exámenes y capacitaciones (Fotos Manuel Oribe) Módulo prehospitalario con ambulancia simulada: en este taller se simula el protocolo de manejo completo previo al arribo al hospital, incluyendo la identificación de la hora de inicio de síntomas, los antecedentes del paciente y la pre-notificación al centro de salud, un paso crítico para ganar tiempo y salvar vidas. “Este bloque se realiza dentro de una ‘ambulancia’, recreada con todos los elementos que tendrá a disposición el equipo de salud en una situación real, inclusive el frente de la ambulancia es una pantalla que muestra un recorrido que hace el móvil desde el lugar de la emergencia hasta el centro de atención, para agregar realismo al contexto”, describió el doctor Savia. Manejo intrahospitalario: incluye entrenamiento en fase aguda del ACV isquémico, código ACV en el hospital, algoritmos de manejo, tratamiento del paciente que arriba en ambulancia, el que llega por sus propios medios o quien sufre un ACV en el hospital. Se capacita en el manejo intrahospitalario del ACV hemorrágico y recomendaciones de las guías. Los talleres incluyen presentación clínica y diagnóstico, simulación prehospitalaria, manejo intrahospitalario, enfermería y resolución de casos complejos con simuladores de alta fidelidad (Fotos Manuel Oribe) Talleres de destrezas: Los participantes del entrenamiento resuelven casos que simulan situaciones complejas del ACV, como el deterioro neurológico que obliga al manejo de la vía aérea utilizando herramientas como intubación guiada por video, pruebas de deglución , reanimación cardiopulmonar, etc. Todos estos escenarios transcurren con simuladores de alta fidelidad que imitan las funciones básicas de los seres humanos como la respiración, cambios en la coloración de la piel, cambios en las características del pulso, etc. Taller de enfermería: donde se entran en la preparación y administración de trombolíticos. Taller de neuroimágenes. “Los profesionales que ya pasaron por la experiencia refieren haber implementado mejoras concretas en sus instituciones. Algunos centros lograron trombolizar por primera vez pacientes, mientras que otros establecieron códigos ACV internos, lo que agiliza la atención y reduce los tiempos críticos”, afirmó el doctor Alet. En abril de 2025, el programa inauguró una segunda sede en Colombia, en alianza con la Universidad de La Sabana, consolidando la expansión regional de esta iniciativa pionera.

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